Sociedad Cronopio

0
296

Encuentros con Bruno Mazzoldi

ENCUENTROS CON BRUNO MAZZOLDI

Por Freddy Puentes*

[x_pullquote cite=»BRUNO MAZZOLDI, 2008″ type=»left»]El que encuentra es quien experimenta de otra manera, sin perspectiva, expuesto al devenir, no al futuro como probabilidad programable[/x_pullquote]

Pasto, octubre 19 de 1990

Estos días quiero compartir unas experiencias interesantes en las que me he visto entretenido. La más inmediata de estas aconteció en el centro cultural “Leopoldo López Álvarez” del Banco de la República consistente en un simposio que tuvo como subtítulo “Lo tribal, lo fantástico, lo contemporáneo” en razón de los quince años que cumple la facultad de Artes de la Universidad de Nariño. Participaron Guillermo Páramo con su texto “Mito y conocimiento” en donde se indica la posibilidad de pensar el mito como sentido común y que según el escritor ítalo-colombiano Bruno Mazzoldi mantiene la oposición estructural “mito cerrado” y “ mito abierto” que corresponde, por reflexión especular, a la oposición dialéctica entre “fiesta barroca” y “ happening”, que quiere conservar Sergio Ramírez en “Resonancias biográficas de barrocos y modernos en Hispanoamérica”, relativo este a una novela de José Donoso. La no presencia del crítico de arte Miguel González produjo entre nosotros gran pena puesto que iba a hablarnos de “Cuatro ejemplos de tribalización en el arte: Gauguin, Christo, Long, Smithson “.

Mazzoldi se refirió en su trabajo “El suplemento musical de la creencia” al capítulo VI de “El zorro de arriba y el zorro de abajo”, escrito por José María Arguedas. En este texto se pone en cuestión los puntos de vista expresados por Ángel Rama y Vargas Llosa al querer reducir la magia a una fruición musical, considerar la magia como una actividad irracional. Precisamente Mazzoldi prueba en la dimensión de su obra que este encuentro o cita necesaria entre “magia” y “socialismo”, “socialismo mágico” de Arguedas es la oportunidad que considera para que no hay incompatibilidad posible entre “ racionalidad” y “magia”, entre “ instrumentalidad tecno-científica” y “operatividad estética”, entre “dato” y “efusión estética”.

Como se sabe, Mazzoldi lee con atención a Arguedas desde 1968 y debido a que se toma en serio esta lectura ha podido atravesar en todos los sentidos las discriminaciones eurocentristas entre “la magia de América” y “la magia de Europa”. La magia deconstruye el “principio de identidad”, “la mismidad”, “la lógica de la presencia”. Esta puede ser una de las inferencias de la solicitación que hace este estudio extenso que no se deja comprender en la ideología o forma del resumen porque excede desde dentro esta lógica de la Negatividad Abstracta hegeliana. Subvertir, también, la concepción kantiana del arte sostenida por Marta Traba pide Mazzoldi en “El Poder del Arte” –leído en el “ Primer Encuentro Internacional de Investigaciones Estéticas”- y también la misma posición kantiana de Arnold Hausser debe ser cuestionada. Mazzoldi ha inferido esto en este encuentro titulado “Arte y Pensamiento”: En un diccionario kichua-alemán se puede poner la siguiente equivalencia: “illak”: “aura “. Por medio de esta traducción
se prueba que la práctica deconstructiva llevada por y que lleva a Jacques Derrida siempre es posible y que Arguedas con su palabra “illak” o “brillo” se pone una cita de Walter Benjamin y su noción de “aura”. Este es un encuentro eficaz entre culturas que es posible porque ya no se considera una “identidad nacional” autoafirmada en la convicción improductiva en las fronteras de la decisión o diferencia.
encuentros-con-bruno-mazzoldi-02

Pasto, marzo 3 de 1991

Durante el período comprendido entre el 26 de febrero y el 2 de marzo se desarrolló el “Cuarto Encuentro de Investigadores en Etnoliteratura” y esta fue una bella oportunidad para escuchar con reiterada atención el ensayo “Semiología y encanto: un desencuentro”, escrito por Mazzoldi, cuya primera parte hace una lectura deconstructiva de la noción de “isotopía compleja” del modelo semiótico greimasiano, manifestando que “la isotopía compleja en equilibrio no es isótopa”. Poner simultáneamente en juego y en cuestión este paradigma semiótico, implica afectar radicalmente la decisión del psicoanálisis paraestructuralista lacaniano, y también a la narratología, la semiótica. La segunda parte lleva el título “ El yagé en la alcoba” y efectúa un entrelazamiento entre “ el cuerpo” y “el signo”, “la pasión” y “la verdad”, como estaba indicado explícita e implícitamente desde una mesa redonda coordinada por Bruno Mazzoldi –Cfr. Revista “Mopa-Mopa”, 5, Instituto Andino de Artes Populares, 1990, Universidad de Nariño,pp. 5-16; p. 5, 16- .

