Periodismo Cronopio

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Haiti

LOS MENSAJES DE TEXTO SALVARON VIDAS EN HAITÍ

Por Anne Nelson y Mayur Patel*
Traducción de Camilo Ramírez**

El doce de enero se cumplió el aniversario del devastador terremoto que sacudió Haití, matando a más de 230.000 personas y dejando sin hogar a varios millones de habitantes de la isla. A pesar de que los desastres naturales son frecuentes, la respuesta humanitaria fue diferente en esta ocasión: nuevos medios y tecnologías de la comunicación fueron usados de maneras sin precedentes para contribuir a los esfuerzos por la recuperación.
Un reporte emitido hoy por Communicating with Disaster Affected Communities (Comunicándose con Comunidades Afectadas por Desastres), con apoyo de Internews y fondos de la Knight Foundation, ofrece una mirada crítica al rol de las comunicaciones en las crisis y recomienda formas de mejorar la efectividad de la utilización de los medios en esfuerzos futuros de recuperación de desastres (La Knight Foundation es un gran contribuyente de Media Shift y de su sitio hermano Media Shift Idea Lab.)

En las noticias posteriores a la crisis, Haití se convirtió rápidamente en un laboratorio del mundo real para varias nuevas aplicaciones, tales como los mapas interactivos y las plataformas de mensajes de texto instantáneos (SMS). En las postrimerías del sismo, dichas herramientas fueron usadas por primera vez a gran escala para construir un diálogo entre los ciudadanos y los trabajadores de ayuda humanitaria, buscando ayudar a guiar a los equipos de búsqueda-y-rescate y para encontrar personas necesitadas de suministros críticos. El reporte, Lessons from Haiti (Lecciones de Haití), de coautoría de Anne Nelson e Ivan Sigal y con contribuciones de Dean Zambrano, recuenta las historias de participantes mediáticos, de tecnologistas, de organizaciones humanitarias, de periodistas haitianos y de equipos de respuesta involucrados en el proceso de auxilio. Muchos de estos agentes fueron inicialmente reunidos para compartir sus experiencias en una mesa redonda organizada por la Knight Foundation e Internews el pasado mayo.

INNOVACIONES NOTABLES

«Las innovaciones más notables que emergieron de Haití fueron: la traducción de información de crowdsourcing (subcontratación masiva de voluntarios mediante la publicación de datos) a información utilizable; el uso de Mensajes de Texto Instantáneos (SMS) como herramienta de teledifusión en una crisis; y el crowdsourcing de mapas abiertos para la aplicación humanitaria», de acuerdo con el reporte. Una amplísima selección de nuevos medios y grupos de tecnologías de la información, de redes de comunicación de la diáspora haitiana y de compañeros de desarrollo mediático estuvieron involucrados en estas iniciativas (ver infográfico). Aunque estas innovaciones tuvieron grados variables de impacto en Haití, en últimas lograron demostrar su potencial de uso en crisis futuras.

Uno de los desarrollos más notables correspondió a la aplicación de Ushahidi, una plataforma en línea de mapeo de crisis nacida hace pocos años en Kenya. Ushahidi había sido usada ya en el mapeo de la violencia política, pero aún no había sido utilizada en el contexto de los desastres naturales de gran escala. Cuando el terremoto ocurrió, una coalición ad hoc comenzó a tomar forma rápidamente, organizada por un grupo de estudiantes de postgrado de la Universidad Tufts de Boston.

