WAYRAYARIPAY: SONIDO DEL VIENTO. POESÍA EN QUECHUA, INGLÉS Y ESPAÑOL

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wayrayaripay

Por Eliana Maldonado Cano*

Estos poemas nacen del recuerdo. De la necesidad de enviar un mensaje a través de un elemento mágico que no tengo, solo una versión moderna de madera me acompaña. El sunwayllu o tábano zumbador, como le llamaban en el Perú, es un trompo usualmente ahuecado que al hacerlo girar mueve el viento con tal fuerza que su sonido se parece al sonido de las alas del tábano. El personaje principal de la novela de José María Arguedas, Los ríos profundos, es Ernesto. Este de chico en medio de la desesperación envía a través del sunwayllu un mensaje a su padre y ora a los cielos para que viaje con el viento y llegue a sus oídos como una súplica. Cuando leí por primera vez esa obra sentí que debía encontrar uno para mí. En numerosos viajes por más de cuatro años lo busqué, y solo encontré variaciones toscas de este. Creo que la variación de la que hablaba Arguedas ya no existe o se fabrica.

La tesis doctoral que inicié en el 2015 me llevaba y traía recurrentemente a la selva, la sierra y la costa peruana, yo buscaba, leía y aprendía cada día un poco más del mundo andino, sus orígenes, cultura. Un día cualquiera encontré un trompo en un mercado pequeño en Lima y una abuela quechua hablante que poco me entendía, pues mi quechua es muy rudimentario, me lo vendió como una más de las tantas cosas que pendían de su estante. Otros trompos de madera vinieron de diferentes lugares del Perú, uno de ellos lo dejé allí con el ánimo de que alguien me enviara un mensaje, pero esa persona nada sabía de su poder y yo jamás le expliqué. Todos los que tengo están guardados, bien encordelados, como tesoros.
 
[…]

La wayra / viento en las noches de medicina me recordaba al sunwayllu, el viento limpiando la tierra y abriéndose paso en mis pulmones. Las palabras quechuas que decían más que su simple traducción al español. Como alguna vez lo escribió Arguedas en la obra Canto Kechwa: «No encontré ninguna poesía que expresara mejor mis sentimientos que la poesía de las canciones kechwas. Los que hablamos este idioma sabemos que el Kechwa supera al castellano en la expresión de algunos sentimientos que son los más característicos del corazón indígena: la ternura, el cariño, el amor a la naturaleza». Muchas cosas sucedieron en esa tesis doctoral, muchas palabras poderosas me invadieron y se apoderaron de mis afectos y sentires. Llegaron pájaros como el urutaú que solo yo escuchaba en casa mientras el resto parecía no oír, o aromas que solo podía sentir, presencias que se acercaban a susurrar mensajes que luego encontraba en algún libro o ensayo.

[…]

No sé qué tan validas o necesarias sean estas razones del por qué quise hacerlo en quechua e inglés, pero así lo quise. Solo quiero que otras personas puedan llegar a estos poemas, como algún día Arguedas quiso llevar el quechua a la costa, o Selnich Vivas el mɨnɨka a Colombia y Alemania. Esa necesidad del ser humano de querer que otros encuentren el mundo maravilloso que yo he encontrado y que nos hace cambiar y volvernos quienes somos cada hora que pasa. Dejo aquí entonces estas «Notas del Autor», siete años de trabajo y cambio en apenas veintitrés poemas.

I

Chhaynaqa, nanaymi saphikunaway t’inkinakunku Pachamamawaytaq sinp’arinakun.
Mana kichakuq atikuypaqmi Huk linphuyaymanta isanka
Rimaykunataqmi kaqmanta kutirpamunku huk musuq pachakunata awananpaq.

*

Entonces el dolor se fusionó con las raíces del árbol y se entretejió con la tierra.
Un Canasto de las tinieblas fue llevado a donde no pudiera abrirse
y las palabras volvieron a brotar para tejer otros mundos posibles.

