Sociedad Cronopio

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El fin del mundo

EL FIN DEL MUNDO: LOS CAMBIOS QUE NUNCA LLEGAN

Por Otoniel Parra Arias*

Cada día en los medios internacionales aparecen supuestos profetas que según sus propias conclusiones, sin base científica alguna, vaticinan el fin de este planeta con tarjeta de invitación para todos los públicos, en fecha y hora exactas que hasta el momento de escribir esta nota afortunadamente no se han cumplido. Sorprendentemente los «iluminados» de turno no pierden credibilidad y ante el fallo de sus predicciones, luego de perderse de vista por un tiempo, retornan de nuevo sin perder el favor de millones de personas contaminadas de una u otra forma por estos panfletarios del esoterismo que nunca duermen.

Dentro de estos vericuetos de los inasible hace unos meses Robert Fitz, un exempleado del Metro de Nueva York, empezó una labor ad-honoren y con alto costo para él. Este pensionado gastó 140 mil dólares, sus ahorros de muchos años, en carteles en los que anunciaba el fin del mundo para el 21 de mayo de 2011 a las seis de la tarde; el fatídico mensaje inundó los vagones del metro, otros medios de transporte y lugares públicos, advirtiendo de un fuerte terremoto que causaría millones de muertes en la fecha anunciada, lo que originó gran revuelo entre los sorprendidos ciudadanos de la gran manzana.

Fitz en su maratónica cruzada actuaba a la vez influenciado por la tenaz y repetitiva predicación de Harold Camping, un «estudioso de la Biblia», con prelación en el Antiguo Testamento, quien para ese momento lograba sumar numerosos seguidores en sus conferencias, entrevistas en medios de radio, prensa e Internet, a pesar de que ya había fallado en 1992 cuando predijo que en 1994 sería la segunda venida de Jesucristo, según el texto sagrado, con un gran cataclismo de fondo.

Y han sido muchos más los precursores del fin del mundo en varias épocas y lugares y aunque aparentemente este tipo de afirmaciones se justificarían hace varias décadas, cuando la difusión de la información era parcializada a nivel mundial y, por lo tanto, campo abierto para toda clase de rumores salidos del gran convento de la ignorancia y el fanatismo religioso, lo curioso es que el ser humano seguirá siendo el mismo en cuanto al deseo morboso de creer en potenciales situaciones, por lo regular catastróficas, a pesar de los tiempos de ilustración global propia de hoy.

Ahora un nuevo ingrediente pone «el sabor» a esta clase de veleidades imaginativas, con las famosas predicciones de los Mayas y lo que afirman varios portavoces del ambiente funambulesco de las especulaciones esotéricas, respecto a un gran cambio del planeta en diciembre 21 de este año.

Lo cierto es que detrás de todo esto se esconde un motor muy conocido y poderoso cuyo combustible es el dinero; millones de dólares que arroja la venta de libros, algunos de lujosa edición propulsores de estas especulaciones; la programación de mega conferencias internacionales en los más sofisticados centros de exposiciones, con altísimos costos para quien aspire a ingresar a los paneles informativos; producción en serie de video conferencias y, en fin, lo que cobran personajes que se han hecho a un nombre divagando «con seriedad» sobre tan espinosos asuntos; con la salvedad justa de unos pocos reconocidos respetados y autorizados conocedores de áreas espirituales y de contexto científico dignas de ser escuchadas.

Lo cierto es que temas como estos sobre una gran catástrofe mundial seguirán en el candelero aupados por la aquiescencia de un público ya cautivo de los poderosos mensajes subliminales y directos de la publicidad que trasladan sus más secretas inquietudes a este mundillo folklórico y deliciosamente atemorizante con la secreta seguridad de quienes en el fondo desean que los efectos destructivos a nivel mundial no pasen más allá de haber gastado el dinero en la entrada a alguna bostezante conferencia, o la adquisición de un sofisticado libro de tapas casi metálicas, con idéntica secuela de teorías sin asidero lógico.

