Sociedad Cronopio

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Rodrigo Lira is not dead

RODRIGO LIRA IS NOT DEAD

Por Felipe Eugenio Poblete Rivera*

[blockquote cite=»Rodrigo Lira» type=»left»]Y son bien conocidas las distorsiones visuales[/blockquote]

El año dos mil fue estrenado el documental «Topología (en video) del pobre topo», del director Hernán Dinamarca; nueve años más tarde fue llevado al formato DVD, por Catapulta. El documental, de sólo 58 minutos de duración, dirige sus esfuerzos en presentar al personaje que fue el poeta chileno Rodrigo Lira (26 de diciembre 1949 – 26 de diciembre 1981), valiéndose de una máxima que suele conducir a errores: «en Lira, vida y obra fueron lo mismo». Errores, digo, no porque se trate del poeta Lira en particular, sino cuando es usada para cualquier otro también. Vida y obra son esencialmente diferentes, siempre. Rodrigo Lira, como bien lo supo Enrique Lihn, fue un poeta valiosísimo en el contexto chileno de fines de los setentas, en plena dictadura militar chilena, y su lugar estaría «en el Olimpo subterráneo de la poesía chilena» [1]. La obra poética y antipoética, metapoética inclusive, de Rodrigo Lira, conserva su potencia, su intensidad, su temperatura, su vigencia.

Sobre el documental mismo debe ser dicho que, a pesar de tratarse del único en abordar la figura de este relevante y singular autor, es de una calidad, narrativa y visual, más bien baja. Abundan imágenes de archivo cuya fidelidad visual es bastante precaria: muchos desenfoques y fueras de plano; también la aparición de ciertas manchas (por llamarlas de un modo), en la imagen. La visualidad del documental —vilipendiado ácidamente por Álvaro Bizama [2]— incluye, al menos, el registro de la participación del poeta en el programa televisivo «¿Cuánto vale el show?» (del día veintitrés de noviembre del ochentaiuno, para los más rigurosos). Junto a ello, imágenes de tertulias privadas en donde Lira, vestido a lo Pompier, declama un texto desde un sillón de mimbre, cual trono (también es posible reconocer a otros poetas del período). Sin embargo, esas secciones han sido registradas con una cámara que opera en formatos analógicos, en cintas de VHS, lo que explica la precariedad audiovisual. Ahora bien, desde el ámbito cinematográfico, toda esta inusual estética pudiera ser leída desde trincheras más arriesgadas, como las indagadas por Raúl Ruiz.

En cuanto a lo narrativo del documental, resulta extraño descubrir que, en lugar de entrevistar a poetas, narradores o incluso académicos de la literatura, quienes aparecen en escena son: la madre del poeta (Elisa Canguillem) y el psiquiatra que lo atendió (Arístedes Rojas Ladrón de Guevara). ¿Por qué no se entrevistó a Roberto Merino, Óscar Gacitúa, Eduardo Llanos Melussa, Antonio de la Fuente, Alejandro Pérez, Jordi Lloret? Al menos sobre aquello, el DVD incluye una sección de cuatro preguntas —realizadas por el poeta Galo Ghigliotto— al director: ¿Cómo se gesta la idea de realizar el documental? ¿Cómo fue la recepción del documental? ¿Por qué decide usar poemas de otros autores? ¿Qué imagen de Lira pretende crear el documental? Pero resulta rarísimo que este documental sobre Lira casi no muestre a Lira, o solamente de un modo tangencial, diferido, desde plataformas un tanto separadas de lo literario. Lo que hay, sí, son algunas anécdotas de la vida literaria de Lira, narradas por la madre, quien, según confiesa el propio director, no quedó conforme con el producto final.
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Tiene esta «Topología…» un reconocible, y acaso genuino, esfuerzo por ser atractivo en términos visuales, por modular una nueva forma: más libre, más subjetiva. Resulta lamentable, la más de las veces, esos esfuerzos condujeron a productos visuales de mala calidad, burdos incluso, como la utilización de filtros de colores, que parecen ser rústicos trozos de papel celofán colocados sobre el lente, por ejemplo. Haciendo acopio de diversas lógicas visuales, el director expone: fotografías de la infancia del poeta; textos impresos y manuscritos; fotografías de archivo en que reconocemos a Nicanor Parra o a Francisco Coloane; dibujos de diferentes procedencias, quizás varios sean de Óscar Gacitúa [3]; múltiples inserciones de otros largometrajes e incluso videoclips. Un material valioso es la voz del propio Lira leyendo su poema «Paseo de las flores», mientras dura un paneo sobre unas buganvilias, como también el sorprendente «Es Ti Pi». A contrapelo, hay poemas de Lira leídos por su hermano (Sebastián Lira, quien además estuvo encargado de realizar la música del documental), o bien, textos leídos por Lira pero de otros poetas, como por ejemplo el «¿Qué se ama cuando se ama?». Sorprende que casi no existan planos fijos, los que constituyen el carácter constructivo del género documental, al menos en términos clásicos.

