Literatura Cronopio

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Desvario en una noche lluviosa

DESVARÍO EN UNA NOCHE LLUVIOSA

Por Blanca Inés Jiménez Zuluaga*

Cierro los ojos. Lo veo muerto, ensangrentado. ¿Qué le hice? Abro los ojos. Oscuridad. Silencio. Tic, tac. Tic, tac. El reloj no para. Horas, minutos, segundos. No puedo dormir. Necesito estar alerta. Ellos vienen. Vienen. Me agarran. Me llevan. No. Nooooo.

Voy a salir. Caminar me despeja. Caminar me des-ata. Me des-liga. Me des-anuda. Sin nudo. ¿Por qué estoy desnudo? ¿Y mi piyama? En el piso. Tirada. No debo salir con piyama. No. Mejor el pantalón. La camisa, los zapatos. ¿Medias? No, medias no. Así está bien.

Todos están dormidos. La puerta. La llave. ¿La llave? Aquí está. Que no suene la llave. Silencio. Shhhh. Si hago ruido se despertarán. Se pondrán alerta. ¿Quién anda ahí? ¿Por qué va a salir a estas horas? No me dejaré. Esta vez no.

Por fin la calle. Calle. Callé. Cállate. ¡Que te calles!

Este es mi barrio. Aquí nací. Nacer. No ser. ¿Para qué nací? Ellos me trajeron. Me obligaron a nacer. Yo no se los pedí. Me obligaron. Y ahora no me quieren. No me quieren como soy. ¿Entonces? ¿Qué quieren de mí?

Llueve. ¿La chaqueta? ¡Uy! Dejé la chaqueta. ¡Maldita sea! Dejé… la… Las calles están mojadas. Las casas están mojadas. Los techos están mojados. Los árboles están mojados. El agua lava. Bahhh. No me importa. Cuando llueve nadie sale. Me lavo.

Todavía es de noche. No-che. Me gusta la noche. Las palabras que tengan no, me gustan. Nó-mada. No-driza. No-caut. Esa no vale. Está en inglés. No joda, no quiero, no me obligue. No. No. No.

Caminaré. Caminaré. ¿Hasta dónde? ¿Hasta cuándo?

Todo cerrado. Casas. Casas. La de doña Bernarda, la de don Luis, la tienda, la peluquería. Cerradas. Todo cerrado. Estoy solo. ¿Solo? Sí, estoy solo. Mejor así. Nadie me ve. Nadie.

¡Uy! Don Camilo, el profesor de matemáticas. Que no me vea. Todos los días borracho. Usted es muy inteligente, pero le falta disciplina. Gotas de saliva mojan mi cara. Qué asco. ¡Al carajo don Camilo! ¡Al carajo la disciplina! Cruzo la calle. Rápido, rápido. Me escondo detrás del poste. ¡Uf! No me vio.

Él me persigue. Quiere golpearme. ¡Le dije que estudiara, no que se acostara! Golpes en mi cara. Sangro. Un pañuelo. Un trapo. Sangre en mi camisa. Me duele la nariz. Lloro. Sea macho. No quiero mariquitas en esta casa. Idiota. Usted es un idiota. No permitiré que pierda el año. No un hijo mío. Tarado. Me empequeñezco. Como una rata. El libro de álgebra está sobre la mesa. Raíz cuadrada. Potencia al cuadrado. La incógnita. Despejar X. ¿Por qué no le pegué? ¿Y si lo callara de un palazo?

Sí, es él. Es él. Lo veo. Ya viene. Se acerca. No puedo esconderme. Me mira. Veo su cara desfigurada. La boca en la frente. Me habla con signos matemáticos y escupe sus dientes. Cierro los ojos con fuerza. Me cubro la cara. No quiero verlo. No me hable. No me hable. Grito. ¡No! ¡No! Joven, ¿le pasa algo? Un vigilante a mi lado. No me pasa nada. Perdone. Perdone.

Voy llegando al parque. Una banca. Me siento. Aquí estoy mejor. Me quito la camisa. La escurro. No, perro, no. No te la lleves. Jalo. ¡Ay!, la rompiste. Tras. Una patada. Pobre perrito. No chille. Shhh. ¡Que no chille! ¡Cállese! Tras. Otra patada. Pobre perrito. Se fue. Seee fueee, seee fueee. Él se fue, yo me fui, me fui, fui.

