Entre las disposiciones del visitador estaba el establecimiento de pueblos de indios [22], para que estos vivieran separados de los españoles, quienes, en teoría, eran los habitantes exclusivos de ciudades y villas; así como de los mestizos y negros, pues se les tenía por corruptores de las costumbres indígenas. Sin embargo, en la visita a los repartimientos de la provincia de Antioquia, se puede ver que tal separación no estaba delimitada estrictamente: los españoles empleaban a los indios en oficios agrícolas, mineros, domésticos y en otros tipos de artes manuales. También existían uniones conyugales con mestizos y negros. Por otra parte, se les imponía la hispanización de sus costumbres, aprendizaje del español, doctrina cristiana y vivir en asentamientos permanentes [23].
El visitador Francisco de Herrera Campuzano es probable que haya nacido en la villa de Hita del Arzobispado de Toledo, pues allí poseía grandes propiedades, entre ellas varias casas principales, una en la plaza de la villa, además de tierras, huertas, viñas y olivares. Sus padres fueron Antonio de Herrera Campuzano y Juana Espinosa y Castillo. Estudió derecho en la Universidad de Salamanca, fue caballero de la Orden de Santiago, consultor del Santo Oficio de la Inquisición y teniente corregidor en la villa de Madrid [24].
Herrera Campuzano pasó a América al ser nombrado oidor de la Real Audiencia de Santafé en el Nuevo Reino de Granada, a donde llegó en junio de 1609, acompañado por un corto séquito que incluía a su primo Diego Calderón y su sobrino Antonio de Herrera. Antes de llegar a Santafé estuvo diez meses en Cartagena, en una visita a Francisco de Santander, «capitán y sargento mayor de ella y castellano del fuerte de San Matías,» a quien condenó a muerte. Su decisión fue revocada por una cédula real [25].
En enero de 1611, el oidor acompañó al presidente de la Real Audiencia, don Juan de Borja, a tomar asiento en las minas de oro y plata de la ciudad de Mariquita. Allí realizó la visita a los indios de mina, para desagraviarlos de sus encomenderos e imponerles su carga tributaria. Para entonces iban siete años de guerra contra los indios Pijaos que dificultaban la comunicación entre el Nuevo Reino y Popayán, pues habitaban una vasta extensión aledaña al río Magdalena [26].
El oidor estuvo en la provincia de Antioquia por provisión de la Audiencia, entre julio de 1614 y mayo de 1616, encargado de visitar a sus naturales, de quienes hizo la correspondiente descripción. En su carácter de visitador tenía facultades de mando.
En 1622 visitó las ciudades de La Palma y de Muzo, en busca de dinero para las arcas reales. Durante su estadía en Santafé formó parte del cuerpo de oficiales reales que acompañó al presidente Juan de Borja en su gobierno (1605-1628), entre los cuales estaba Juan de Villabona Zubiaurre, Antonio Villa Real y Leiva, Alonso Vázquez de Cisneros y Lesmes de Espinosa Saravia. Después de dieciséis años en la Audiencia de Santafé, en mayo de 1624 regresó a España con licencia del rey [27].
El oidor dejó en Santafé dos hijos naturales llamados Manuel Antonio y Francisca María, a quienes engendró con la viuda encomendera doña Antonia de Chaves, hija de Juan de Chaves y doña Eufrasia de Santiago. Doña Antonia, nacida en 1584, era hermana de Juan Clemente Chaves, alcalde ordinario de Santafé y alférez mayor y gobernador de la provincia de Antioquia. Fue la tercera esposa de Lope de Céspedes, quien al morir sin hijos le heredó las encomiendas de indios de Ubaque y Cáqueza. Antonia murió el 18 de octubre de 1660 en el convento de Villa de Leiva, del que fue benefactora.
La hija, doña Francisca María de Herrera se casó el 28 de abril de 1648 con don Nicolás Osorio Nieto de Paz (hijo de Francisco Osorio Nieto de Paz), teniente de corregidor en la ciudad de Los Remedios y en Santafé, y alcalde ordinario de esta ciudad entre 1664 y 1672. Herrera Campuzano dejó como herencia a su hija Francisca y a sus descendientes 450 ducados de renta al año en dos juros de Almojarifazgo Mayor de Indias.
