Acronopismos y otras delicatensen Cronopio

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AMORES PERVERSOS

Por Manuel Cortés Castañeda*

confesiones

aquí con mi corazón de tanto en vilo, miro por el rabillo de la nada y tiembla y se me acerca el desvarío y al delirio le salen puñaladas…

respiro casi a medias, me extravío, agarro lo que puedo, lo perdido, y me dejo caer como se cae, un fruto que se cae y no ha caído…

tengo sed de beberme lo que es mío, y escondido tampoco nunca he sido, uno a uno he desnudado mis sentidos, y fue otra la desnudez, otro el olvido…

es un miedo, que fue, que no he tenido, el horror que se muestra y ya se ha ido, una herida que sangra sinsentido, es un hueco sin forma, sin su abismo…

sigues las huellas de antes, las de nadie, hueles el rastro del día que aún espera, y lames y relames los despojos de todo lo que ha sido, aunque no fuera…

vas de prisa arrastrando tu quimera, siempre en el mismo lugar, como quien vela, abriendo puertas cerrando las que quedan, un náufrago sin barco y sin estrellas…

una página es todo lo que queda, tachones y borrones por doquiera, cada vez más fragmentos, garabatos, cosas que nadie entiende, sangre y mierda…

ceguera total

el amor es la cuerda que nos cae
cuando en la nada despiertan los fantasmas…

amor es llevar una carga que no es tuya,
pero si no la llevas nunca sabrás de ti…

y te enamoras y crees que has llegado,
sin darte cuenta que acabas de partir…

el amor te hace nada, te hace olvido,
y es necesario sentir que te has perdido,
y que otra es la puerta que siempre vas a abrir…

solo en el amor te hundes y te ahogas
Y quieres ahogarte mas y hundirte mas
solo allí eres pescado y eres mar…

como una gota de agua que se cae
y se cae todo el tiempo sin caer
el amor entrega lo que tiene
sin que tenga nunca que suceder…

el amor es veneno, es agonía
es delirio, es silencio es revivir
es algo que nos quema, es cosa extrema
ese algo que nos queda por decir…

te amo y te quito todo lo que tienes
y te lo entrego de vuelta sin abrir
todo el paquete, lo mío y lo que falta
los huecos, la delicia, el porvenir…

el amor es pura mascarada
la mas bella comedia del vivir
yo simulo que soy lo que te falta
y tu a la vez me das lo que no fui…

te amo cuando faltas, cuando ya te has ido
y regresas entonces para mi
y una vez yo te tengo y te he sufrido
siento que es el olvido el que sentí…

y se me abre el corazón cuando te espero
se me cae a pedazos y se riega por ahí…
y entonces te apareces como aparece el miedo
y recojo los pedazos que perdí…

y mas hondo me duele y mas te tengo
y una vez no soy nada, duele mas
tenerlo todo en el amor no basta
el amor es un hueco que no está….

y una vez soy tu naufrago, tu estrella
la última tabla donde me agarro a ti
entonces nada es todo y lo que falta
se ahoga y vuelve a flote, ya sin mí…

el amor es un perro que te sigue
no importa si es delante, o si es atrás
te rezagas, te pierdes un instante
y ya es otro el perro que sigue tu seguir…

el amor es vivir en carne viva
siempre hambriento de todo y lo que nunca está
te hartas y aseguras que no es nada
y ue puedes seguir comiendo mas…

el amor es un hueco hecho de huecos
donde te caes todo el tiempo, incluso si no estás
y si no te caes imploras que te caigan
en el amor un empujón nunca es de mas…

el amor es un animal herido que se lame y relame sin parar
la sangre que le queda, la sangre que ha perdido
la sangre que malogra, lo sufrido,
y la sangre podrida en alta mar…

el amor es tan largo como el viento
y como el viento abre heridas sin herir
el viento arrastra todo lo que puede
y cuando para le duele su morir…

el amor es un pozo que no cesa
sin ventanas, sin puertas, sin abrir
hundimos el hocico en la despensa
tragamos, malgastamos sin conciencia
y el pozo se derrama sin morir…

amor es cosquilleo, es un prurito
y tantas veces eczema y mucho mas
como quien espera y se desangra
al saber que el que espera no vendrá…

el amor es una cosa infame
que alumbra, pela y quema
como el que alumbra mas
y nos pone de patas para arriba
y bien abajo es silencio y oquedad…

yo la amé con la sangre en las pupilas
y la lengua perdida, y mucho mas
le lamí los desechos, las heridas
y la lengua seguía donde está…

amor es un abuso, es un des-uso
es cosa vana, es cuento sin contar
amar es un mendigo que no quiere
comerse el pan que comen los demás…

el amor es el fondo de la herida
que se ausenta y no acaba si no está
es una cicatriz que no se olvida
una partida que no acaba jamás…