Amanece. Los pájaros me tranquilizan. Antes los mataba con cauchera. A los canarios no. Nunca maté canarios. Los ponía en una jaula en el patio. Mi colección de pechitos: rojos, azules, negros, jaspeados. La botaron. ¿Dónde está mi colección de pechitos? La busqué en el armario y nada. Nadie dijo nada. Tiré toda la ropa al piso.

Quiero volar. Ocultarme en una nube. Mis alas son amarillas. Una pajarita me alimenta con su pico y me da calor. Estoy en el nido. Duermo. Al fin duermo. ¿Qué pasa? Aspavientos. Revoloteo. Un gavilán. Plumas. Plumas. Caigo en el vacío. Va-cío. Nada. Soy na-da.

Camino nuevamente. ¿A dónde voy? Voy… voy. La acera está llena de arañas. Cientos, miles de arañas. Un tapete de arañas. Negras, peludas. No puedo pisarlas. Brinco. Se suben por mi pantalón. Corro. Corro. Desaparecen. Des-a-parecen. ¿A qué se parecen?

La iglesia está abierta. Señor, protégeme. No, tú no me proteges, me juzgas. No puedes. No debes. No tendrás malos pensamientos. Padre, a veces quiero golpearlo con mis puños, con un garrote. Sueño y lo veo en el piso ensangrentado. No puedes odiar a tu padre. Arrepiéntete. Pídele perdón a Dios. No hay Dios, padre. Nadie me ayuda. Estoy solo. Solo. Solo.

Ella sí. Pobrecita. Sufre. No lo golpee. ¿No ve que es su hijo? Mi hijo. Mi pobre hijo. Que no lo golpee así. El bruto es usted. Lo va a matar. ¡Cómo se le ocurre! Me abraza. Sus brazos tiemblan. Siento su olor. Su aliento. Tiene miedo. Como yo. Como todos. Como todos en casa.

Tirito de frío. Estoy empapado. Quiero dormir. Dormir. No puedo pisar mis huellas. Me moriría. Hago un rodeo por detrás de la casa. Los niños. Baahhh. Para el colegio. Baahhh. Buses. Carros. Pitos. ¡Silencio! Shhhh. Dije que silencio. ¡Silencio! ¡Uy!, casi grito. Lo pensé. Solo lo pensé. No puedo gritar. Cuando grito, me agarran. Me llevan.

Acelero el paso. Corro. Corro. Me ahogo. ¡Uf! No puedo respirar. Paro. Despacio. Camino despacio. Respiro hondo. Ya llego. Ya llego. ¿Las llaves? ¡Uy, no saqué las llaves! Toco la puerta. Vuelvo a tocar. Toco. Toco. Margarita me mira asustada. ¿Dónde estabas? No respondo.

El reloj no para. Tic, tac. Tic, tac. Escucho voces. Son ellos. Vendrán. Quieren llevarme. Él quiere llevarme. Me envuelvo. Me ovillo en la cama. No. No. No puedo dormir. Debo estar alerta. Resistirme. Con mis uñas. Con mis dientes. ¿Una inyección? Manoteo. Patadas. El hospital. No. Choques eléctricos. Contorsiones, convulsiones. Mi lengua sangrando. No, no. Esta vez no. No dejaré. No dejaré que me lleven. Gritaré. Gritaré. Esta vez no. Esta vez no. No. Noooo.

* * *
El presente monólogo hace parte del libro «Voces y secretos», publicado por la Editorial Universidad de Antioquia, 2016.

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* Blanca Inés Jiménez Zuluaga (Medellín, 1950) es profesora e investigadora jubilada de la Universidad de Antioquia. Ha publicado varios libros, como autora o coautora, sobre la familia y el conflicto armado. En 2012 obtuvo el primer lugar en Medellín en el concurso de cuento Historias en Yo Mayor, organizado por las fundaciones Saldarriaga Concha y Fahrenheit 451. Desde 2010 participa en el taller de escritores de la Biblioteca Pública Piloto, dirigido por el escritor Jairo Morales Henao.

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