Literatura Cronopio

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Tras visitar el parque de la memoria

TRAS VISITAR EL PARQUE DE LA MEMORIA

Por Diego Alfaro Palma*

En el país de mis cuatro años no había música que recuerde o fuimos al parque
con otros niños.
en el pasaje jugábamos a las bolitas o con autos de plástico pero nunca más allá
de la línea.
(a los niños los viene a buscar un auto negro les ofrecen dulces les sacan las córneas el hígado el Baso —pero el Baso no sirve para nada—)
mientras mi mamá cocinaba o le escribía una carta a papá yo me sentaba a oír
los temblores pasar bajo la alfombra
habían otras parejas que las habían distanciado él con una casa en el mar ella mirando
florecer el desierto
eran como nosotros tenían una tele una radio les gustaban los libros los domingos por
la tarde conversar con los vecinos cortar pedacitos de queso servirlos en la
boca del otro
escribe escribe escribe y el censurador llegando a su casa a jugar con sus hijos la
chaqueta colgada de la silla mi amor este fin de semana arrendaremos una casa
en la playa tiene forma de A habrá sol y una habitación para los chicos
las cenizas confiscadas el silencio de recordar es un acto revolucionario aquí
fueron treinta mil y no me puedo sacar la imagen de que eran como nosotros se
decían te amo se abrazaban discutían anotaban los gastos tomaban desayuno

DE LAS CAJITAS DE CORNELL

En cada uno de nosotros existen cuartos secretos esos cuartos están saturados
de cosas no hay luz o quizás solo una vela que guardamos por si tiembla
nuestras formas de pensar se disponen de la manera en que apoyamos los objetos
algo más inclinados en cualquier parte del suelo
De eso hablábamos el otro día viendo las cajitas de Cornell con cacatúas ilustradas
números de la lotería ramas oscuras
Uno de los dos lavaba los platos o ya habíamos terminado de comer y el marco
que separa el monoambiente nos encuadraba junto a las miguitas de pan
Cada uno ha elaborado un modelo de conducta y de decir la palabra entonces mi taller
era los viernes de caminatas por la avenida
Primero comíamos un sándwich arrendábamos una película cerveza en mano
No teníamos ni la menor idea de qué tipo de aparato era un poema pero sabíamos que
abrían partes de una casa a la que nos daba miedo pasar
Hoy esas zonas están al descubierto con lo que fuimos encontrando o nos cargaron sin
querer: un parque abierto al público con riego automático.

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VERANO

«El amor nos agarró y nos estrujó como a limones desesperados»
(Pablo de Rokha)

Vivir en una casa es tener tiempo para vivirla y dejarlo ir como el polvo formando
constelaciones bajo la cama
flores o arbustos en su lenguaje de agua luz y sombra
escuchar la trizadura de los platos por dentro mientras descansan
tener el rito de lavarlos por respeto al inquilino que vive dentro de cada uno
y a nuestros dioses domésticos parpadeando con la timidez de los niños muertos
en una casa el pasado es patente y verde como un cerro
por televisión pasan la historia de un país que fue desapareciendo
(¿será aquel el mío?)
lo que aprendí está ahí listo para ser cambiado
las naranjas aunque viejas
manchadas de un gris rupestre
poseen todavía el jugo que necesitamos al despertar
las aspas se hunden en su carne volviéndolas agua
mientras al fondo muy al fondo alguien trabaja adentro
la máquina pulsa el tiempo su flujo incombustible
la poesía es un trabajo con uno mismo
tan necesario como mantener una cuota de rencor contra los gimnasios
adentro el ejercicio es real y se paga en moneda dura
ahora tu cabello vuela sobre el mar entre ramitas de cedro
el espectáculo es el motor del mar que funciona
vamos a escondernos en las rocas para comer
es el sol el que te ha dado esta liviandad como si no importara nada
nuestras ideas son en parte estas gaviotas que vuelan sin dirección
dejemos de extrañar los días de playa ahora que la ciudad se enfurece y entramos
cansados
al final no importa el lugar sino que nuestros ritos permanezcan intactos
como un oleaje de árboles frutales prontos a madurar

_________
*Diego Alfaro Palma (Limache, 1984) ha publicado los libros de poemas «Tordo» (Cuneta, 2014 / Limache250 Editora, 2013), Premio de Literatura de la Municipalidad de Santiago 2015; «Paseantes» (Ed. Temple, 2009), editado «Poesía reunida de Cecilia Casanova» (Ed. Univ. de Valparaiso) y «Antología de Ezra Pound en Chile» (Universitaria, 2011). Ha traducido «El pensamiento zorro» prosa de Ted Hughes (Limache250, 2013). Sus ensayos han aparecido en «El horroroso Chile. Ensayos sobre las tensiones políticas en la obra de Enrique Lihn» (Alquimia, 2014).

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