TECNOZOMBIS: SERES ARTEFACTO EN LA ERA DEL VACÍO
Por Santiago Koval*
«Yo indiferente, con la voluntad débil,
nuevo zombi atravesado de mensajes».
(Gilles Lipovetsky, La era del vacío, 1983).
Caminan ausentes, prendidos a sus aparatos; enredados, cableados, conectados. Por momentos, son presencias. Pero cuando lo son, siguen acoplados al apremio de la electricidad. Se encuentran, se cruzan. Conversan en bares, restaurantes o bancos de plaza; en el interior de los edificios o fuera de ellos. Pero mientras conversan, están más atentos a lo que pasa en otro lado, en un espacio ausente, en el no-lugar. Se pierden en estímulos de artefacto, hiperventilados por el impulso eléctrico de lo que cargan consigo. Para ellos, las conexiones son más vívidas si son mediadas. Lo inmediato (lo que está, lo que es), se vuelve lento, fastidioso, desechable. Lo mediato (lo que no está, lo que no es), veloz, animado, deseable.
Se sienten vivos porque cargan lo nuevo, porque lo consumen y lo apropian; porque se representan, de este modo, accediendo renovadamente a las nuevas formas de lo nuevo. Adhieren a la invención ubérrima en un modelo de producción basado en la obsolescencia programada, en la novedad técnica que reemplaza, en círculos reverberantes, generaciones de artefactos obsoletos. Encarnan, en tanto, a los homo consumens (Fromm, 1984) de una sociedad posmoderna que no es, «el más allá del consumo, sino su apoteosis, su extensión hasta la esfera privada, hasta en la imagen y el devenir del ego llamado a conocer el destino de la obsolescencia acelerada» (Lipovetsky, 2002, p. 10).
Son, a un tiempo, los homo mechanicus (Fromm, 1985): los hombres artefacto, más atraídos por lo mecánico que por lo vivo, más interesados por «la manipulación de máquinas que [por] tomar parte en la vida y responder a ella» (Ibídem, 28). Sujetos que prefieren el vínculo vertical con el aparato técnico a la comunicación horizontal con el sujeto humano; la relación sujeto-objeto (descendente, manipuladora) al vínculo sujeto-sujeto (circular, reflexivo) (Bougnoux, 1999). Seres humanos encerrados en «un ‘diálogo’ sin fin con la máquina», signo de una tendencia a «neutralizar la alteridad y destruir al otro como referencia natural» (Levis, 2009, pp. 124-125).
Individuos que viven en sociedades industriales contemporáneas organizadas alrededor de metrópolis superpobladas en las que «la mayor parte de la vida social se encuentr[a] mediatizada electrónicamente (o más bien donde la vida social ya se ha transformado en una vida electrónica o cibervida […])» (Bauman 2011, 13). Sujetos que tienden a «negar el ‘aquí’ en beneficio del ‘ahora’» (Virilio 1997, 46), que defienden, en tanto, «el ocaso de la presencia física en beneficio de una presencia inmaterial y fantasmagórica» (Ibídem, 47).
Individuos inmersos en sociedades que son una «inmensa acumulación de espectáculos» (Debord, 1967, §1) destinados a ser experimentados como más reales que lo real mismo. Una suma de representaciones mediadas y registradas por una pantalla decididamente ubicua (Levis, 2009), cuya concentración, mediación y normalización las vuelve operacionalizables. Disposición panóptica del espectáculo que cristaliza en una «mirada sin rostro que transforma todo el rostro social en un campo de percepción: millares de ojos por doquier, atenciones móviles y siempre alerta, un largo sistema jerarquizado» (Foucault, 2002, p. 197).
Sujetos que son, sin notarlo, prisioneros de la técnica: seres atrapados en cuerpos confundidos. Cuerpos sin conciencia. Cuerpos semiconscientes. Una conciencia que se asume emancipada a través del canal abierto por el artefacto, pero que ha quedado, sin embargo, a mitad de camino, entre la realidad y la representación. Ni aquí, en el lugar vivido; ni allí, en el no-lugar no-vivido. Sujetos con «[c]onciencia opcional, diseminada, en las antípodas de la conciencia voluntaria ‘intra-determinada’» (Lipovetsky, 2002, p. 57). Seres mediados, centrífugos; seres confundidos que habitan «la cultura de una sociedad confusa» (Williams, 2004). Individuos que viven «una vida centrada en lo efímero», en «la falta de toda sustancia o referencia, siguiendo aleatoriamente al dictado simbólico del mercado» (Baudrillard, 1974, p. 49). Seres regidos por el vacío, «un vacío que no comporta, sin embargo, ni tragedia ni apocalipsis» (Lipovetsky, 2002, p. 10).
Seres tecnozombis: cuerpos sin alma nacidos del impulso tecnoutópico, individuos contemporáneos que viven en grandes metrópolis atravesadas por el dispositivo técnico omnipresente que son, sin notarlo, el resultado deshumanizante de la división cartesiana multiplicada hasta el hartazgo por el paradigma tecnocientífico de la Modernidad. Una separación metafísica profundizada, durante los últimos años, por los nuevos artefactos ubicuos: cuerpos cosificados que se vacían de mente; mentes que se vuelven ausentes, descargadas, proyectadas, inmersas en interfaces simbólicas universales; que se alejan, irremediablemente, del anclaje de la corporalidad.
REFERENCIAS
Baudrillard, Jean. 1974. Sociedad de consumo, sus mitos, sus estructuras. Barcelona: Plaza & Janés.
Bauman, Zygmunt. 2011. Vida de consumo. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica.
Bougnoux, Daniel. 1999. Introducción a las ciencias de la comunicación. Buenos Aires: Nueva Visión.
Debord, Guy. 2003 [1967]. La sociedad del espectáculo. Valencia: Pre-Textos.
Fromm, Erich. 1985. El corazón del hombre. Su potencia para el bien y para el mal. México: Fondo de Cultura Económica.
Fromm, Erich. 1984. Sobre la desobediencia y otros ensayos. Buenos Aires: Paidós.
Levis, Diego. 2009 [1999]. La pantalla ubicua: comunicación en la sociedad digital. Buenos Aires: Ciccus/La Crujía.
Lipovetsky, Gilles. 2002 [1983]. La era del vacío. Buenos Aires: Anagrama.
Foucault, Michel. 2002. Vigilar y castigar. Nacimiento de la prisión. Buenos Aires: Siglo XXI.
Williams, Raymond. 2004 [1960]. «El sistema mágico». Revista Telos no. 61.
Virilio, Paul. 1997. El cibermundo, la política de lo peor. Madrid: Cátedra.
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* Santiago Koval. Doctorando en Ciencias Sociales en la Universidad de Buenos Aires. Magister en Investigación de Mercado y Data Mining por la Alma Mater Studiorum, Università di Bologna, y Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de San Andrés. Docente e investigador de la Universidad de Buenos Aires, la Universidad de San Andrés, la Universidad de San Martín y la Universidad Argentina de la Empresa. Autor de los libros La condición poshumana: camino a la integración hombre-máquina en el cine y en la ciencia (Editorial Cinema, 2008) y Manual para la elaboración de trabajos académicos. Investigar y redactar en el ámbito universitario (Grupo Editorial Temas, 2011).