ADOLESCENCIAS, RECORRIDOS Y CONTEXTOS. UNA HISTORIA DE SUS CONCEPCIONES PSICOANALÍTICAS
Por Henry Daniel Espinosa Duque, Wilson Adolfo Gallego Hoyos, Fredy Ricardo Moreno Chía, Frank Herr Rico Barbosa, Nicolás Ignacio Uribe Aramburo, Margarita María Valencia Valencia*
Plantearse si la adolescencia constituye una realidad que ya existía desde tiempos inmemoriales, esperando ser descubierta, o si no es más que una construcción socio-cultural que requirió una coyuntura histórica particular para que pudiera ser «inventada», es un falso dilema. De hecho, cada sociedad inventa su propio mito sobre el significado de la adolescencia para protegerse del problema humano que ella representa.
Según Philippe Ariès, la «adolescencia» no se manifestó de manera clara sino hasta finales del siglo xix, mediante el personaje de Siegfried de una de las óperas del ciclo El anillo del Nibelungo (1876) de Richard Wagner [1]. El acento puesto en la fuerza física, la belleza y la espontaneidad, entre otras características de Siegfried, pasó a configurar, según este historiador, el prototipo del adolescente, tan llamativo social y psíquicamente en el siglo siguiente.
Ciertamente, en la segunda mitad del siglo xix en Europa, en razón de la industrialización, la democratización, la escolarización obligatoria y el espíritu positivista del pensamiento social, se le da un nuevo lugar a la juventud [2]: como oportunidad y como amenaza. La infancia popular representaba entonces más claramente a la ciudadanía futura (obrero, soldado, madre, ama de casa) cuya moralidad hay que proteger, o también, representaba una fuerza que cuestionaba el orden moral y social.
Desde ese momento y de manera recurrente, las necesidades políticas, educativas y de salud han llevado, en distintas épocas y geografías, a determinar el interés social en la juventud. De esta se han ocupado, desde hace tiempo, los discursos jurídicos, médicos, pedagógicos y psicológicos. Llama pues la atención que el psicoanálisis se haya ocupado de ella tan tarde; tímida y progresivamente a lo largo del siglo xx, como se demostrará en el transcurso de la presente obra.
Pero la categoría de adolescencia ya existía desde finales del siglo xviii en el discurso médico, como conciencia de un período de la vida [3], y en ese mismo siglo, J. J. Rousseau, en el tratado pedagógico Emilio o de la Educación (1762), reconocía la «adolescencia» en la medida en que entendió sus manifestaciones como un momento de crisis en la evolución del individuo, como un segundo nacimiento, el definitivo, en el que ya nada de lo humano le es ajeno [4]. Pero el «drama» humano que en ella se presenta ya había captado el interés de insignes escritores, tanto años atrás, en el Robinson Crusoe [5], así como poco más de un siglo antes, en Romeo y Julieta [6], por ejemplo. Más remotamente aún, «ya le habían otorgado reconocimiento cultural las civilizaciones cazadoras-recolectoras y de la antigüedad que precedieron a la Ilustración» [7].
Con todo y esa presencia constante, algo de ella intimida a los padres, a los historiadores o incluso a los psicoanalistas. Eso explica la relativa indiferencia psicoanalítica respecto a la adolescencia. No obstante, el entender esta razón no suprime la extrañeza que produce la escasa diversidad y extensión de las publicaciones hechas en lengua castellana de los trabajos psicoanalíticos que se ocupan de la adolescencia, a pesar de la significatividad psíquica de esta. En efecto, al iniciar el presente estudio se pudo constatar, todavía a partir de un conocimiento parcial del repertorio de las ediciones psicoanalíticas, que el material bibliográfico existente en la ciudad sobre el tema era incompleto y representaba desequilibradamente las diversas corrientes teóricas post-freudianas.
Es de suponer que, más allá del hecho de que la selección y la producción editorial en toda Hispanoamérica han estado sesgadas por factores comerciales y de moda, que dejan en el olvido a un buen número de escritos importantes, también tiene su responsabilidad en este relegamiento el hecho de que las sociedades psicoanalíticas locales, al momento de trazar las políticas de difusión, se sienten incómodas tratando con la adolescencia.
En consecuencia, si la revisión bibliográfica que constituye la base del presente trabajo apuntaba inicialmente a compensar la distorsionada difusión de la respectiva literatura psicoanalítica, finalmente encontró que la historia de ese valioso patrimonio teórico-conceptual no era lineal ni armónica, sino que reflejaba las resistencias fluctuantes a dejar emerger la concepción de ese objeto perturbador.
Si el presente estudio, en un comienzo, se proponía brindar una visión más completa del contenido de las principales concepciones psicoanalíticas sobre la adolescencia, de tal forma que sirviera ulteriormente a otros investigadores de guía para profundizar su conocimiento y para identificar y seleccionar la bibliografía que las sustenta, su ejecución fue mostrando que era más importante la historia de dichas concepciones, en el sentido de que no siempre estuvo presente, ni para la clínica ni para la teoría psicoanalítica, la especificidad de los funcionamientos psíquicos adolescentes.
Ahora bien, para poder orientarse en la amplia historia de construcción del vínculo entre psicoanálisis y adolescencia, fue necesario adoptar algunos criterios preliminares para la revisión bibliográfica que permitieran seleccionar los textos a adquirir, y definir las pautas de su análisis y procesamiento. Fue entonces preciso partir de una primera representación de la evolución de esta masa documental e historia intelectual, así ella fuera incipiente.
A lo largo de la historia del psicoanálisis, algunos eventos notables delimitan períodos sobresalientes durante los cuales se combinan las perspectivas teóricas con los ambientes institucionales y los contextos locales y nacionales. Con la ayuda de este panorama se acometió, pues, la tarea de identificar, en dichos espacios, algo así como nichos intelectuales que hubieran sido cuna de gestación de conocimientos acerca de la adolescencia.
