Literatura Cronopio

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Creando significados
CREANDO SIGNIFICADOS

Por Carmen Elisa Benavides M.*

Interpretar el significado de una obra literaria es darle sentido a lo que dice el autor, por lo cual cada interpretación depende de varios factores como son la formación, el conocimiento o el momento emocional en el que hemos leído el texto. Para la acción de interpretar una obra literaria, debe existir la presencia de un lector activo que procese, codifique y construya su propio significado, que no siempre es el mismo del autor. El lector activo es por lo tanto un creador de significados.

Con la anterior premisa interpretamos bajo tres perspectivas la obra «Fantasmas», que forma parte de la antología de novelas policíacas titulada «Trilogía de Nueva York», publicada entre 1985 y 1987 por el escritor norteamericano Paul Auster (New Jersey, 1947). El argumento de «Fantasmas» es el siguiente: Blanco le encomienda a Azul la misión de seguir a un hombre llamado Negro y debe mandar a Blanco un informe semanal del seguimiento. Blanco no sabe cuánto durará el caso, por lo cual Azul debe seguir enviando los informes hasta nuevo aviso.

Para la primera perspectiva tomamos como base las instancias que conforman la psique humana según la teoría de la personalidad desarrollada por el neurólogo austríaco Sigmund Freud (1856–1939): Ello, Yo y Superyó.

«Podría decir simplemente que la instancia particular que empiezo a distinguir dentro del yo es la conciencia moral, pero es más prudente considerar autónoma esa instancia, una de cuyas funciones sería la conciencia moral y otra la observación de sí, indispensable como premisa de la actividad enjuiciadora de la conciencia moral. Y como cumple al reconocimiento de una existencia separada dar a la cosa un nombre propio, designaré en lo sucesivo «superyó» a esa instancia situada en el interior del yo». (Sigmund Freud, Obras completas, 1991, Pg. 55)

«Entonces, ya no usaremos más inconsciente en el sentido sistemático y daremos un nombre mejor, libre de malentendidos, a lo que hasta ahora designábamos así. Apuntalándonos en el uso idiomático de Nietzsche, y siguiendo una incitación de Georg Groddeck [1923], en lo sucesivo lo llamaremos «el ello»» (Sigmund Freud, Obras completas, 1991, Pg. 67)

Azul representa el Ello, la parte primitiva e innata de nuestra personalidad, nuestros impulsos y deseos más elementales, como el conseguir la comida, la agresividad y el sexo. El Ello es totalmente amoral. El Negro representa el Yo, que permite reconocer las acciones que realizamos y la oportunidad de elegir el camino a seguir. Blanco representa el Súper yo, que son los pensamientos morales y éticos del sujeto con los cuales elabora la evaluación, la crítica y el reproche.

En la obra sale vencedor Azul (el Ello) porque mata a Negro (el Yo) y niega la existencia de Blanco (el Súper yo). Para Azul, prima la satisfacción de los impulsos orgánicos y no tiene en cuenta las leyes lógicas del pensamiento consciente. Un individuo en el que prime el Ello es fácilmente presa de los placeres sin restricción alguna y tratará de darles una satisfacción inmediata.

«Finalmente, cuando la furia de Azul empieza a calmarse y ve lo que ha hecho, no sabe con certeza si Negro está vivo o muerto. Le quita la máscara de la cara y pone la oreja contra su boca, esperando oír el sonido de su respiración. Le parece oír algo, pero no está seguro de si es el aliento de Negro o el suyo. Si está vivo ahora, piensa Azul, no será por mucho tiempo. Y si está muerto, amén».

Aunque el primer enfoque lo hemos hecho tomando como base a Sigmund Freud, también podríamos darle una interpretación bajo la perspectiva humanista del psicólogo y filósofo alemán Erich Fromm (1900–1980), por ejemplo, analizando qué motivación subyace tras el comportamiento del detective Azul.

«Desde el punto de vista del psicoanálisis no nos interesa en primera línea, y por cierto no exclusivamente, averiguar cómo se comporta un hombre desde un enfoque totalmente exterior, sino qué motivos, qué intenciones tiene, y si éstos son conscientes o inconscientes» (Erich Fromm, El amor a la vida, 1994, Pg. 17).

En la perspectiva dos tomamos en cuenta la acción detectivesca como herramienta para conducir a los interrogantes que a lo largo de décadas se ha planteado el ser humano: ¿Quién soy?, ¿me conozco realmente?, ¿soy en realidad esa persona que el resto de gente ve en la vida cotidiana?, ¿o llevo acaso una máscara para ocultar otras identidades que no me atrevo ni siquiera a pensar, tal vez por temor? ¿Soy culpable? Si soy culpable, ¿por qué soy culpable?

