LAS SELVAS HÚMEDAS TROPICALES
Por John Mayshash*
Para algunas personas las selvas húmedas deben ser sometidas y acondicionadas al interés humano, donde el hombre domine, ya que son un espacio hostil a sus intereses que debe ser transformado. Creo que se equivocan. Aquellos explotadores de los bienes naturales, que solo piensan en su enriquecimiento a costa del daño que generan a la humanidad; privándonos cada vez más de respirar aire puro y de conservar las especies que cada año desaparecen y quedan solo como estadísticas de especies en extinción, son los que piensan así. Las selvas húmedas tropicales son el hábitat natural del puma, el jaguar, las ranas y serpientes venenosas y no venenosas, tarántulas gigantes, monos y animales diversos casi como la fauna en el Amazonas, por ejemplo.
Sin embargo, un número cada vez mayor de personas miramos las selvas bajo una óptica más positiva y conservacionista. Estudiosos, científicos naturalistas, ecólogos, que estamos en contra de los destructores del planeta que se hacen llamar públicamente inversionistas modernistas del nuevo desarrollo, que dicen buscar la prosperidad para todos, por no gustarles que los llamemos destructores, depredadores, oportunistas explotadores de la naturaleza virgen, la cual, finalmente, es la que genera en estos difíciles momentos, el oxigeno, el agua y lo poco que podemos contemplar para vivir con esperanza en un futuro mejor.
Si bien es cierto que hay desacuerdo entre muchos respecto a lo que podemos denominar selva húmeda, está claro que se conocen varias clases de selvas tropicales. Algunos dicen que son selvas de lluvia, otros las llaman selvas tropicales siempre verdes. Desde el punto de vista del clima, las selvas húmedas tropicales se desarrollan mejor donde concurren índices elevados de temperatura y precipitaciones que se conservan relativamente constantes.
El promedio de la temperatura suele ser de 20 a 24 grados centígrados y una precipitación de más de 2.000 milímetros al año, las selvas tropicales se caracterizan porque se arraigan frecuentemente en suelos pobres de nutrientes, cosa por demás admirable ya que constituyen los ecosistemas más productivos de la tierra; responsables de la fijación probable del 30 % del carbono terrestre, además de almacenar cerca de la mitad de la biomasa terrestre viviente del planeta.
Las selvas inundables, comunes a lo largo del río Amazonas, son llamadas várzeas o tahuampas. Ocupan más o menos el 2% de la superficie de la Tierra. Las selvas no inundables tienen la característica que crecen en terrenos ricos en sílice, arenas blancas y podzólicas, y aquellas que ocupan terrenos rojizos ricos en hierro y aluminio y pobres en sílice. Algunos bosques tropicales crecen en suelos ricos en nutrientes, por ejemplo, los suelos volcánicos en la base de la cordillera de los Andes, donde la productividad es mayor.
Pero la característica principal de las selvas húmedas es la innumerable cantidad de organismos vivientes que ellas albergan, es posible encontrar en una sola hectárea de terreno tantas especies de árboles, tantas aves y mariposas, por ejemplo en el Amazonas, que sobrepasaríamos cualquier estadística comparada con Canadá o los Estados Unidos de Norteamérica.
A pesar de las riquezas que encierran las selvas húmedas, los visitantes foráneos pueden sentirse defraudados por el reducido número de ejemplares entre flora y fauna que puede observar, esto ocurre debido a que la mayor concentración de especies se presenta en el dosel del bosque y no en el sotobosque.
CÓMO ES SU ESTRUCTURA
La estructura de una selva húmeda tropical es mucho más compleja que la de otros bosques, son muchas las plantas con flores que se desarrollan aquí. Encontramos lianas, bejucos, plantas estranguladoras, epífitas y hemiepífitas. Las epífitas vasculares por ejemplo, son prácticamente desconocidas en los bosques templados septentrionales, las plantas estranguladoras, conocidas como matapalos, son una especie de microcosmos de la selva tropical. Por la densidad de la selva muchas de estas plantas realizan una tenaz lucha por alcanzar la luz y la mayoría de árboles pequeños permanecen años en el piso del sotobosque.
La mayoría de las selvas bajas tropicales, contienen por lo menos, diez veces más lianas y bejucos que los bosques de la zona templada, observándose lianas de 2.5 centímetros de diámetro que se convierten en verdaderas sogas vegetales.
La complejidad estructural de la selva tropical contribuye a su fama de tener una gran diversidad de especies orgánicas.
Complejamente todo es un microhábitat de cada uno de los miembros residente allí, no es sorprendente que la complejidad de la comunidad vegetal de la selva se refleje en la diversidad de su fauna. Los estratos foliares múltiples de algunas plantas ocasionan que se tenga mayor número de aves, las aves a su vez aprovechan estos nichos ecológicos, y también los picaflores ermitaños o los manaquínes, por ejemplo, que son polinizadores y propagadores de hierbas del sotobosque.