*

Then the pain blended with the roots of the tree and got interwoven with the soil.
A Basket of Darkness was taken away where it could not be opened
and the words sprouted up again to weave other possible worlds.

II

Chay tutan hayk’aqcha Limamanta sunwayllu apamusqayta muyuchirani.
P’itaylla rumikunaq hawanman p’itarparin Hukmanta kaymanta mana kuyukachaspalla. Achhuyaykuni llanp’ulla
Iphu paraq chawpinpi willakuyta aparachini:
—munakusqayta ñiy, upallaypi asiyniyta riqsikuni Qusqupi pirqakamaraqmi mana wiyaharaniñachu Rumikuna kanakuq qhawaq, qaraypipuniya rawraran. Rugayukuni mana yachasqayta ñikunanpaq
Mana imapaqpas, ichaqa chhaynayá munay karan. Rimaykunapi kunan yachachiwasqan rimarimaran Upallay para tutapi chakanpa chawpinpi qasillataq sunqun phatatatasaqtin.
Upallaspa ñisqanp

*

Esa noche hice girar el sunwayllu [1] que alguna vez traje de Lima.
Su sonido saltó veloz sobre las rocas de una a otra sin siquiera tambalearse.
Me acerqué y suave
en medio de la brisa envié el mensaje:
—dile que lo quiero, que en el silencio reconozco su sonrisa, que no tuve que viajar hasta el muro de Cuzco para ver las piedras arder pues ya se quemaban entre mi piel.

Le rogué que le dijera que no sabía el por qué, ni el para qué, pero que así era el amor,
que él me enseñaba las palabras que
se balbucean en el silencio de una noche de lluvia entre sus piernas y el corazón latiendo lento y pausado.
Lo que se dice cuando se calla.

*

That night I spun the sunwayllu that I once brought from Lima.
Its sound jumped swiftly over the rocks
from one to the next without even staggering. I approached myself and softly,
in the middle of the breeze, sent the message:
—tell him that I love him, that in this silence I see his smile,
that I didn’t have to travel to the wall of Cuzco to see the stones burn because they were already burning inside my skin.

I begged him to tell him I didn’t know why, neither what for, but that’s the way love is, it taught me the words that
babble in the silence of a rainy night between his legs and his slow beating heart. The things we say when we keep quiet.

IV

Atuq, tayta mamayta amaña maskaychu ñipuway. Umaytan wit’urani, mana tariwananpaqtaqmi qaqa urayman urmachirani.
Kay ranra ranra ñankunapi purispanmi yawarchakun chakikuna.
Ariqpa chakinman maskanaypaq apawanku. Hanaq pachapi q’unpu phuyukuna huñunakunku parananta watuspa.
Kay Apuyayaq waqtanpi ch’in upallayllata tarisaq, Paymi mañakusqayman rinrinta wisq’arparisqa.
Ñiy, atuq, mayuq t’ikanpiwan chawpinpi kusi p’itasqanta ñiy.
Amayá llakyñiytaqa willankichu,
Amallataq yana q’aytukunaq wayraq wisñisqanta- Upallayqa sinchi kastigun ñuqaq qatanaypaq Mana tarinata munaqpas,
Marq’asqa,
Kay lliphisqa sinp’a paypaq awasqayman hap’ipakuspa.

*

Atuq [2], dile a mi madre y a mi padre que no me busquen. Me he cortado el cabello y lo he dejado rodar ladera abajo para que no me encuentren.
Sangran los pies al caminar por estos caminos rocosos que me llevan a buscarle junto a las bases del volcán. Arriba nubes circulares se agrupan augurando lluvia. No encontraré más que silencio a la orilla de este dios que ha cerrado sus oídos a mi ruego.

Diles, diles Atuq, que corro feliz entre ríos y flores, no les cuentes de mi pena,
ni de los hilos negros que se esparcen con el viento. El silencio es suficiente castigo a mi afán de cobijar a quien no quiere ser encontrado,
abrazado,
enlazado en esta trenza de colores que tejí para él.