A estas alturas el mismo Nostradamus (1503-1566), en éxito editorial post mórtem está pasando terribles momentos, pues sus cuartetas según revelan los últimos estudios han sido redireccionadas por el GPS de los intereses particulares de cada época, y aunque el oso que hicieron los augures a finales del siglo pasado respecto a una debacle mundial en todos los computadores del planeta al pasar al año 2000 todavía resuena, son en parte ellos mismos los apostadores de las nuevas fechas de caducidad par el sufrido globo terráqueo.

En fin, de un planeta con un denominado «cinturón de fuego del Pacífico», con decenas de volcanes en statu quo, y las fallas telúricas que nos muestran los geólogos a sabios e indoctos en esta parte del mundo, pueden esperarse muchas sorpresas, pero al parecer ninguna con fecha y hora hasta el momento predecible por ningún ser humano, como lo dijo hace 2000 años el mismo Jesucristo.

Respecto a esto podemos concluir que somos muy similares a los seres humanos de épocas pretéritas, a quienes miramos en los anaqueles de la historia con cierta conmiseración por la época de oscurantismo que vivieron. Un solo ejemplo para no alargar: los habitantes de Andalucía en España, a mediados del siglo XVI, fueron víctimas de un terrible invierno que inundó varios poblados y campiñas, durante varias semanas. A tal punto llegó el estado de indefensión de los acongojados lugareños, que el cura párroco convocó a un oficio especial para comunicar a su feligresía, que el fin del mundo se acercaba con un nuevo diluvio y no había más salida que perecer bajo las aguas turbulentas del Guadalquivir.

Los ciudadanos aterrados y en aras de la gran credibilidad que les merecía el tonsurado, decidieron salir de sus propiedades, unos muy ricos de villas, ganados, y dinero en efectivo donado a los más pobres para así saldar cuentas y perecer limpios de culpa pero gananciosos de la salvación eterna. Estos trámites que están registrados en las deliciosas crónicas del Marqués de la Fuensanta del Valle, (sección de incunables de la Biblioteca Nacional de Madrid) fueron avalados en Notaría para mayor seriedad del trámite casi luctuoso.

Pero sucedió que de un momento a otro cesaron las lluvias y resplandeció el sol como solo suele hacerlo en el sur español. Bajaron las aguas y todo mundo a regresó a lo suyo. Pero cuando los nobles, aristócratas y gentiles hombres adinerados fueron a reclamar lo que habían donado en mala hora, se encontraron con cerradas negativas de los beneficiados apoyados en sus respectivos documentos. Así no se acabó el mundo en ese momento, pero para muchos fue algo peor: El inicio de una pobreza franciscana respaldada por escrituras públicas.
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* Otoniel Parra Arias ha sido periodista durante 25 años. Trabajó en entidades oficiales como la oficina de prensa de la Presidencia de Colombia. Trabajó en los periódicos El Diario, El Imparcial, La Tarde, Diario del Otún de Pereira. También ha trabajado en radio y televisión: TV., Bogotá; Todelar Radio, RCN radio Pereira. Editor de publicaciones impresas propias: Hechos y NOticias, El Incha, deportes, Pereira Colombia. Revista en papel: Alfanoticias, Torrejón de Ardoz, Madrid (ESPAÑA). Escritor temas históricos. Libros inéditos: Historia de la conquista española en América, registrado en Madrid España en 2005. Páginas Sueltas de la Historia de Pereira, ensayo histórico desde los tiempos de Cartago antigua hasta la Pereira de los años 80, del siglo XX. Alonso de Santacruz, cosmógrafo de Carlos V. Editor de la revista cristiana «Semana en Cristo», durante cinco años en Torrejón de Ardoz, Madrid, España. Funcionario de la Gobernación de Risaralda, Alcaldia de Pereira y Coldeportes regional durante 10 años. Revista online: alfanoticias.com, desde 2001.

1 COMENTARIO

  1. Estoy de acuerdo con lo expuesto en el articulo acerca de que en diferentes momentos de la historia se ha pensado en la llegada del fin del mundo y de eso se siguen aprovechando algunos farsantes profetas del desastre hoy en dia todavia. Sin embargo hay algo que es preocupante que esta desarrollandose en este momento y que si podria causar un final tragico, es el empeño de Estados Unidos impulsado por el sionismo de atacar a Iran y a sus aliados demostrados Rusia y China. Una guerra nuclear es posible y eso si que seria el fin. Saludos

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