el amor no es palabra, no es medida
no es materia, ni forma, ni entidad
no es entrada, tampoco es la salida
solo es la nada que quiere mucho más…

el amor es la puerta que se abre
y después una puerta y otra mas
y entras por la puerta que te toca
y ya es otra puerta que tienes que pasar…

el amor es un paso que el abismo
nos ofrece y nos da sin respirar
es un placer monstruoso y da lo mismo
los monstruos son amores de verdad…

dejé mi corazón en el instante
no es mío, no es de nadie, no da mas
solo queda un agujero, lo podrido
y en el instante un gusano de verdad…

amor es decir lo que se quiere
sin que podamos decirlo de verdad
te abismas y el naufragio es espejismo
te entregas y la sed es mucho más…

amar es cuando ya no se respira
y así desnudo no encuentras el final
y te quedas varado a la deriva
incluso si respiras con el mar…

y esperas, aunque tengas lo que esperas
y sigues esperando, sin pausa, sin parar
y la llama es más fuerte cuando nada queda
perdido es el que acaba de llegar…

y todo se te entrega y no lo sabes
y una vez todo has visto, nada está
y te rompes los dedos hasta el fondo
el amor es un hueco sin final…

el amor es buscar y nunca basta
y de tanto pasar, nunca pasar
el amor es el eco que nos falta
y también un fantasma que no está…

y supe que el amor era un insecto
que chupaba y de sangre deliraba
y volaba, y de tanto que gozaba
soñaba y explotaba y nada mas…

y soné que el amor era un balazo
una bala perdida que no llega
pero igual que la herida siempre queda
un hueco donde el tiempo se nos va…

el amor es la noche que se queda
y también una noche que jamás vendrá
y en el medio, una luz, una quimera
y a ciegas un fantasma que se va…

amor es cuando más metes los dedos
y después es la mano y todo mas
y metiendo sigues lo que ya no tienes
siempre esperando una mordida y mucho más…

amar es quedarse sin medida
sin forma, sin materia, sin verdad
es volverse una nada, perder una partida
es mostrar todas las cartas para poder ganar…

amar es saber que nuestros huecos
y los huecos que quedan por soñar
y los huecos perdidos, los que faltan
se ajustan a otros huecos por llegar…

amar es pensar todo lo mismo
aunque lo mismo sea naufragio una vez mas
y te despiertas y todo lo soñado
solo es olvido y silencio y nunca más…

cuerpo bífido

Es este cuerpo mío que empujo y que me empuja y arrastro y me castiga y que castigo… esta explosión de nervios tan mía y tan de nadie, tan fuego que se quema, tan río que se ahoga, tan noche que se duerme y se hace luz…

es esta cosa entera que tiembla y se extasía, que calla y que delira y que sabe a lo que sabe un pozo hecho de sangre, un hueco que supura lamentos y quejidos donde se muere el tiempo y tú ya no eres tú…

es este saco lleno de voces que se pierden, silencios que florecen, fantasmas que se duermen, miradas que iluminan, naufragios que desnudan, y un grito que hace click…

aquí yo me he perdido, lamido, reencontrado, un fruto bien podrido, un fruto enamorado, un fruto que se cae, un fruto que no ha sido, un fruto en el camino, un fruto hecho de luz…

es todo lo que he sido, un cuerpo bien vencido, un cuerpo bien comido, un cuerpo bien herido, un cuerpo sin sentido, un cuerpo que ha mentido, rodando hasta el vacío, vacío hasta el olvido, un cuerpo todo mío, como si fueras tú…

Perversidad

y me meto en el hueco más hondo en mi propio delirio,
en el hueco sin fondo de mi intimidad…
me arrebrujo, me empujo, me doblego,
sabiendo de antemano que el hueco es solo tú…
y el hueco sangra y sube, se aprieta, se desborda
y en tus pupilas miro lo que mirabas tu…

mística

una vez mas te he visto morir entre mis brazos,
mil veces mas entre mis brazos morir siendo mas mía,
morir como se muere sin tiempo entre mis brazos
y a cada muerte nueva mas muertes que te quedan,
y a mi también mas brazos como brazos la esperan
la aprietan, la consumen, la mueren, la hacen luz…

poema encabronado…

cómo salgo, cómo puedo, cómo veo
cómo me arranco las manos de este amor
que me come y no me come
y se me sube a la cabeza y se me baja
sin saber dónde está
y que siempre amanece aquí a mi lado
aunque yo ya no esté
ni lo haya
ni lo sueñe
ni lo sé…