El oidor se casó en Madrid en 1626 con doña Mariana de Frías y Ayala, hija del licenciado don Juan Frías, consejero de Felipe IV, y miembro de los Consejos de Guerra y de la Inquisición, y de doña Catalina Alemán y Ayala. Este hidalgo alcarreño acumuló una gran fortuna, representada en algunas casas y tierras en Hita y Guadalajara, rentas cuantiosas provenientes de juros y alcabalas; cuadros, tapices, vestidos, una notable biblioteca, objetos de plata y una enorme cantidad de joyas de oro y plata engastadas con perlas, diamantes y esmeraldas de las minas del Nuevo Reino [28]. Según Juan Flórez de Ocáriz no se llevó bien con su mujer y no tuvo hijos legítimos. Volvió como oidor a México en 1627 y allí murió el 27 de diciembre de 1630 [29].
Por su parte de Rodrigo Zapata de Lobera, escribano de la visita, se conocen menos datos. Se sabe que era natural de la villa de Zalamea de la Serena, de la orden de Alcántara en Extremadura, hijo legítimo de Diego y de Juana de Aldana Zapata. Escribano real y de las visitas de Indios del Nuevo Reino de Granada y en su Real Cancillería, escribano de cámara y gobernación. Estuvo casado con doña María de Mendoza y Arteaga. Sus hijos fueron Juan, doña Juana, fray Diego, fray Alonso y don Rodrigo Zapata, sucesor de su padre en el oficio de escribano de visitas [30].
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El presente texto hace parte del libro «Del chontal al ladino: hispanización de los indios de Antioquia según la visita de Francisco de Herrera Campuzano 1614-1616», publicado por la editorial de la Universidad de Antioquia en 2015
NOTAS
[1] AGN, Bogotá, Colonia, Visitas a Antioquia (va), Tomo II, Guaracúes, Taitaes y Catías, ff. 629v-631r.
[2] AGN, Bogotá, Colonia, va, Tomo II, Guaracúes, Taitaes y Catías, f. 715r.
[3] AGN, Bogotá, Colonia, va, Tomo II, Guaracúes, Taitaes y Catías, ff. 653v-654r.
[4] Diana Luz Ceballos Gómez, Hechicería, brujería e Inquisición en el Nuevo Reino de Granada. Un duelo de imaginarios (Bogotá: Universidad Nacional de Colombia, 1994), 24
[5] Así lo expresa el escritor del siglo xvi, en una diálogo ficticio entre Barchilón, un español y el indio ladino Tito: «Barchilon: Di ya, Tito, que cierto admirado de tu habilidad y lengua, y como hablas la mía como si fuera la tuya propia, aunque según lo que has de tu vida contado, no es de maravillar, pero ¡qué disimulado andas entre nosotros con hábito de indio; quien pensara tal de ti si te ve entre otros indios!» Pedro de Quiroga, Coloquios de la verdad. Citado por: Joanne Rappaport, «¿Quién es mestizo? Descifrando la mezcla racial en el Nuevo Reino de Granada, siglos xvi y xvii», Varia Historia 25.41 (2009): 58.
[6] Juan Esteban Lewin, «A situaciones nuevas, ideas nuevas: el mestizo como camaleón», Historia Crítica 26 (2003): 141.
[7] Stuart Schwartz y Frank Salomon, «New Peoples and New Kinds of People: Adaptation, Readjustment, and Ethnogenesis in South American Indigenous Societies (Colonial Era)», The Cambridge History of the Native Peoples of the Americas, vol. III, parte 2, eds. Frank Salomon y Stuart B. Schwartz (Cambridge/New York: Cambridge University Press, 1999), 455.
[8] Ceballos Gómez, Hechicería, brujería e inquisición, 24.
[9] Jaime Valenzuela Márquez, «Indios urbanos: inmigraciones, alteridad y ladinización en Santiago de Chile (siglos xvi-xvii)», Historia Crítica 53 (2014): 16.
[10] Carmen Bernand y Serge Gruzinski, Historia del Nuevo Mundo, tomo 2 (México: Fondo de Cultura Económica, 2005), 620-21.
[11] Bernand y Gruzinski, Historia del Nuevo Mundo, 2:621.
[12] Bernand y Gruzinski, Historia del Nuevo Mundo, 2:622.
[13] Solange Alberro, Del gachupín al criollo. O de cómo los españoles de México dejaron de serlo (México: El Colegio de México, 2006), 14.