La interrelación que se vive en las selvas húmedas es incomparable, muchas de las especies vegetales son fertilizadas por especies animales, otros vegetales sirven de alimento a determinadas clases de insectos que soportan y toleran ciertos tóxicos vegetales. A nivel de interrelaciones críticas en los ecosistemas, podemos encontrar que si no fuera por el higuerón, que fructifica en la estación seca, serían pocos los animales frugívoros que sobrevivirían en el Parque Nacional de Manú en el Perú, por ejemplo. En selvas como las de Costa Rica, muchas especies vegetales alteran su producción de néctar cuando hay extrema sequía para que a los picaflores no les falte alimento y estos a su vez cumplan con la polinización.
CAMBIOS DE LAS SELVAS HÚMEDAS TROPICALES
Lejos de ser una entidad primordial estática, la selva húmeda tropical está en continuo cambio, es extraordinariamente dinámica, presenta índices altos de mortalidad arbórea a tal punto que desde el aire se pueden observar algunos claros en la selva. Algunos desmontes y claros que se presentan por diferentes eventos, crean cambios en el hábitat que aprovechan los árboles jóvenes para sobresalir, produciéndose así un reemplazamiento en las diferentes especies.
Las selvas húmedas, como otras regiones del planeta, están sujetas a los eventos y fenómenos naturales que perturban y producen calamidades en áreas subtropicales, como los huracanes, tifones, deslizamientos de tierras, que dejan ver transformaciones importantes periódicamente. La compleja interrelación de tales fenómenos hace que sea difícil la interpretación de la ecología del sistema, la comparación con otras zonas y la realización de proyectos de conservación. En contraste con las zonas o regiones tropicales bajas, un área comparable de selva abarca varias biozonas, de igual manera, las áreas montañosas tropicales muestran una mayor diversidad de bosques que la zona templada.
Dada su topografía complicada, su gran riqueza en selvas y bosques, Colombia es una de los países más ricos del mundo en diversidad de especies, posiblemente después de Brasil. Recordemos que nuestro país Colombia, es el más rico en especies de aves en el mundo.
SELVAS HÚMEDAS TROPICALES COLOMBIANAS
Región del Chocó. Es una región única, ecológicamente hablando, es las más lluviosa del planeta y posiblemente en ella se encuentra el punto más húmedo del mundo. Tiene suelos deslavados y pobres en nutrientes y es posible que contenga la proporción más elevada de endemismo específico de todo el continente. Otra particularidad respecto a su precipitación es que ella es suficiente para alimentar dos de los ríos más grandes de Colombia, el San Juan y el Atrato.
Región Amazónica. La exuberancia de su verdor, su gran extensión, las aguas abundantes, su riqueza natural y las guerras de ejércitos femeninos que le dieron su nombre, fueron relatados en las bitácoras de viajes del conquistador español Francisco de Orellana en 1542. Durante la mayor parte del período Terciario el Amazonas era un mar abierto hacia el Océano Pacífico, al levantarse los Andes, al final del período Cenozoico, quedó separado del Pacífico y perdió poco a poco su salinidad, este fenómeno fue ayudado por las copiosas lluvias ecuatoriales que terminaron por convertirlo en mar de aguas dulces. La cordillera andina contribuyó con otra parte a la amazonía para que esta tuviera tierra firme, debido a sus sedimentos erosionados transportados por las aguas.
Durante la transformación de sus aguas, se produjeron también cambios en algunos ejemplares de su fauna en animales de agua dulce; como los delfines por ejemplo, que eran organismos esenciales de agua salada. La región amazónica tiene la más rica y extensa floresta tropical debida a su propia superficie. En resumen, el sector amazónico colombiano ha estado descuidado; sin embargo, tenemos una gran riqueza en diversidad de especies que aun no se han clasificado ni se han estudiado a profundidad.
Asegurar un mañana mejor para el mundo es proteger este patrimonio, las selvas representan aire puro, agua en gran cantidad, ecosistemas saludables, recursos naturales sostenibles, solidez económica para los países que poseen este tipo de ecosistemas. ¿La solución? Suena más sencilla de lo que solemos ver: no talar los bosques, no contaminar las aguas, no atentar contra la fauna, no atentar contra la flora natural, no desproteger ninguno de los territorios que conforman este tipo de selvas y bosques. Si cumplimos con estos objetivos, podremos sostener por muchos años este precioso planeta.
[widgetkit id=9059]
____________
*John Mayshash es fotógrafo y periodista de la Universidad Jorge Tadeo Lozano de Bogotá. Realizó estudios de Periodismo Cultural en España. Estudió artes visuales y fotodiseño en Francia. Ha colaborado como periodista integral en revistas internacionales como National Geographic, Geomundo, Vida Silvestre, Fotomercadeo, Viajes y Aventura. Es colaborador del periódico El Colombiano de Medellín. Dentro del periodismo cultural, se especializó en temas como la ecología y conservación ambiental. Es miembro colaborador voluntario de Proaves y conferencista universitario.