Los equipos de Ushahidi, apoyados por traductores de la comunidad estadounidense de la diáspora haitiana, recolectó información de individuos y reportes noticiosos sobre las más agudas necesidades en el territorio: rescate, comida, agua y seguridad, entre otras. Las coordenadas fueron situadas en un mapa y puestas a disposición de los equipos de rescate y socorro.
Pronto estuvieron en capacidad de incluir mensajes de texto instantáneos en su banco de información. Pocos días tras el sismo, Digicel, uno de las compañías haitianas líderes en telecomunicaciones, aceptó ofrecer un código gratuito (4636) para mensajes de texto al servicio de los esfuerzos de socorro, con la ayuda de InSTEDD, organización tecnológica enfocada en la ayuda humanitaria. El código de cuatro dígitos permitió a los usuarios de telefonía celular enviar mensajes a centrales de información sobre personas desaparecidas y necesidades urgentes. Los mensajes de texto y los reportes directos de los ciudadanos de Haití comenzaron a fluir durante los cuatro días siguientes al sismo.

Openstreetmaps, comunidad abierta de voluntarios en cartografía, se vinculó al esfuerzo creando mapas en línea de barrios improvisados y anónimos de Haití. Estos mapas se convirtieron en puntos estándar de referencia: sus usuarios incluyeron no sólo a las plataformas de tecnologías informáticas como Ushahidi, sino también a grandes proveedores de servicios humanitarios, tales como la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios y a la Federación Internacional de la Cruz Roja (UNOCHA e IFRC, respectivamente, por sus siglas en inglés)

NO NECESARIAMENTE UNA HISTORIA DE ÉXITO

Sin embargo, el reporte del CDAC advierte en contra de considerar la experiencia de Haití como «una nueva historia de éxito mediático», debido a que algunos de los acercamientos – aplicados por vez primera – flaquearon en su aplicación. La crisis hizo necesaria la unión de comunidades tecnológicas de voluntarios y organizaciones humanitarias profesionales, grupos sin un lenguaje ni procedimientos operacionales comunes. La falta de coordinación y comprensión sobre cómo usar e integrar las nuevas herramientas con las estructuras existentes de auxilio en desastres complicó más aún los esfuerzos de ayuda.

Adicionalmente, los nuevos esfuerzos mediáticos no excluyeron la importancia de los medios tradicionales. Al igual que ocurrió en crisis pasadas en el mundo en vía de desarrollo, la radio continuó siendo la herramienta más efectiva para suplir las necesidades informativas de la población local. Ante la ausencia de los periódicos haitianos y las estaciones de televisión durante las primeras semanas siguientes al terremoto, la radio proveyó una línea de salvamiento heroica. Una estación haitiana, SignalFM, logró transmitir continuamente a lo largo de la crisis y trabajó cercanamente, tanto con las organizaciones internacionales de socorro como con los innovadores digitales, en beneficio de la población. El popular anfitrión de radio Cedre Paul se mantuvo en contacto con su audiencia por medio de Twitter y también por su trabajo al aire.
«Siempre hemos sabido que una de las mejores maneras de comunicarse con las poblaciones afectadas por las crisis es a través de emisiones radiales», dijo Mark Frohardt, vicepresidente de programas humanitarios de Internews, organización de desarrollo mediático. «Encontramos en Haití que las tecnologías innovadoras no sólo tienen un impacto en la difusión de sus propios contenidos, sino que adicionalmente ampliaron enormemente el alcance y la efectividad de la radio».

QUEDA AÚN TRABAJO POR HACER

A pesar de dar la bienvenida a la innovación, el reporte es claro al afirmar que la acción humanitaria digital tiene aún un largo camino por recorrer. Un importante obstáculo para los esfuerzos en Haití fue la carencia de conexiones preexistentes entre las grandes instituciones gubernamentales o internacionales y los activistas de las nuevas tecnologías. Las grandes instituciones tienden a exigir protocolos rígidos, en parte basados en largas y amargas experiencias. El Comité Internacional de la Cruz Roja (ICRC en inglés), por ejemplo, tiene reglas estrictas de confidencialidad, lo cual le ha permitido jugar un rol único respecto a su utilidad en situaciones conflictivas y tensas; frente a esto, las marcas distintivas de la comunidad de fuentes abiertas son la espontaneidad y la transparencia.