[14] Solange Alberro, «La aculturación de los españoles en la América colonial», Descubrimiento, conquista y colonización de América a quinientos años, comp. Carmen Bernand (México: Fondo de Cultura Económica, 1994), 252.
[15] Guillermo Céspedes del Castillo, «La visita como institución indiana», Anuario de Estudios Americanos 3 (1946): 984-85.
[16] Patricio Hidalgo Nuchera, «Visitas a la tierra durante los primeros tiempos de la colonización de las Filipinas, 1565-1608», Imperios y naciones en el Pacífico, vol. I, eds. María Dolores Elizalde, Josep M. Fradera, Luis Alonso (Madrid: Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 2001), 221-22.
[17] Julián Bautista Ruiz Rivera, «Las visitas a la tierra en el siglo xvii como fuente de historia social», Estudios sobre política indigenista española en América, vol. 1, ed. Jornadas Americanistas de la Universidad de Valladolid (Valladolid: Universidad de Valladolid, Seminario de historia de América, 1975), 198.
[18] Fernando Mayorga García, «Los indígenas en el período hispánico. Las ‘visitas a la tierra’, una institución ‘proteccionista’», Credencial Historia 146 (2002): 8-9.
[19] Mayorga García, «Los indígenas en el período hispánico», 8-9.
[20] William Jaramillo Mejía, Antioquia bajo los Austrias, vol. 1 (Bogotá: Instituto Colombiano de Cultura Hispánica, 1998), 244.
[21] Margarita González, El Resguardo en el Nuevo Reino de Granada (Bogotá: La Carreta, 1979), 39-41.
[22] Para evitar la desaparición de la poca población india sobreviviente el oidor conformó varios pueblos de indios: Ormaná y Arate, en la jurisdicción de Cáceres (que no subsistieron), San Jerónimo, Sopetrán, San Antonio de Buriticá y San Lorenzo de Aburrá, en la de la ciudad de Antioquia, quedando así una gran extensión de tierras disponibles para los españoles y criollos.
[23] Ruiz Rivera, «Las visitas a la tierra en el siglo xvii», 205.
[24] Francisco de Herrera Campuzano cumple con dos características comunes de los miembros de las audiencias americanas en el siglo xvii: era egresado de una de las universidades de Castilla, la de Salamanca, y pertenecía a una de las órdenes caballerescas, la de Santiago. Parece no cumplir con la tercera que era ser hijo de un antiguo juez o funcionario. Véase: Mark A. Burkholder y D. S. Chandler, De la impotencia a la autoridad. La Corona Española y las audiencias de América, 1687-1808 (México: Fondo de Cultura Económica, 1984), 168-70.
[25] «La ciudad de Cartagena procedió el oidor don Francisco de Herrera Campuzano en la visita que él tomó al capitán Santander y que estando condenado a muerte en más de 30,000 pesos llegó cédula de vuestra majestad en que le mandó restituir en sus oficios en cuya virtud el gobernador le volvió a meter en él de que la ciudad y sus vecinos recibieron gran tristeza por las vejaciones que han recibido del dicho capitán y suplican no se quede allí porque de no hacerse así muchos de los más poderosos de sus vecinos se irán de la ciudad». agi, Sevilla, Audiencia de Santa Fe, 62, N. 102, 4 de junio de 1609, f. 2v.
[26] «Visité las dichas minas de las lajas de plata, hice pagar y satisfacer a los indios, visité y tomé residencia al alcalde mayor de las dichas minas y habiendo visto y considerado con toda atención las cosas y estado de aquellas minas se hicieron por el presidente las ordenanzas que para el buen gobierno de ellas y buen tratamiento y conservación de los indios que allí trabajan». agi, Sevilla, Audiencia de Santa Fe, 100, N. 6, 25 de junio de 1612.
[27] «Su ausencia siente toda esta ciudad y Reino por carecer de un tan grande ministro y que también tenía entendidas las materias y cosas de él». agi, Sevilla, Audiencia de Santa Fe, 52, N. 181, 25 de mayo de 1624, f. 1r.
