Sociedad Cronopio

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De la democracia cognitiva y otros demonios

DE LA DEMOCRACIA COGNITIVA Y OTROS DEMONIOS

Por Carlos Alberto Galvis Ortiz*

Carl Sagan, el científico norteamericano autor y productor de la serie de televisión «Cosmos», y además pionero en la comunicación pública de la ciencia, manifestaba de manera magistral en su obra «El mundo y sus demonios» que el hombre vive configurando mentiras que se vuelven verdades… A esas presuntas verdades las llamó «camelos».

Infortunadamente nuestra sociedad contemporánea está llena de esos «camelos», aupados por los medios de comunicación y, especialmente, por los hipermedios y sus redes. Uno de esos grandes «camelos» es creer que nuestro sistema democrático es excelso y funciona bien per se. En otras palabras, es creer que la democracia resuelve todo por sí sola, como una panacea a todos los males, o como un fármaco para curar todas las enfermedades.

Lo complejo del asunto radica en que la democracia es una institución social y como tal es producto de las relaciones humanas, de las mediaciones sociales y culturales, y tiene que construirse día a día.

La idea de democracia se puede configurar desde muchas acepciones, desde el concepto de los griegos sobre «el gobierno del pueblo», hasta significados más complejos enaltecidos por la modernidad y el desarrollo de la ciencia política.

Desde el ámbito de la complejidad, una idea ecléctica, integradora, sobre el concepto de democracia radica entonces en pensar la democracia como una institución social, es decir un asunto fundamental en la vida del hombre que compete a todos por igual y con la misma obligación de construirla, así como se preserva la idea de familia, de credo religioso y de credo político.

Pero para lograr ese asunto de fe es necesario educar en democracia. La profesora Elba del Carmen Riera, de la Universidad Nacional de Santiago del Estero en Argentina, en un texto muy hermoso invita a este proceso:

«La estabilidad social precisa de una virtud ciudadana, difícil de desarrollar si no ha empezado a adquirirse a través del proceso educativo. El orden social no es natural, por eso son posibles las transformaciones de la sociedad y por eso es necesario educar en la democracia. Una paideia democrática no brota como una planta sino que debe ser un cometido central de las preocupaciones políticas», dice en su reflexión [1].

En su texto cita a otro filósofo de la complejidad, el español Emilio Roger Ciurana que dice «que no puede existir una verdadera democracia allí donde no se democratiza el conocimiento y la única vía genuina para la democratización del conocimiento es la educación de los ciudadanos, o sea «una educación que nos des-uniformice haciendo de nosotros individuos autónomos y no meros sujetos sujetados por una educación informada e inducida» [2].

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Para la profesora Riera La democracia es un «invento», o sea una creación; por lo tanto es necesario enseñarla y aprenderla. «Para formar hombres es necesario también formar ciudadanos con:

–autonomía personal, con pensamiento autónomo y deliberativo.

–conciencia de sus derechos y responsabilidades.

–sentimiento del vínculo cívico con sus conciudadanos.

–participación responsable en el desarrollo de proyectos que lleven a transformar positivamente nuestra «aldea global».

–asunción de la «doble ciudadanía», ciudadanía cosmopolita nacional, regional y planetaria, vinculada a los miembros de su comunidad por una identidad que los diferencie de otras comunidades, pero también de identificación, en tanto que persona, con todos aquellos que también son personas, aunque de diferentes nacionalidades».

Como una cinta de Moebius, la democracia se nutre de la educación y esta a su vez genera una democracia cognitiva. Se trata de recuperar la educación para la democracia y para los espacios de pensamiento en la construcción de democracia. Como decía el poeta alemán Hölderlin «ahí donde crece el peligro crece también lo que salva». En este verso no sólo se vislumbra la noción de humanidad sino también de participación, de movilización social, de representatividad, de sujeto político desde la perspectiva de un ciudadano posible.

NOTAS

[1] https://www.pensamientocomplejo.com.ar/homenaje/galeria/wp-content/uploads/Riera-Elba-La-democracia-cognitiva-una-tarea-pendiente.pdf
[2] Ciurana, E.: «Complejidad y sociedad civil» Memorias Primer Congreso del Pensamiento Complejo.
Bogotá 2000.

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* Carlos Alberto Galvis es Comunicador Social y Periodista, Licenciado en Español y Literatura, Magíster en Educación y Doctorando en Relaciones Internacionales Iberoamericanas por la Universidad Rey Juan Carlos de España. Obtuvo el primer lugar en el Quinto Premio de Periodismo Alfredo Rosales, otorgado por la Universidad La Gran Colombia (Jurados: Juan Gossaín y Julio Nieto Bernal) – de 1995. Fue Medalla al Mérito Periodístico Manuel del Socorro Rodríguez, otorgada por la Gobernación Del Quindio, en 1994. Recibió el Reconocimiento a la labor periodística en EL TIEMPO, Periódico El Tiempo, 1998.

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