CRUELDAD SIN LIMITES: LAS MASCOTAS
Por John Mayshash*
Todos los días escuchamos sobre atentados cometidos contra la naturaleza. Cada semana los diarios escriben sobre matanzas en selvas, bosques, ríos y mares, sobre animales que cada vez se aproximan más al final de sus especies. Como periodista de la vida silvestre, nunca me podré acostumbrar al maltrato al que algunos lugareños someten a los animales en diferentes regiones del planeta, esgrimiendo la necesidad de matar para vivir, o la pesca indiscriminada de animales de río o de mar, sin respetar su tamaño y edad, llevándolos a sus posibles desapariciones en los hábitats naturales a los que pertenecen.
Actualmente, es alarmante también el maltrato al que son sometidos los animales domésticos que supuestamente se adoptan como miembros más de la familia y que denominamos con el vocablo de mascotas. Suelen ser perros y gatos, por no mencionar los canarios y demás ejemplares exóticos que se toman ahora también como mascotas y que son literalmente secuestrados de su medio natural, para ser depositados en jaulas como prisioneros debido a caprichos pasajeros. Es preocupante ver como después de algún tiempo, una mascota es abandonada en cualquier lugar lejos de su hogar, como son sometidos a los más crueles tratos, arrojándolos a un canal de aguas negras o golpeados con sevicia hasta la muerte.
Pero esto no es todo. En los últimos días, noticieros de televisión nos muestran videos tan crueles como el realizado por un aficionado que grabó como un habitante de calle, prendía fuego a un perro luego de impregnarlo con gasolina. También hemos visto agentes de la policía rescatando perritos arrojados a los caños y a los humedales después de haber sido sometidos a golpizas por sus maltratadores. El día 3 de marzo de 2015, un ciudadano de los Estados Unidos residenciado en Bello, Departamento de Antioquia, Colombia, luego de una fuerte golpiza propinada a una perrita foxterrier de su propiedad, le arrojó en dos ocasiones agua hirviendo hasta ocasionarle la muerte.
UNA LEGISLACIÓN MÁS FUERTE
Según la ley, a este ciudadano norteamericano, solo se le puede imponer una multa que puede ascender desde los cinco mil hasta los cien mil pesos colombianos, ya que en la legislación colombiana no se contemplan los mal tratos a animales como delitos en los que los perpetradores paguen cárcel. En otros países que se suponen más adelantados en sus leyes, tampoco parece preocuparles el maltrato a los que son sometidos los animales que permanecen en los hogares como compañía.
Creo que ya es hora que se unan y se pronuncien las sociedades protectoras de animales, las organizaciones defensoras de los mismos, las universidades donde se preparan zootecnistas, médicos veterinarios y técnicos agropecuarios, además de otras organizaciones, relacionadas con este tema. Los exhorto a que se unan y puedan impulsar acciones contra esta crueldad fuera de todo limite. Es necesario modificar la legislación actual e imponer penas estrictas a los maltratadores de animales, incluyendo cárcel. Cuando se acoge en el hogar a una mascota, es para brindarle amor, buen trato, alimentación adecuada, cuidados médicos pertinentes, salud, higiene y comodidad.
Una mascota es un miembro más de la familia. Cuántas de ellas han dado sus vidas por salvar a sus dueños. Cuántos de estos ejemplares entrenados en las fuerzas del orden (ejército y policía), han salvado vidas, detectando explosivos en campos y ciudades. Cuántos son los ojos de sus dueños ciegos. Otras muchas son mascotas preparadas para cuidar enfermos y detectar en ellos, en sus dueños, con anticipación, reacciones graves de enfermedades que si no fueran detalladas con anticipación, podrían causar la muerte del dueño de esa mascota. Y ni que hablar de los perros de rescate en terremotos, derrumbes, avalanchas y demás desastres naturales.
AMEMOS NUESTRAS MASCOTAS, RESPETEMOS SUS DIGNIDADES Y SUS VIDAS. ES HORA DE ACTUAR EN MATERIA DE LEGISLACIÓN.
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* John Mayshash es fotógrafo y periodista de la Universidad Jorge Tadeo Lozano de Bogotá. Realizó estudios de Periodismo Cultural en España. Estudió artes visuales y fotodiseño en Francia. Ha colaborado como periodista integral en revistas internacionales como National Geographic, Geomundo, Vida Silvestre, Fotomercadeo, Viajes y Aventura. Es colaborador del periódico El Colombiano de Medellín. Dentro del periodismo cultural, se especializó en temas como la ecología y conservación ambiental. Es miembro colaborador voluntario de Proaves y conferencista universitario.