La secuencia temporal de estos espacios puede sintetizarse en cuatro momentos destacados, secuencia que además servirá de guía al ordenamiento y exposición de los capítulos:
Antes de la Primera Guerra Mundial es posible indagar, en la obra de Freud, en el seno de la naciente Sociedad Psicoanalítica de Viena, así como en los primeros años de difusión del psicoanálisis a través de su «movimiento» internacional, por los antecedentes y aportes teóricos que permitieron la emergencia de la noción de adolescencia (Parte I y II). Un segundo momento bien definido de esta historia lo constituye el auge que, en el período de entreguerras, tuvieron las aplicaciones del psicoanálisis a la educación y a los trastornos de los niños (Parte II).
En un tercer momento, la emigración forzada de muchos psicoanalistas, motivada por la persecución nazi, reconfigurará los espacios culturales, institucionales y clínicos en los cuales se continuarán los estudios sobre la adolescencia, particularmente en Estados Unidos y Gran Bretaña (Parte III). Por último, a mediados del siglo xx, a partir de una conciencia nueva acerca de la adolescencia y de la factibilidad de su tratamiento, posibilitada por la acumulación de investigaciones sobre el tema, toma forma un cuarto momento. Dicha conciencia conducirá a que se expanda el psicoanálisis de la adolescencia en la segunda mitad del siglo xx.
En efecto, el reconocimiento del saber capitalizado, combinado con los programas educativos y los centros asistenciales que renacen después de terminada la Segunda Guerra Mundial, determinarán el desarrollo de múltiples focos de cultivo del psicoanálisis de la adolescencia durante ese medio siglo y en diferentes países. Gracias a esto, durante ese período se desplegarán múltiples teorizaciones que insistirán en la especificidad de los procesos adolescentes y en diversas formas de su tratamiento (Parte IV).
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El presente texto hace parte de la tesis dirigida por el Profesor Mauricio Fernández Arcila y publicada por el Fondo Editorial FCSH de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas Universidad de Antioquia.
NOTAS
[1] Saúl Friedländer, 1975. Historia y psicoanálisis (Bogotá: Universidad Nacional, 1989), 150.
[2] Con un criterio demográfico, la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) define a los jóvenes como las personas entre los 15 y 24 años de edad; período que, en consecuencia, incluye a la adolescencia, máxime si se tiene en cuenta la tendencia a su prologanción. Además, distintos países de Iberoamérica amplían dicho rango, iniciándolo antes (Colombia y México) y terminándolo después (Colombia, México, Portugal y España).
[3] Jacques Arveillier, «Adolescence, médecine et psychiatrie au xixe siècle», Evolution psychiatrique, no. 71 (2006): 195-221.
[4] Entre otras obras literarias de los siglos xviii y xix que tratan de problemas cruciales con los que se confrontan personajes jóvenes que no sobrepasan la veintena, adolescentes y púberes, se pueden citar también: Los sufrimientos del joven Werther (1774) y Los años de aprendizaje de Wilhelm Meister (1796) de Johann Wolfgang von Goethe, Noviembre (1842) de Gustave Flaubert, Los trabajadores del mar (1866) de Víctor Hugo, Despertar de primavera (1891) de Frank Wedekind.
[5] Daniel Defoe, 1719. Robinson Crusoe, trad. Carlos Pujol (Barcelona: RBA, 1994).
[6] William Shakespeare, 1957. «Romeo y Julieta» en Tragedias, trad. José María Valverde (Barcelona: RBA, 1994).
[7] Louise Kaplan, 1984. Adolescencia el adiós a la infancia (Buenos Aires: Paidós, 2004), 44.
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* Los autores: Mauricio Fernández Arcila. Profesor titular del Departamento de Psicoanálisis y coordinador del Grupo de Estudios sobre Juventud de la Universidad de Antioquia. DEA en Psicoanálisis de la Universidad de París 8. Doctor en Psicopatología Fundamental y Psicoanálisis de la Universidad de París 7. Miembro de la Associação Universitária de Pesquisa em Psicopatologia Fundamental (Brasil); miembro de la Tavistock Latin American Network for the Development of New Approaches to Adolescent Mental Health (Londres).
Henry Daniel Espinosa Duque. Psicólogo de la Universidad de Antioquia. Filósofo de la Universidad Pontificia Bolivariana. Máster en Psicoanálisis y Filosofía de la Cultura de la Universidad Complutense de Madrid. Estudiante del Doctorado en Psicoterapia de la Pontificia Universidad Católica de Chile y del Doctorado en Filosofía de la Universidad Complutense de Madrid.
Wilson Adolfo Gallego Hoyos. Psicólogo de la Universidad de Antioquia. Especialista en Psicología Clínica de la Universidad del Norte. Master of Science in Theoretical Psychoanalytic Studies, University College London. Candidato a MPhil/PhD in Psychoanalytic Studies, University College London.
Fredy Ricardo Moreno Chía. Docente en la Institución Universitaria de Envigado. Psicólogo y Magíster en Investigación Psicoanalítica de la Universidad de Antioquia.
Frank Herr Rico Barbosa. Psicólogo de la Universidad de Santander. Magíster en Investigación Psicoanalítica de la Universidad de Antioquia. Estudiante del Doctorado en Psicología de la Universidad de Buenos Aires.
Nicolás Ignacio Uribe Aramburo. Psicólogo de la Fundación Universitaria María Cano. Magíster en Investigación Psicoanalítica de la Universidad de Antioquia.
Margarita María Valencia Valencia. Psicóloga y Magíster en Investigación Psicoanalítica de la Universidad de Antioquia. Docente en Uniminuto.