[28] El conjunto de joyas estaba compuesto por sortijas, gargantillas, cadenas, rosarios, cruces, relicarios, tabaqueras, cofres y botones de oro. Un enorme inventario de esmeraldas y perlas. Solo las joyas estaban avaluadas en 3.456 ducados (Un ducado equivalente a once reales castellanos y a 375 maravedíes). Tres curiosas muestras de este tesoro eran una lagartija de oro con esmeraldas, envuelta en una cadena de oro que valía 280 reales de plata; un pez de oro esmaltado de colores que servía de mondadientes, avaluado en 390 reales de plata y otro mondadientes de oro con quince esmeraldas incrustadas que tenía un valor de 200 reales. Véase: José Luis Barrio Moya, «La colección de joyas y objetos de don Francisco de Herrera Campuzano, oidor de Nueva Granada (1626)», Wad-al-Hayara: Revista de estudios de Guadalajara 11 (1984): 403-5.
[29] Esta reseña biográfica se elaboró a partir de: Barrio Moya, «La colección de joyas», 399-408; José María Bravo Betancur, dir., Gobernantes de Antioquia (Medellín: Gobernación de Antioquia, 2007); Juan Flórez de Ocáriz, Libro de las genealogías del Nuevo Reino de Granada (Bogotá: Instituto Caro y Cuervo, 1990); Juan David Montoya Guzmán y José Manuel González Jaramillo, Visita a la provincia de Antioquia por Francisco de Herrera Campuzano, 1614-1616 (Medellín: Universidad Nacional de Colombia, 2010).
[30] Luis Vilar y Pascual, Diccionario histórico, genealógico y heráldico de las familias ilustres de la monarquía española (Madrid: Imprenta de D. F. Sánchez a cargo de Agustín Espinosa, 1859).
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* Mauricio Alejandro Gómez Gómez (Segovia, Antioquia) es Historiador y Zootecnista de la Universidad de Antioquia. Magíster en Historia, Universidad de Antioquia. Candidato a doctor en Historia, Pontificia Universidad Católica de Chile. Publicaciobnes: Del chontal al ladino. Hispanización de los indios de Antioquia según la visita de Francisco de Herrera Campuzano, 1614-1616. Medellín: Fondo Editorial FCSH, Universidad de Antioquia, 2015, «Legislación e Higiene veterinaria: Medellín, 1913-1926». En: Colombia Historia Critica ISSN: 0121-1617 ed: Centro De Publicaciones Universidad De Los Andes, v.41 fasc.N/A p.184 – 207 ,2010; «Minería, geografía y sociedad en el río Porce: Amalfi y Anorí entre 1850 y 1900». En: Colombia Revista Historia Y Sociedad ISSN: 0121-8417 ed: Universidad Nacionalde Colombia, v.16 fasc.N/A p.165 – 186 ,2009; MAURICIO ALEJANDRO GOMEZ GOMEZ, VICTORIA ESTRADA, LUZ ELENA VELASQUEZ, «La higiene del ganado y la fasciolosis bovina, Medellín y Rionegro, 1914-1970» . En: Colombia Iatreia ISSN: 2011-7965 ed: Ediciones Universidad De Antioquia, v.19 fasc.4 p.393 – 407 ,2006; MAURICIO ALEJANDRO GOMEZ GOMEZ, JULIAN DAVID GALLON, SONIA MILENA PINEDA RODRIGUEZ, «50 años de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad de Antioquia» . En: Colombia Revista Colombiana De Ciencias Pecuarias ISSN: 0120-0690 ed: Editorial Universidad de Antioquia, v.25 fasc.2 p.331-337, 2012. Fue considerado el mejor egresado del año, Universidad De Antioquia – Udea – Enerode 2009; Tesis meritoria Maestría en Historia , Universidad De Antioquia – Udea – Julio de 2012; Beca de excelencia de alumnos extranjeros de doctorado, Pontificia Universidad Católica De Chile -Marzo de 2012 Salud y ganadería en Rionegro, Antioquia. Aproximación histórico antropológica a la fascioliasis bovina. Inicio: Abril 2005 Fin: Marzo 2006; Vida cotidiana en los asentamientos españoles en la provincia de Antioquia, 1550-1630 (Consumo, religiosidad y civilidad). Inicio: Marzo 2009 Fin proyectado: Marzo 2011; Pensamiento político y filosófico en la independencia de Antioquia. Inicio: Junio 2010 Fin proyectado: Diciembre 2010 Fin: Diciembre 2010 Ha sido docente de cátedra de la Universidad de Antioquia. Correo-e: magogo@une.net.co