En esta segunda parte el operador deconstructivo “se explica” sobre la relación que entretiene con el yagé en las fronteras de la percepción y de la comunicación; con el dispositivo técnico, el aparato que asegura la reapropiación de las emisiones: la grabadora –Cfr. Grabación magnética del foro “Perfil de lo etnoliterario a través del mito, la historia y la cultura”, del 27 de febrero- . También en este orden de la experiencia, la relación que el indígena siona Francisco Piaguaje compromete con el yagé merece nuestra atención.

La eficacia revelada por el texto “Duendes y enduendados”, escrito por mi amiga Irene Rosero, prueba los alcances de “la imaginación teórica” –noción que no le ha llegado a Bruno Mazzoldi de “La imaginación sociológica “, de Wright Mills –como sospechaba- sino de “Dialéctica del Iluminismo”, de Max Horkheimer y Thedor Adorno, citados por Derrida en la nota segunda de “ Retóricas de la droga”, traducción y edición al castellano hecha por Mazzoldi – no menos que su texto “ La joroba de Kutuna “, elaborado con precisión de poeta, a partir de un exergo donde se considera el campo semántico de las palabras kichuas “kutuna” y “chichi”, que enlaza –estructura del valor de “liga”: Bindung, lazo, desmos, huasca- “fantasma” y “seno”. El artículo titulado “Del sí a la etnia y regreso”, compuesto en enero de este año. Es precioso y fue acogido por el número uno de “Cuadernos de Etnoliteratura” de la “Escuela de Postgrado” de nuestra Universidad. Es una magnífica meditación sobre los términos “ethnos” y “ethos”, con todos los recursos y avances actuales de los estudios filológicos. Agueda Rosero tiene la capacidad para componer el texto etnoliterario justificando y detallando las imágenes escogidas por o quien la escogen y sin hacer rendimientos a la simple efusión poética, indiferenciada o abstracta. Justifica sus imágenes, sus metáforas, en el ámbito diferencial del saber andino: “saber de la costumbre” –Cfr. “Saber Ex pectore “: pp. 0-23; p. 10-, “saber sin participio”- Cfr. Grabación magnética del foro “Errancia, ritualidad y etnoliteratura” de marzo primero y la interesante pregunta formulada por Mazzoldi: “¿Es posible pensar un pensamiento que no economice, sin casa?
encuentros-con-bruno-mazzoldi-03

Pasto, mayo 5 de 1991

Mazzoldi tradujo “ Respuesta a la pregunta: ¿Qué es la poesía? de Derrida y estuvo impartiendo en abril, a los profesores de matemáticas de la Universidad de Nariño, una conferencia sobre “post(e)pedagogía” a partir de la lectura que hace del judeo-hispano-árabe, Gregory Ulmer en “Grammatology Applied”. Para el norteamericano Ulmer, el cineasta ruso Eisenstein anticipó la técnica del “montaje” que está dentro del campo de intereses de la deconstrucción de Derrida.

Puerto Limón, mayo 25 del 2003

Desde 1994 –diez años después de haber leído por vez primera un texto de Mazzoldi publicado en el número 43 de la revista bogotana “Gaceta”- quería escribir pero he esperado el momento justo para agradecerle sus detalladas enseñanzas. Si seguimos a Lezama Lima habría que afirmar que para mí es estimulante leer sus textos por su dificultad misma. Ha enseñado este artista cómo no traducir las categorías del pensamiento de pueblos indígenas americanos en términos de la progresista tradición judeo-cristiana occidental.

