Invitado Cronopio

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El nombre de las cosas

EL NOMBRE DE LAS COSAS

Por Miguel Falquez-Certain*

Siempre existe algo que no marcha con la realidad de las cosas.
Si miras el ocaso y no comprendes el viaje que a punto estás
de emprender, tal vez sea necesario recoger tus pasos,
acaso recordar cómo era el cielo que se sumergía en el océano
como la tinta indómita de un pulpo desquiciado. No sientes
hoy en el recuerdo el grito ahogado del disturbio ni el reflujo
de un don inconfeso: comprendes la pluralidad de voces
y la marcha indefectible de tus jugos, o saltas o mueres
o vives o triunfas, pero el mundo allí continúa, ajeno en su
cercanía de abismos, con los ecos de múltiples ofertas
y las renuncias de canículas en los estertores de la cúspide,
o tal vez con el llanto incomprensible y hosco que hace posible,
finalmente, el conocimiento histórico de tu realidad.
Cada hecho es posible interpretarlo y reinterpretarlo
de múltiples maneras, porque es necesario que sepamos
lo que es la razón y cómo alcanzarla: la existencia subvierte
la verdad, ocultándola, desplazándola, suprimiéndola.
Sin embargo, no comprendes la acuciosidad de sus
desempeños (ese rito inveterado de su muda elocuencia)
ni los conflictos de los diversos significados.

El mundo
ocupa los espacios de la mente: mi auténtico yo,
no puedo poseerlo, porque la realidad es presente
como transición. Estamos solos. En medio de la libertad
absoluta de la noche, en el gesto decidido de la desposesión,
en la ausencia irrecordable de ataduras, fetiches y estirpes,
el alba anuncia, en el incendio glacial de los arreboles,
el fin ineludible de nuestra larga noche y el inicio de la paz.
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EL RADICALISMO DE UN FUTURO

Dicen que en el garito (que es la vida) y entre hermanos,
la tierra y el agua son de todos y se reparten por igual,
pero no os engañéis, que en el pasado, el presente y el después,
en el ayer que ya no es, en el ahora que sólo existe y en el futuro
que aún no es, las cosas tienen el nombre que el lobo les asigna
en su lucha sin cuartel por poseer, hoy y tú, mañana y yo,
ayer y él, no somos en las circunstancias que nos dais sino
en las que decidamos nominar, el hombre y la mujer,
la garota y el chaval, el lobo, la zorra y el bufón, todos
circulan indefensos y sublimes por los meandros mercuriales
del dolor y del placer, tú y yo somos uno en la miseria
del tener, pero múltiples, unívocos y solidarios
en la cinta infinita y variopinta de Möebius en la que todos
sin temor nos encontramos, hoy y ayer y en el futuro
que aún no es, los hermanos sin revés, la calma ahíta
de la tierra en la que el agua, la suma de las cosas
y el placer, la ternura del momento en que el sinsonte
catapulta la sonrisa tintineante del reconocimiento
unánime y solidario, vibrante en su inocente
madurez, saldremos, tú y yo, los vecinos y el nogal,
la humanidad entera en su sabrosa idoneidad,
adelante dando tumbos y hallando el equilibrio,
la perfecta testarudez de una síntesis mortal,
construyendo el radicalismo de un futuro que es
presente sin fronteras, sin pronombres posesivos
en su turbulenta y engañosa realidad, la vida,
las cosas, la madera del nogal, la cama en la cintura
del huésped que eres tú y la risa que soy yo,
mi angustiosamente resuelta humanidad,
porque hoy, que no es ayer, construimos
la nervuda y musculosa realidad en la fragua
centelleante de la paz, discurriendo en el presente
y no en el futuro que aún no es, sin presiones
verticales ni ansias reprimidas, desenvolviéndonos
como lúdicas serpentinas en la irreductible
consonancia de un yo plural, el hoy en su cálida
presencia de brumas y arreboles, cara al sol,
sin antes ni después, en la elipsis transitoria
del placer y del saber, el hombre y el chaval,
la garota y la mujer, danzando en el círculo
inconcluso y seductor del atardecer, retomando
el día en la noche y el temblor, en las cenizas
del lobo y en el estertor de un nuevo amanecer,
solos, tú y yo y la entera humanidad, en el discurso
sinuoso y convincente de la solidaridad.

* * *
Los presentes poemas hacen parte de su próximo poemario, aún en proceso de edición.

___________
* Miguel Falquez-Certain (Barranquilla). Reside en Nueva York desde hace cuatro decenios donde se desempeña como traductor en cinco idiomas. Su obra poética, dramática y narrativa ha sido distinguida con numerosos galardones. Licenciado en literaturas hispánica y francesa (Hunter College), 1980. Cursó estudios de doctorado en literatura comparada en New York University (1981-1985). Es autor de Reflejos de una máscara, Habitación en la palabra, Proemas en cámara ardiente, Doble corona, Usurpaciones y deicidios y Palimpsestos (poemarios); de Bajo el adoquín, la playa (noveleta); de seis obras de teatro: La pasión, Moves Meet Metes Move: A Tragic Farce, «Castillos de arena», «Allá en el club hay un runrún», «Una angustia se abre paso entre los huesos» y Quemar las naves, así como de cuentos y relatos. Book Press–New York publicó Triacas (narrativa breve) y Mañanayer (poesía) en 2010. Mañanayer obtuvo la única mención honorífica en The 2011 International Latino Book Awards en la categoría de mejor poemario en español o bilingüe.

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