Entre el acopio de imágenes de los que hace cita el documental, hay reproducciones de pinturas de Van Gogh, lo que conduce a la analogía del doctor Paul Gachet (el psiquiatra del pintor), con el psiquiatra de Rodrigo Lira: ambos pacientes llegaron al suicidio. De la mano a ello, están las muchas imágenes del tutelar valle de Elqui, que en 1971 fue visitado por el poeta. De hecho, al regreso de aquel viaje, a fines de ese año, tuvo la «hospitalización en la Clínica Psiquiátrica Universitaria de la U. de Chile, a fin de establecer un ‘diagnóstico’—el que resultó ser Esquizofrenia Hebefrénica» [4]. Este subjetivo documental posee una persistencia visual con el tema del viaje: imágenes de la carretera vistas a través de la ventana de un vehículo en movimiento, que constituyen una vivencia cotidiana, un acierto, pero en términos audiovisuales, de calidad baja.

Para los espectadores de «Topología (en video) del pobre topo», la imagen del poeta Lira que se edifica dista de la que ofrece su póstumo libro «Proyecto de obras completas» (cuya versión digitalizada está disponible en modo gratuito en la web de Memoria Chilena). El documental contribuye, sin duda, a la exploración del autor, porque, como suele pasar con muchos otros poetas chilenos, sus lectores son un selecto grupo (por no hablar de una élite), al menos hasta la nueva reedición del «Proyecto de obras completas» que realizó la Universidad Diego Portales, el año pasado. En este lineamiento, el presente texto es también un esfuerzo de ampliación de la visibilidad de este poeta valiosísimo de la tradición poética chilena.

En pocas palabras, el documental utiliza la lógica del collage, «Montaje», se diría en cine, aunque la palabra collage es más certera a la hora de abordar la lógica constructiva. Se trata, como decía, del único documental sobre el poeta Rodrigo Lira, y esa sola condición de oasis le otorga una relevancia incuestionable, muy a pesar de que su calidad, tanto audiovisual como narrativa, que no se encuentre a la misma altura del poeta cuyo retrato busca materializar.

Ver «Topología de un Topo»: https://www.youtube.com/watch?v=erwNlolrJyo

Descargar «Proyecto de obras completas» de Rodrigo Lira: https://www.memoriachilena.cl/602/w3-article-8713.html
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NOTAS

[1] LIHN, Enrique. «Prólogo» en Proyecto de obras completas, de Rodrigo Lira. Tercera edición, Edición Universitaria. Santiago, Chile, 2009. p.21
[2] BIZAMA, Álvaro. Revista La Calabaza del Diablo N°10, Año 3 abril de 2011 (disponible en el archivo web de LetrasS5).
[3] La primera edición del «Proyecto de obras completas», coedición de Minga y Camaleón, fue diseñada por Óscar Gacitúa, siendo la imagen de la portada una reproducción de una acuarela de su autoría.
[4] LIRA, Rodrigo. Declaración jurada. Ediciones Universidad Diego Portales. Santiago, Chile. 2006 p.33.

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*Felipe Eugenio Poblete Rivera (Viña del Mar, Chile, 1986). Poeta, director del sello de ediciones artesanales yogurt de pajarito. Ha publicado «negro» (Altazor, 2013). Es magíster en Historia del arte. Poemas suyos aparecen en las antologías «Archipiélago» (La Trastienda, 2013) y «Entrada en materia» (Altazor, 2014). Co-organizó los recitales poéticos de «Con-texto» en Valparaíso, en 2008 y 2009; y el ciclo «Lecturas otoñales» en Santiago, en 2014. Participó en los talleres de poesía de la Fundación Pablo Neruda, en La Sebastiana y La Chascona, en 2009 y 2011 respectivamente. En 2011 fue invitado a las III Jornadas de Poesía Latinoamericana en Bogotá (Colombia) y el 2012 a un pequeño ciclo de lecturas en La Habana (Cuba). Realizó un homenaje al poeta Rodrigo Lira, con motivo del trigésimo aniversario de su muerte, presentando la antología «Sangre de Lira» (yogurt de pajarito, 2011), de distribución gratuita.

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