El tiempo libre que tiene Azul, y que nunca antes lo había tenido por estar enfrascado en su profesión de detective no sedentario, lo lleva a auto confrontarse, a crear historias y a elucubrar acerca de sí mismo. Convierte su vida en un misterio que recrea a lo largo de la novela con los personajes creados por él mismo: Blanco y Negro. Estos personajes representan aquellas identidades que Azul nunca ha permitido que salgan a la luz. Blanco, que es capaz de tomar decisiones, enjuiciar y criticar. Negro, que practica actividades solitarias: leer y escribir.

«Hasta ahora Azul no ha tenido muchas oportunidades de permanecer inactivo, y esta nueva ociosidad le ha dejado un poco perdido. Por primera vez en su vida le parece que le han dejado a solas consigo mismo, sin nada a que agarrarse, nada que le permita distinguir un momento del siguiente. Nunca ha pensado mucho en su mundo interior, y aunque siempre ha sabido que estaba allí, ha sido un territorio desconocido, inexplorado y por tanto oscuro, incluso para sí mismo».

Al final de la obra, el detective consigue aclarar el misterio de su vida, al darse cuenta de una manera consciente que esos personajes son él mismo. Se hace evidente cuando encuentra en el apartamento de Negro no solo la máscara usada por Blanco en la oficina de correos, sino también los informes que él ha escrito sobre el caso.

«Coge los papeles que ha robado, esperando distraerse de esos pensamientos. Pero sólo agravan el problema, porque una vez que empieza a leerlos, ve que no son más que sus propios informes».

«Es difícil decir exactamente qué esperaba encontrar Azul, pero en cualquier caso no era eso, no era lo que ve en cuanto entra en la habitación. Negro está allí, sentado en su cama, y lleva la máscara otra vez, la misma que Azul vio en el hombre de la oficina de correos».

En la perspectiva tres interpretamos la obra desde una enfermedad que es poco frecuente, el Trastorno de Identidad Disociativo (TID). En este caso, en nuestro detective Azul existen tres identidades que toman el control de su conducta, teniendo cada una de ellas sus propios recuerdos, relaciones y actitudes: Azul es la identidad cotidiana; Blanco es la identidad autoritaria y solitaria, la que dice si las acciones son o no correctas, y Negro es la identidad que transgrede las normas.

El escritor utiliza en la obra un narrador omnisciente sobre el personaje principal, el detective Azul, por lo cual conocemos sus acciones, sus pensamientos y sus reflexiones. Con esta técnica y el ritmo acelerado de la narración, Azul se va haciendo consciente, a lo largo de la obra, de que existe dentro de él una identidad autoritaria y otra transgresora, y termina destruyéndolas.

Con lo expuesto anteriormente podemos deducir que existen diferentes ángulos desde los cuales es posible crear significado a un texto, y hay tantas interpretaciones como lectores activos se sumerjan en el universo de una obra literaria. En nuestro caso, a la obra «Fantasmas», se le ha creado significado desde la perspectiva del psicoanálisis, de la metafísica y de la ciencia médica. ¿Cuál de los tres significados es el mejor o el más apropiado? Eso lo deciden ustedes, queridos lectores.

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* Carmen Elisa Benavides nació en Cali. Estudió Contaduría en la Universidad Santiago de Cali. Participó en dos talleres de Escritura Creativa en el Metropolitan Community College de la ciudad de Omaha (NE) y actualmente participa en el taller de Escritura Creativa de la Universidad Santiago de Cali. Publicó un libro titulado «A dream made of words» (2007). En el año 2015 ganó una mención de honor en el concurso Historias en Yo Mayor, con el cuento «Dos Amigos». Algunos de sus escritos han sido publicados en: «Para antes del olvido» (2015), «Que todo el mundo te cante» (2016), «Sensaciones y Sentidos IV» (2017), «V Antología de relatos eróticos» (2017), «Pluma, tinta y papel VII» (2018), «Micro fantasías III» (2018), «Antología Soles y Lunas» (2019, 2020).

3 COMENTARIOS

  1. Qué buen ensayo, motiva a la lectura del texto de Paul Auster; donde, según la ensayista, cobran vida las teorías de Freud y Fromm, como también el TID, muy amplio el análisis para llenar de significado la obra. Gracias, ya la empecé a leer.

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