EL ADIOS DE LUPITA
Por Gustavo Arango*
María Guadalupe Villalobos Vélez, más conocida como Lupe Vélez, nació en San Luis Potosí (México), el 18 de julio de 1908. A los 13 años fue enviada a un convento en Texas, pero su actitud inquieta hizo imposible que llegara a ser monja. Como su familia andaba mal, Lupe regresó a México y empezó a trabajar en una tienda de ropa. Entregaba a su madre y a su hermana casi todo su salario, pero ahorró pequeñas cantidades para tomar clases de baile. Su belleza no tardó en llamar la atención de algunos productores mexicanos. A los 16 años empezó su carrera en los escenarios. Al principio encontró la resistencia del gremio de actores, pero pronto se convirtió en una estrella de musicales. A los 19 llegó a Hollywood y de inmediato obtuvo un papel secundario en una película de Laurel y Hardy. Poco después apareció en El Gaucho, con Douglas Fairbanks y Mary Pickford.
Fue, en su tiempo, la actriz mexicana de más éxito en Hollywood. El momento culminante de su carrera llegó en 1934, cuando apareció en tres comedias: Strictly Dynamite, Palooka y Laughing Boy. Tal era su popularidad que toda una serie de películas fue escrita para su personaje: Carmelinta Lindsay. Pero su presencia en la pantalla empezó a ser eclipsada por sus tormentosas relaciones amorosas. Su matrimonio con Tarzán, Johnny Weissmuller, duró cinco años y estuvo lleno de alaridos y disputas. Tuvo un romance con Gary Cooper, quien decidió desaparecer cuando entendió que Lupe quería casarse con él. Para 1943, su carrera había entrado en decadencia, y Lupe decidió buscar un nuevo comienzo en México.
Su actuación en la versión Mexicana de Naná, la novela de Zolá, pareció anunciar la llegada de mejores tiempos. Envalentonada por su triunfo, Lupe regresó a Hollywood, donde obtuvo el papel de Pepita Zorita, en Ladies’ Day. Fue su última película. Para entonces, las drogas, el alcohol y su lamentable vida afectiva la tenían acorralada. El golpe de gracia lo dio la ruptura con el joven actor Harald Maresh, de quien Lupe estaba embarazada. El 13 de diciembre de 1944, con 36 años de edad, la actriz decidió quitarse la vida.
Lupe Vélez decidió despedirse de manera triunfal. En un salón de su casa encendió candelabros y dispuso floreros. Luego se puso un vestido de seda, se maquilló y se arregló el pelo. Cuando todo estuvo listo, se echó a la boca un puñado de sedantes y se acomodó entre terciopelos. Mientras esperaba a que las pastillas hicieran efecto, imaginó los titulares y la foto en los periódicos del día siguiente. Disfrutó de antemano del remordimiento que sentirían esos hombres que nunca la valoraron. Imaginó la reverencia con que la posteridad seguiría recordando su aspecto ausente y digno al momento de morir. Entonces, sintió un terrible malestar estomacal y salió corriendo hacia el baño. Fue allí, con la cabeza reventada contra la taza del inodoro donde llegó a encontrarla la posteridad.
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* Gustavo Arango es profesor de español y literatura latinoamericana de la Universidad del Estado de Nueva York (SUNY), en Oneonta y fue editor del suplemento literario del diario El Universal de Cartagena. Ganó el Premio B Bicentenario de Novela 2010, en México, con El origen del mundo (México 2010, Colombia, 2011) y el Premio Internacional Marcio Veloz Maggiolo (Nueva York, 2002), por La risa del muerto, a la mejor novela en español escrita en los Estados Unidos. Recibió en Colombia el Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar, en 1982, y fue el autor homenajeado por la New York Hispanic/Latino Book Fair, en el marco del Mes de la Herencia Hispana, en octubre de 2013. Ha sido finalista del Premio Herralde de Novela 2007 (por El origen del mundo) y 2014 (por Morir en Sri Lanka).