CAUSUALIDADES
Por Angie Lucía Puentes Parra (Isadora Duncan) *
LA LOIRA
Cuando el momento se detuvo existió un instante
En el que todo se fue a volar, en que las olas
Se llevaron todo.
Un instante tan profundo y preciso
Donde yo misma era el océano y la vía,
Ese brillante instante
Donde todo paró,
Donde los hilos se volvieron tela.
Mis pies son el alma del presente
Y la tela se volvió un signo de paz.
En la mitad del puente,
Las hojas eran más claras, la sombra del puerto en la mitad,
De la infinita marea…
Absorber la luz , romperse, deshilarse…
Darle un abrazo a este momento de detenimiento profundo.
Creo que ahora más que nunca me siento en la flor de la existencia
Lo que queda, es solo corta, escribir y amarrar
La sombra de mi falda en la mitad de la vida
Mis ojos guardan la imagen de la Loire,
No se a donde voy,
Solo sé que me detengo a observarla,
¡Oh! ¡Transformación absoluta de mi espíritu!
¿Cuál es el sonido de la libertad?
Precisamente: el eje del viento, la dirección entera del viento.
Todo vendrá cuando debe de llegar, paso a paso.
EL MAR
Quisiera ir lejos de la ciudad,
Afuera en las montañas
Con la vista inmutada en el atardecer celeste,
Quisiera estar lejos,
Allá , afuera
Sin las iglesias
Sin las tumbas.
Sin el césped lleno de cenizas,
Quisiera estar allá afuera de la ciudad
Donde mis pies tocan la arena,
Donde mis pies marchan en el agua,
Donde la brisa me traspasa el pecho
Donde se caen las excusas
Donde las migajas se esparcen.
En la arena puedo ser tan libre como el viento
Quiero llenarme de ti, mar pálido,
En la tormenta se juntan los besos secos
Quiero ser mariposa de verano,
Romper el fuego, andar navegando en otro pabellón.
Quiero arrancarme los esquemas…
Volar cerca de la orilla
Caer en el sonido de un atardecer,
Del amanecer que se dibuja en la Guajira
Quiero danzar con los wayuu,
Quiero entonar un himno de salvación
Sentirme repleta del sol,
Nadar desnuda al viento,
Quiero irme lejos de la ciudad
Y nadar un rato en el mar…
LUCILA
Ando con ganas de encontrarte en la orilla de una ventana,
Pero cuando entro a los grandes pasillos
Todos, con cara de conmoción y asombro
Todos cogiendo al bebé de la casa,
Todos al tanto de ti.
En los pisos blancos
En las sonrisas de la tarde
En una orilla de este barrio de nosotros
Donde somos tan nosotros,
Tan familiares
Los rostros,
Te sujeto en mis brazos, bebé
Y tus ojos nos dan alegría.
Al entrar a la habitación
Estás allí, tendida, con la cobija naranja del abuelo que ya se fue
Con el brazo enyesado, con la sonrisa apagada
Con esos ojos tan grandes y grises
Y tu sudadera verde.
Estás al tanto de todo, con tu cabello gris
Y tus ojitos perdidos en el tiempo
En las voces de todos los que te conocieron
Me miras,
Me sostienes las manos
Me abrazas y yo te beso en la frente
Como quien no quiere dejarte ir nunca.
En paños y en labios tristes,
Tus ojos arrugados y nostálgicos
Me observan claramente y dicen mi nombre
Tu voz está apagada por el tiempo y la injusticia…
Párate, ojalá pudieras
Deja que tu sombra y tu alma se fundan en la luz,
Cuando cierres los ojos piensa en mi,
Piensa en la luz inmensa de una luciérnaga
Piensa en el tinto y en un barullo de luciérnagas llegando lejos…
Te acaricio, fuerte
Me veo en tus ojos pálidos por la enfermedad
Son 14 años de batallas y lágrimas
Ahora haz simplemente lo que te de la gana, se feliz , viejita, se feliz
Tus días ponlos más largos, ponte la vida más larga tu misma
El instante infinito y hermoso del presente, viejita.
Tus últimos días, en gloria de la luz,
Piensa en la luz de la luciérnaga…
TOO DRUNK TO FUCK
Open your eyes
hold me tight,
kiss me
kiss me
kiss me
kiss me
if anybody was here,
if the day wasn’t finished yet
if the time wasn’t enough
kiss me
kiss me
to be able to hold eternity.
In your eyes, simple, kiss me and sleep in my chest like a child.
NO VOLVERÉ
PÓNGALE DE SOUNTRACK CHAVELA VARGAS
Y UN SHOT DE TEQUILA ¡GUEY!
Así con ganitas de hacerle caso al corazón,
al corazón enmarañado de flemas y de frío
de leves rastros que quedaron en el olvido.
Así con ganitas de contar en secreto
las voces que me cruzan el tiempo,
con ganas ando de ti, de México y de Francia
que tengo dos patrias atravesadas en el corazón,
que a veces me pega la nostalgia,
así como cuando uno tiene ganas de salir
de ir a jugar y tocar la arena en Marseille.
De cuando uno quiere sacarse el mejor vestido
caminar descalza,
andar desprevenida
eliminando
eliminando todas las miradas,
todos los recuerdos,
tal cual,
como hoy,
un día de sol en Bogotá
sacando las flemas
la pesadez
dejando atrás todo.
