EL CONFLICTO FINAL
Por John Mayshash*
Aunque se piense que las fotografías que acompañan este artículo no ilustran el texto, déjenme decirles que prefiero, por respeto a los lectores, que así sea. Las imágenes que le podrían pertenecer de ninguna manera serían igual de agradables a las que mostramos, por lo cual les pedimos que, al leer el texto, recuerden cada una de las fotografías para tener muy presente lo que nos quieren quitar quienes tienen poder político en muchos países del planeta.
La amenaza de un conflicto nuclear entre países orientales y occidentales, que comprometería a toda la humanidad, no deja de preocuparnos a quienes amamos nuestro mundo, nuestros sistemas naturales, nuestros animales, árboles, nuestra vegetación, nuestros desiertos producidos naturalmente, los paisajes de variedad de colores y climas, en fin, todo cuanto legó Dios al hombre para que se enseñoreara sobre la tierra (Cfr. Génesis 1, 28-29).
En una clara, pero sencilla y corta conclusión, nos nombró mayordomos de la creación, tarea que no terminaremos bien por «locura» de unos pocos locos con poder.
DEFENSORES DE LA NATURALEZA
Muchos hay, muchos somos, muchos al fin de cuentas, que tratamos por medios diferentes de cumplir con los mandatos del creador. Hay instituciones que con intentos llenos de gran tenacidad, día a día se juegan la vida de sus voluntarios por proteger el medio ambiente, la naturaleza, el hábitat, el clima, la vida de todos los seres, como lo son las organizaciones ecologistas–naturalistas.
Es inaudito, inaceptable, repudiable, y —perdón el término— asqueroso, repugnante, que estemos preocupados y el pensamiento la idea de un futuro incierto para las próximas generaciones, por causa de unos individuos desadaptados a su propio medio, a las gentes y pueblos que ellos mismos gobiernan, a los sistemas que, por cientos de años, se han tratado de perfeccionar, o al menos acondicionar a un mejor vivir, con excepción de algunos pequeños pero valiosos países (islas), mal gobernadas y que influyen en personas carentes de carácter propio para motivar enfrentamientos y querellas donde no debieran existir.
Algunas instituciones que procuran guardar y cuidar la naturaleza a nivel internacional son:
Ecologistas en acción, Greenpeace Internacional, CIMA, Vida salvaje, PNUMA, Amigos de la tierra, Proaves. Todas ellas agrupan una gran cantidad de voluntarios que hacen lo imposible por preservar las especies, el medio ambiente, la naturaleza. Cada una de ellas, tiene gran cantidad de adeptos, admiradores, seguidores, colaboradores, donantes, que a su manera apoyan esta labor titánica.
QUÉ VERÍAMOS DESPUÉS DEL CONFLICTO
Extinción masiva de los seres en el planeta. En el hipotético escenario de menor destrucción masiva, se podría tener una contaminación radiactiva y consecuencias climáticas de efectos devastadores, pero no de aniquilación completa, dependiendo del armamento usado y de la potencia detonada. Habría efectos como: Desastres humanos, desastres ambientales, invierno nuclear, lluvia ácida y polvo radiactivo, destrucción de zonas boscosas y selváticas, desaparición de la mayoría de especies animales. Lo que nos recuerda cierto pasaje de Isaías (24, 4–6):
«Se destruyó, cayó la tierra; enfermó, cayó el mundo; enfermaron los altos pueblos de la tierra. Y la tierra se contaminó bajo sus moradores; porque traspasaron las leyes, falsearon el derecho, quebrantaron el pacto sempiterno. Por esta causa la maldición consumió la tierra, y sus moradores fueron asolados; por esta causa fueron consumidos los habitantes de la tierra, y disminuyeron los hombres».
Esto nos deja pensando ¿será posible que un pequeño número de gobernantes, poseídos por el demonio de la destrucción, puedan destruir no sólo toda la estructura social del mundo, sino los sueños de tener un mejor planeta? ¿Podrán estos dementes con poder, destruir los sueños de millones de habitantes? No será posible una gran movilización mundial que haga cambiar el pensamiento guerrerista de algunos gobernantes con delirios de ser quienes nunca podrán ser.
Asumamos un papel más activo. Los medios masivos de comunicación como la Internet y las redes sociales, pueden lograr una gran reacción de protesta, lo comprobamos actualmente con lo que pudieron logran en el Medio Oriente Egipto y Libia, que son ejemplos claros del poder de la convocatoria mundial. Ahora hagamos uso de este poder para impedir que la tierra sea destruida.
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* John Mayshash es fotógrafo y periodista de la Universidad Jorge Tadeo Lozano de Bogotá. Realizó estudios de Periodismo Cultural en España. Estudió artes visuales y fotodiseño en Francia. Ha colaborado como periodista integral en revistas internacionales como National Geographic, Geomundo, Vida Silvestre, Fotomercadeo, Viajes y Aventura. Es colaborador del periódico El Colombiano de Medellín. Dentro del periodismo cultural, se especializó en temas como la ecología y conservación ambiental. Es miembro colaborador voluntario de Proaves y conferencista universitario.