Expresó en 1998 en una entrevista efectuada en Pasto, sobre la relación entre “saber” y “costumbre”: “…no puede haber saber que no sea tradicional, no puede haber saber que no corresponda a la costumbre” y, después, en otra hecha en 1998 en Bogotá ante mi amigo nariñense Andrés Tórres: “… la tradición es lo que tiene que ser destruido, la destrucción de la tradición es la tradición…”. Desde su diario “Citas de Providencia” (1984) hasta “Derrida desde las Indias“ (1995) lo que ha llamado la atención son sus estilos singulares, la complicación de la forma misma, sus posiciones y figuras deconstructivas, ha llevado lejos la experiencia literaria misma. Si, como ha demostrado Derrida a través de sus obras, no hay “negociación” sin “diálogo”; “texto” sin “género”, “acción” sin “pensamiento”, entonces hay que seguir leyendo a Hillis Miller, Geoffrey Bennington y otros por su atención a un pensamiento por el cual, “el inmigrante italiano ha demostrado una fina atención, sin mostrar nada, sin dar lugar a ninguna conclusión”, para utilizar palabras de Derrida que proceden de “La verdad en apariencia”. Si, como describe y analiza Gregory Ulmer en “El objeto de la poscrítica”, una implicación para la poscrítica de las experiencias de “Cartuchos”, de Derrida, “es que el conocimiento de un objeto de estudio puede obtenerse sin conceptualización o explicación”, esto también puede proyectarse sobre cada una de las obras de Mazzoldi, fino dibujante, riguroso escritor, editor de Derrida.

El 21 de este mes grabé la segunda parte de una entrevista que le hicieron a Mario Vargas Llosa cuando hablaba de su última novela y las investigaciones que hizo sobre la vida y obra de Paul Gauguin y Flora Tristán. En un noticiero de R.C.N. Televisión, cuando el escritor peruano hacía dedicatorias de su obra a varios admiradores que la había comprado durante la “Feria del Libro” de Bogotá. Me pareció que la videocámara enfocaba al italiano mientras estaba de espaldas y hacía un gesto de aproximación al grupo de personas que esperaban les fuera firmada la obra “El paraíso en la otra esquina”. Anoche pensé que Vargas Llosa es lo que otros designan como un “intelectual integrista”. También observé por televisión a la norteamericana Susan Sontag, de quien leí hace años “Bajo el signo de Saturno”, “Walter Benjamin: El último intelectual “ y una entrevista que esta mujer – quien cuestiona a García Márquez por su compromiso político con Fidel Castro al igual que Vargas Llosa y quien considera el comunismo como una forma de fascismo- le hiciera a Jorge Luis Borges.
encuentros-con-bruno-mazzoldi-04

Puerto Limón, mayo 29 del 2015

La palabra “ética” procede del griego y de acuerdo con el lingüista francés Émile Benveniste en su “ Vocabulario de las instituciones indoeuropeas” tanto la forma verbal –eíotha- como la forma nominal –éthos- “particularizan la noción de “hábito” en tanto carácter distintivo y manera de ser individual”. El término “éthos” y la palabra “éthnos” pertenecen, según Benveniste, a un mismo grupo de palabras, “lo que permite a Meillet y Vendryes – afirma Mazzoldi en su texto “Del sí a la etnia y regreso”- “emparentarlas con la forma reconstruída Féth- nos”. No cabría, sigue afirmando Mazzoldi, “una condición étnica” sin “una condición ética”, “sin dar a entender que la una sea presupuesto de la otra, sino a la vez incluyentes y excluyentes la una en y de la otra”. Es que en el “ámbito comunitario”, indica Mazzoldi desde Benveniste, “el carácter deja de ser individualmente distintivo para llegar a ser compartido, cuando no instituido, cuando “dejar de ser” y “llegar a ser” serían operaciones y momentos simultáneos”.Si las palabras griegas citadas anteriormente para “ pueblo” o “grupo” y para “costumbre”, “repetición” tienen, según Mazzoldi estudiando a Meillet y Vendryes, la misma matriz, si “simultáneamente implica lo propio, lo íntimo”, lo idiosincrático y “a la vez aquello que subvierte la propiedad de sí”, entonces hay una división “al interior de lo mismo”. Una vez más Mazzoldi, como artista o extranjero que es, si seguimos a Bill Viola, ha probado según sus palabras que “entender de otro modo y expresarse de otra manera”, es lo que sus obras hacen. Expresarse desde lo que José Martí llamaba “nuestra América”, no pasando por alto “la heterogeneidad de la raza”, “la diferencia cultural”, exponiéndose a la “heterogeneidad del encuentro”.

PUERTO LIMÓN, PUTUMAYO, COLOMBIA, MAYO 29 DEL 2015
encuentros-con-bruno-mazzoldi-05

_______
*
  Freddy Puentes es egresado de la Universidad de Nariño en Filosofía y Letras, Pasto, Colombia. Docente de la Institución Educativa Rural de Puerto Limón, Putumayo, Colombia.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.