Todo, eso te incluye a ti y a ti y a ti
SODOKU
Para ti, Tía Gladys,
que Dios te tenga en su Gloria.
Puede portar dos miradas al alfabeto
Dos kilos de aire, de amor lejano
Y la seda de la memoria…
Hasta, por fin, jalar el hilo
Y abrir los cajones
Uno a uno,
Los amuletos, las cartas amarillas
Y ahogadas en el orden
De las pastillas y chocolates vencidos.
Salta y se deslíen
Las raíces de hojas
Y fotografías de payasos
De nosotros impresos en la tinta de su memoria,
Su vida real
Su existencia convexa
Su anhelo ajeno.
La vida de ella era un cajón de recuerdos.
Al salir rogó no ir, pero ya estaba, al final, llegó a la fiesta sagrada.
No había música, ni sonido.
Había llegado sin observar, herida y consciente
Había llegado con o sin miedo.
¿Qué habrá pensado por última vez?
WHISKEY
Regálame tus labios rotos,
Los quiero besar
Los quiero curar
Los voy a cuidar
Con todo mi amor
(ZOÉ)
La oscuridad es un gato de ojos verdes,
Saltando cerca del árbol.
Estirándose en la alfombra,
en las notas del tango de nuestra generación…
Recostado el deseo, se envolvió
en la oscuridad
de la navidad alarmada
de luces secretas y bocas rotas.
La extrañeza es un ángulo agudo
Que recorre las imágenes, el corazón está presente.
Como si contara y susurrara un blues suave
Como si la voz hablara sólo en las noches,
En secreto, como si le diera pena
Decir que el sabor del recuerdo
La levanta todas las mañanas con éctasis.
El alma es un templo de maneras y caricias
Y entre esas te me confundes, sonrisas cuadriculadas
Marcas de ti, marcas de rigor.
Decido no pensar
Solamente sentirte, aunque sea, ya que no te veo.
SE NOS ROMPIÓ EL AMOR
Se nos rompió el amor
De tanto usarlo, de tanto loco abrazo,
Las cosas tan hermosas duran poco
Jamás duró una flor en primavera.
(Miguel Poveda y Concha Buika)
Uno de los mejores días de mi vida. La felicidad era un zapateo y un OLÉ, era un grito de esperanza gitano, un grito lleno de fervor, de fe. ¿Qué se yo de la vida?, la felicidad era un vestido negro de blondas y flores rojas, era un chal rojo y una canción: «Se nos rompió el amor de tanto usarlo, de tanto loco abrazo, se nos quedó en las manos… se nos se nos rompió el amor aquel tan gran amor, ¡jamás pudo existir tanta belleza! Las cosas tan hermosas duran POCO.»
Pero algo más allá se mueve como una espuma lenta, como una breve melodía, como un palmoteo que arrancan las raíces de mi vida. Como una guitarra española al final de la luz, un escenario ardiente de pasión y encuentros profundos de las cuerdas y los gritos de las bulerías, de las alegrías, de los flamencos locos de pasión que se encuentran en la retina de mis ojos, que abren las venas de mi corazón a un leve latir.
Y te veo dentro de mi, como si el ritmo me estuviera seduciendo, como si me susurrara secretos de otro tiempo, como si las raíces de Lorca y de Morente me gritaran: «Anda tía a bailar, anda hija vamos a bailar».
Los pies se me mueven solos y entonces taconeo despacito como si ese universo que tengo en frente de los ojos se moviera en mis pies, la sangre de mis raíces, de las súplicas, de los amores reconstruidos, de los corazones en búsqueda.
Si la verdad eso pasa le escribía al amor y ya, pero cuando lo encarne con ciertos sujetos pues solamente lo veo como un mar de caricias y ya no me preocupo. Puede que, para mí, el amor es lo más grande en mi existencia, pero el amor a la vida, a dios y a mi misma.
Luego el amor a los otros lo interpreto de otras formas. Pero entonces, está el amor más grande de mi existencia, el amor a la poesía y ahora al flamenco, se me deslizan las manos y empiezo a bailar, porque la vida es un movimiento profundo, en la oscuridad del escenario y estoy sentada en el centro del público y grito olé, olé, olé y entonces siento y cierro los ojos y abro las raíces de mi corazón a ese dulce baile donde suenan las luciérnagas en un vestido de pepas negras y rojas.
Yo la verdad no sé mucho de la vida, pero humildad me sobra para aprender. Mi rostro es la luna clara en una ciudad bipolar y oxidada. Mis manos son el oro de mi propia tierra, son la siembra, son la tierra, son la sangre de mi vida, mis manos son las letras que nadan en el fuego. Mi cuerpo es el reflejo de una guitarra flamenca en la oscuridad, que danza, dulce melodía, suave, suave, suave… bailo y bailo y bailo e invento zapateos al sol…
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* Angie Lucía Puentes Parra (Isadora Duncan) es escritora bogotana, con estudios literarios en la Pontificia Universidad Javeriana (Colombia) y en letras de la Universidad François Rabelais Tours (Francia). Ha participado en numerosos festivales y encuentros de poesía a nivel nacional e internacional.