QUÉDATE CON LA PAZ Y OTROS POEMAS
Por Consuelo Hernández*
QUÉDATE CON LA PAZ
Después de tanto trecho recorrido
de tantas millas de letras indigestas
de tanta palabra oscureciendo tus calles
de tantas cordilleras y selvas desandadas…
después de todo
quédate con la paz.
¿Para qué tanto agitarse?
tanta espina
punzarnos
¿para qué?
tantos rifles, municiones, flechas y arcos
si el blanco está en ti misma
y no lo ves
Quédate tranquila.
Si te lanzas al vacío
sufres vértigo
si te encadenas a las cosas
te perderás en el enredo del anzuelo.
Mejor inúndate de paz
sin deseos que coman las agallas
no alimentes las fuentes de dolor
y por añadidura vendrá todo lo demás.
PROPIEDAD PRIVADA
Todo se lo llevaron los señores del poder
los desarrollistas enrollaron el paisaje en su ambición
los inversores invirtieron los valores
los interesados se desinteresaron por el prójimo.
Tierra violada
erosionados tus montes
contaminada tu leche curativa
herida tu piel de mujer.
Ya no habrá playas para ti
mi niño
no habrá aire limpio en tu paisaje
la tierra ya tiene dueños
el oxígeno y el agua tienen dueños
y hoy leí en el diario que se subasta la luz del astro rey…
Debes construir un refugio
en la cima de tu propio abismo
y aprender a vivir en el resplandor de tu propia desnudez.
ESPÉRAME
Fuimos dos náufragos que siempre se buscaron
nos cegaron las nubes
nos cayeron rayos y aguaceros
dos gotas del mismo mar en la distancia
la fatalidad nos ató las manos llenas.
Espérame porque en la eternidad he de buscarte
retorceremos el tiempo y sus designios
ya no seremos más dos viajeros
con destinos opuestos.
ORACIÓN
Protégeme, Señor, de tanta escoria
atravesada hoy en mis veredas
purifica mi sangre de rencores.
Brilla mis huesos,
hazlos flautas de melodías más sublimes.
Dame forma de piedad
compadécete, Señor, de tantos necios
que merodean en mis predios interiores.
Desteje el manto de la noche
y cuídame del zarpazo traicionero de las gatas.
Despoja a los miserables de sus armas,
somételos a tus leyes
las leyes de tu grey.
Une mi petición al viajar del universo
vuelve a los hipócritas estatuas
y congela las lenguas viperinas.
Haz que reconozca el disfraz de la maldad,
dame vida para usufructuar tus espacios
y que no me llegue tarde la dulzura.
Soy maestra de lidia,
pero no permitas que me agote en la pelea.
Hazme ver claro.
desata mis cadenas
oye la súplica de tu fiel devota
y no permitas que las caras de Saturno
las sonrisas del payaso
las miradas afiladas se detengan a mi vera.
¡Así sea!
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* Consuelo Hernández es profesora de literatura latinoamericana, poesía, literatura centroamericana, colombiana y afro-latino americana del siglo XX. Tiene cerca de cincuenta publicaciones en revistas de prestigio. Ha publicado obras como Álvaro Mutis: Una estética del deterioro y Voces y perspectivas en la poesía latinoamericana del siglo XX. Tiene artículos destacados en revistas profesionales como: Revista Iberoamericana, MACLAS. Latin American Essays, y Revista de Lingüística y Literatura. Ha publicado cuatro libros de poemas: Voces de la soledad, Solo de violín: Poemario para músicos y pintores, Manual del peregrino. Tmbién tiene una colección bilingüe: Poemas de escombros y ceniza/Poems from Debris and Ashes. Su poesía ha sido incluida en numerosas antologías en Latinoamérica, España, Canadá y Estados Unidos. Ha recibido distinciones del Concurso de Poesía Internacional de «Ciudad de Melilla», en España, y en el Concurso de «Letras de Oro» de la Universidad de Miami. En 2011, la Dra. Hernández recibió el premio «Antonio Machado» de Poesía en Madrid, España, y el Consejo del Atlántico Medio de Estudios Americanos, le otorgó el premio James Street en reconocimiento a la Excelencia y al mejor artículo académico publicado en el volumen 24 de Latin American Essays.