EDITORIAL LA COMPAÑIA TOP 10
01. Lady Susan, de Jane Austen
Traducción y posfacio: Eduardo Berti
136 páginas
La novelista inglesa Jane Austen cuenta con fanáticos en todo el mundo. Tres versiones cinematográficas de Orgullo y prejuicio en apenas tres años, junto a largometrajes como Becoming Jane, confirman su vigencia y revalidan su lugar de autora ineludible. Lady Susan, una novela más breve y mucho menos conocida que sus obras clásicas, muestra el grado de ironía con el que puede pintar a la sociedad de su época y adentrarse en la psicología de los personajes. Con un extraordinario manejo del género epistolar, Austen pone en escena dos temas que siempre la obsesionaron: el matrimonio por conveniencia y los manejos de la burguesía rural. La astuta protagonista, Susan Vernon, teje una serie de engaños que escandalizan y al mismo tiempo reflejan las convenciones de una familia regida por la moral de su época.
02. La misma sangre y otros cuentos, de William Goyen
Traducción y posfacio: Esther Cross
160 páginas
William Goyen fue uno de los grandes autores que supieron pintar la decadencia de los pueblos del sur de Estados Unidos. En este aspecto, su obra está emparentada claramente con la de autores como William Faulkner, Carson McCullers o Tennessee Williams, todos representantes del “gótico sureño”. Sin embargo, su estilo, sus personajes y las temáticas que aborda expresan su originalidad dentro de ese grupo. En un entorno duro, áspero (incluso con el asedio del Ku Klux Klan sobre la población negra), los personajes que aparecen en estos cuentos muestran una increíble compasión: no sólo entienden el dolor ajeno sino que se identifican con él, lo hacen propio. Según The New York Times, Goyen fue “uno de los mejores cuentistas norteamericanos de todos los tiempos”. Según Joyce Carol Oates, era “una presencia espiritual en una literatura nacional privada de espiritualidad”. Sin embargo, Goyen es casi desconocido para los lectores de lengua castellana. Bien vale descubrirlo.
03. Cuaderno de notas, de Anton Chéjov
Traducción y posfacio: Leopoldo Brizuela
Introducción: Vlady Kociancich
186 páginas
Parece increíble que el cuaderno de notas de Chéjov no se hubiera editado antes en castellano. Por la popularidad del autor, por la importancia que le ha concedido Ricardo Piglia (al elaborar su teoría del cuento) y, sobre todo, por el infinito valor que tiene. Esta voluminosa serie de breves apuntes muestra el proceso de escritura, las ideas para cuentos y obras de teatro, el riguroso trabajo con los personajes. Además, devela la intimidad de Chéjov (desde reflexiones sobre la vida cotidiana hasta listas de compras), pero su generosidad no queda ahí pues, por la increíble gracia de su estilo, cada apunte puede ser leído como un microrrelato, tiene el valor de una obra en sí. Un libro obligado para entender (y disfrutar) a uno de los más importantes autores rusos.
04. Fantasmas de la China, de Lafcadio Hearn
Traducción: Marcos Mayer
Posfacio: Pablo de Santis
160 páginas
La vida de Lafcadio Hearn, ilimitada en peculiaridades y extravagancias, es apasionante. Nacido en una isla griega, educado en Dublín, vivió en Estados Unidos, pasó largos períodos en el Caribe y terminó su vida en Japón bajo el nombre de Koizumi Yakumo. Tal vez ese periplo era necesario para que Hearn fascinara a Occidente con relatos orientales llenos de poesía y de misterio. La trascendencia de su obra a nivel mundial queda en claro si se la vincula con una ya extensa tradición de literatura y cine paranormal (Kobayashi se basó en cuentos de Hearn para el film Kwaidan y la huella puede seguirse hasta la película The Ring, de Nakata). Los cuentos de Fantasmas de la China son ideales para adentrarse en un mundo fantástico
05. Nabokov y su Lolita, de Nina Berberova
Traducción: Pedro B. Rey
Posfacio: Hubert Nyssen
96 páginas
Parecería que poco se puede decir o agregar sobre una novela como Lolita, de Vladimir Nabokov. Humbert Humbert y su nínfula, “su” Lolita, tienen todo para dejar mal parado al crítico más competente. Nina Berberova, compatriota de Nabokov, seguramente lo sabía. Por algo aclara que, mientras algunos libros quedan encerrados entre sus tapas, otros las desbordan, otros pueden marcar un siglo entero. En este ensayo breve, brillante, lúcido, la autora se permite una mirada que capta la complejidad de Lolita e incluso va más allá. Reflexiona sobre toda la obra de Nabokov, sobre el valor de la ironía, sobre la literatura contemporánea en general y lleva al lector a pensar y a pensarse, como ella misma se anima a hacer.
06. La desdichada, de Ivan Turgueniev
Traducción y posfacio: Luisa Borovsky
160 páginas
Es difícil explicarse por qué la obra de Turgueniev muchas veces queda en un segundo plano (de hecho, es difícil encontrar sus libros traducidos al castellano). Tal vez se deba al mayor renombre de compatriotas como Dostoievski o Tolstoi, aunque él fue quien de algún modo permitió que esos dos autores cobraran relevancia en Europa y el mundo. Incluso los eslavófilos de su época, que enfrentaban su “europeísmo”, debieron reconocer su genio, su talento y la elegancia de una prosa que se ganó la admiración de Gustave Flaubert y Henry James, entre otros. En La desdichada, el cuaderno de notas de un joven sirve de marco a la historia de Susana Ivanovna, una suerte de heroína romántica que lucha contra su destino a la vez que corre hacia él (como en las grandes tragedias), sometida por los hombres de su entorno y por sus propias pasiones.
07. La madriguera, de Franz Kafka
Traducción y posfacio: Ariel Magnus
Introducción: Martín Kohan
106 páginas
Muchos afirman que La madriguera es el último texto de Kafka. Si existe la justicia poética, debería serlo. El texto, sin duda, forma parte de sus mejores fábulas; laoescribió en Berlín, lejos de su familia, mientras convivía por primera vez en su historia con una mujer, mientras sufría la inflación y los ataques de tuberculosis. El protagonista, que narra, es un roedor desesperado ante un posible asalto a su madriguera, la obra a la que dedicó su vida. El nivel de paranoia del animal no sólo despierta una sonrisa sino que también pone de relieve el humor más oscuro de Kafka. En cierta medida, puede leerse toda la obra del autor checo en este relato –el más extenso luego de La metamorfosis– que muchas veces quedó relegado en el marco de su producción y que ahora adquiere, con justicia, autonomía.
Chicos, creo que se les han escapado
las últimas tres entradas de su top 10.
Las esperamos.
Saludos y adelante con esto.