*

Atuq, tell my mother and father not to look for me. I’ve cut my hair and let it roll down the hillside so they can’t find me.
My feet bleed as I walk over these rocky roads
that take me on my search for him around the volcano. Above, a group of circular clouds have gathered, predicting rain.
I will find nothing but silence on the slopes of this god that has shut his ears to my plea.

Tell them, tell them Atuq, that I run happily among rivers and flowers,
don’t tell them about my sorrow,
nor about the black threads that go flying with the wind. Silence is enough punishment for my eagerness to shelter him, the one who doesn’t want to be found,
embraced,
entwined in this braid of colors that I wove for him.

XIV

Q’intin wasiman hamun, ñawiykunaq chinpanpitaqmi phawakachan.
Ima ruwanaytapas munachkanmanhina qasilla qhawawan.
Killan ñawiykunapi kachkan, chask’akunataq wasaypi llut’asqa.
Mana riparay phawakachayninway purikuwan, Kuwirpuy patapin muyun
Simiykamataq achhuyamuwan.
Mana parlasqay rimaykunamanta mayupin siminta churaran.
Lluqsimuq niktartan ch’unqan, manataqmi runañachu kani
T’ikalla
Pachapi chinkasqa Manataqmi paypachu.

*

El colibrí viene a casa y vuela frente a mis ojos. Estático me observa como esperando que haga algo.
Tengo la luna en los ojos y las estrellas tatuadas en la espalda.
Me recorre con su aleteo imperceptible, gira sobre mi cuerpo
y se acerca hasta la boca.
Posa su pico sobre el río de palabras que no pronuncio. Sorbe el néctar que sale y ya no soy humana,
solo una flor, perdida en el espacio que no es suyo.

*

The hummingbird comes home and flies in front of my eyes.
Static, he looks at me as though waiting for me to do something.
I have the moon in my eyes and the stars tattooed on my back.
He flies around me with its imperceptible flutter, rotates over my body
and gets close to my mouth.
He puts his beak over the river of words I don’t utter.
He slurps the nectar that comes out and I’m no longer human,
only a flower, lost in the space that is not his.

* * *

El presente texto es una selección del libro «Wayrayaripay. Sound of the wind. Sonido del viento» publicada por www.valparaisoeditions.us en 2023

NOTAS:

[1] Zumbayllu: Trompo mágico utilizado por algunos indígenas quechuas que tenía la capacidad de llevar un mensaje de un lugar a otro a través del aire.

[2] El tío zorro.

__________

*Eliana Maldonado Cano. Nace en 1978 en Medellín (Colombia). Ingeniera, Msc en Ciencias de la Tierra. Diploma en Didáctica de la Literatura Infantil y Juvenil en la Universidad San Buenaventura, diplomada en Gestión Bibliotecaria en la Universidad Alberto Hurtado de Chile. Es Doctora en Literatura de la Universidad de Antioquia con una tesis Magna Cum Laude sobre las Poéticas quechuas en la obra de José María Arguedas, con el acompañamiento del profesor Vivas Hurtado y la investigación con una pasantía en Alemania, en la Universidad Freie, en Berlín.

Entre sus publicaciones están: Bajo la piel (2007), Lunas de sombra (2010), Hacia el Pacífico (2015), Cartografía de la lluvia (2016), El pozo de la infancia (2018). Otras obras publicadas se encuentran inmersas en Ellas escriben en Medellín (2017), Poesía colombiana del siglo XX escrita por mujeres (2014) e Historias que no son cuento: experiencias de lectura y escritura de Medellín (2014). En su último libro Aquellas mujeres en Miniatura (Pigmalión, 2019) se aventura a la narrativa con 19 historias de mujeres de su ciudad. En este nuevo libro presenta su experiencia de vida a través de lo vivido y sentido al explorar el mundo ancestral de los Andes latinoamericanos.

Sus últimos libros han sido publicados por la Editorial Sial Pigmalión España. Sus libros se han presentado en España, París, Colombia, Perú, entre otros. Poemas suyos han sido traducidos al inglés, francés y al portugués.

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