A pesar de todo, las conexiones entre diversos sectores avanzaron en Haití estimuladas por un deseo común de ayudar y hay muchas señales de que nuevas sinapsis están emergiendo. Por ejemplo, CDAC ha logrado ciertos progresos en la superación de brechas existentes entre las comunidades humanitarias y mediáticas. El reporte llama al aumento de este tipo de colaboración intersectorial a fin de mejorar los esfuerzos de socorro y recuperación en el futuro. Específicamente recomienda que los medios, los desarrolladores de nuevas tecnologías y las agencias humanitarias (tanto la ONU como otras ONGs internacionales) se dispongan a una preparación conjunta y a ejercicios coordinados de simulación para futuras respuestas a emergencias.

No debemos olvidar que la crisis de Haití dista bastante de su fin. Múltiples donantes deben aún cumplir sus compromisos con fondos de reconstrucción y gran parte de los escombros perduran. Nuevas iniciativas digitales siguen apareciendo; un nuevo esfuerzo prometedor del MIT es un intercambio de trabajo en línea para haitianos llamado Konbit.

Los desastres seguirán ocurriendo. Pero su daño puede ser mitigado mediante esfuerzos de socorro que estén bien planificados y ejecutados en articulación con la población local. Las tecnologías mediáticas digitales ofrecen una oportunidad única de hacer avanzar el logro de estos propósitos con la adecuada coordinación en tierra. Como señala el reporte: Haití demostró «la culminación de una visión y el comienzo del arduo trabajo de la implementación».

Este artículo fue publicado originalmente en inglés en www.pbs.org

Haití un año después del terremoto. Cortesía de Intermón Oxfam. Clic para ver el video:
[youtube]https://www.youtube.com/watch?v=JpWyoCFB4P8[/youtube]
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* Anne Nelson es educadora, consultora y autora en el área de estrategia mediática internacional. Creó la cátedra de Nuevos Medios y Comunicaciones de Desarrollo, la cual enseña en la Escuela de Asuntos Internacionales y Públicos (SIPA en inglés) de la Universidad de Columbia. Igualmente dicta un curso por teleconferencia internacional en el Bard College. Es consultante de alto rango sobre medios, educación y filantropía en Anthony Kerr & Associates. Se encuentra en Twitter como @anelsona. Fue beneficiaria Guggenheim en 2005 y es miembro del Concilio de Relaciones Exteriores en los Estados Unidos.

*Mayur Patel se unió a la Knight Foundation en 2009. Como vicepresidente de estrategia y valoración, es responsable de contribuir al desarrollo de estrategias, fortaleciendo la investigación y las capacidades de manejo de conocimientos y estimando el impacto y la efectividad de los esfuerzos de la fundación. Patel estuvo asociado previamente a proyectos del Programa de Gobierno Económico Global en la Universidad de Oxford, involucrado en investigaciones sobre instituciones internacionales y asuntos económicos, y estuvo vinculado como doctor en la Organización Mundial del Comercio en Ginebra. Ha servido como consultor a las oficinas de Oxfam en el Reino Unido y Nairobi, Kenia, como consejero de políticas en comercio e inversión para Realizing Rights, ONG basada en Nueva York. Ha trabajado previamente con el Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas (UNDP) en Zimbabue sobre asuntos de compromiso civil y apoyo parlamentario. Beneficiario de una beca Rhodes, Patel está completando un doctorado en Desarrollo Internacional en la Universidad de Oxford, de la cual ha obtenido también un título de magíster. Antes de vincularse a Oxford, recibió un título profesional en relaciones internacionales en la Escuela de Economía y Ciencias Políticas de Londres (LSE). Es socio del Foro de Negocios y Política EVA basado en Helsinki. En 2003, Patel recibió el premio Goldman Sachs para líderes globales.

** Camilo Ramírez es estudiante de Filosofía de la Universidad de Antioquia (camiloramirez.111@gmail.com)

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