este amor que se me pudre
en los lugares
donde ya me he largado
y que me ilumina y me alimenta
las cicatrices
hasta que vuelven las heridas
y se derrama la sangre
y otro pistoletazo
un cuchillazo
un grito
un pedazo de odio
unos kilos de miedo
la misma película
el mismo comienzo
el mismo protagonista
que en un cuarto sin paredes
aún espera
ser elegido para la función…

y en el sueño me largo, me hago olvido
pierdo la llave
deshago la maleta
me castigo
me quito el nombre
sin que yo lo sepa
me hago una marca en la frente
asesino
malaleche
fugitivo
borro las huellas
borro también el aire que respiro
borro sus besos sin pensar que son míos
corto sus manos
su mirada
le abro el vientre
de los pechos
al culo le abro el vientre
buscando lo que no fue digerido…

y paso a paso
me pierdo el que no he sido
me echo los perros,
me disparo
me asesino,
solo para despertarme más herido
todavía en sus brazos bien comido
sin comido haber sido
solo desechos
silencio
solo olvido…

una caja de cartón

en una caja de cartón ya desvencijada y maltratada por el tiempo, me dejó pedazos de su amor… amores que no fueron míos y que de momento creí que lo fueron… amores desconocidos que me alimentaron y curaron las heridas, aunque yo nada sabía ni supe de ellos… amores hechos para el olvido…

una caja de cartón de mediano tamaño bien asegurada y amarrada y casi sellada con la misma cinta que se usa para evitar un contacto inesperado con los cables de la electricidad, también pelados y malgastados por el abuso del tiempo…

una caja de cartón que no se acaba y que he llevado conmigo desde antes del comienzo, desde antes de la eternidad, desde antes del amor y del olvido… y que pesa como siempre ha pesado y que pareciera pesar cada vez más… y cada vez más, cada día, cada segundo, cada recuerdo fugaz, siento que debo tirarla… que ya la he tirado… que ya no está en el lugar de los hechos… que todo no fue más que una caja vacía, tan pesada como tan pesado es el olvido y el silencio y las noches en vela…

en esa caja, como en todas las cajas que quedan a la deriva sin mar y sin acuse, hay fotos que quizás yo conozca y pueda describir en detalle, aunque no me atrevo, no puedo, no debo… besos todavía frescos, quizás, en papeles amarillentos que no quieren hacerse polvo, que se niegan, que no pueden… prendas íntimas, cada vez más íntimas, donde el deseo sigue cosechando sus glándulas y sus desechos y sus lamentos…

lágrimas que se riegan y se siguen regando como se riega una mancha que no acaba y que se ahonda y se precipita y que hace huecos y agujeros y rendijas en la nada…

cartas que nunca fueron escritas del todo, o casi nada, o nada, pero que siguen ahí esperando en silencio que alguien les dé forma, un olor, un nombre, un lugar donde poder llegar y salir y hacerse carne y sangre y materias en descomposición…

objetos pequeños y de todos los tamaños y formas y hasta restos de comida que un día olían como huelen los depósitos del amor y que ahí, ahora, en este instante, mientras escribo instante, siguen oliendo y saliéndose por las rendijas, como las alimañas que se salen por las rendijas de la eternidad a hacer sus necesidades más íntimas una vez más…

una caja de cartón cada vez más grande y más pequeña y más caja y menos caja y menos cinta y más cinta por todos lados para que no muramos electrocutados accidentalmente o de puro capricho… o de puro meter los dedos por las rendijas como si quisiéramos agarrar el último lamento… el ultimo delirio… la última gota de sangre…

una caja de cartón que pesa y se empecina y machaca y aplasta, como aplasta y machaca y se empecina lo que nunca fuimos, lo que nunca fue, ni pudo ser… esa caja que tienes ahí en lo más alto del closet, en el lugar menos apropiado del sótano… metida hasta la madre en las rendijas de tus noches en vela…

verbos no conjugados

a mi mujer le gusta que le susurre palabras malolientes al oído… y se las digo a cada instante, las repito, las demoro y arrastro, me castigo… aprovechando que pide y pide tanto que la lengua se pierde en el camino y se queda dormida en lo podrido

no me pidan que escriba lo que digo
nada recuerdo cuando se lo digo
y si lo digo es tan solo porque en ella
cada palabra que digo es el olvido…

a mi mujer le gusta que le diga palabras malolientes al oído…

lo que sí puedo decir es que sus ojos
sangran en el oído lo que digo
dos huecos purulentos que me ahogan
el aire que respiro es mi castigo…

a mi mujer le gusta que le grite palabras malolientes al oído…

palabras que no son yo, se las digo
las palabras que faltan le repito
otra lengua, otro hueco, otro podrido
su boca es un paquete de intestinos…

a mi mujer le gusta que le cante palabras malolientes al oído…

y si callo las palabras que le digo
o las mando al pudridero del destino
ella clava sus uñas sino digo
y escribe en el vacío lo que digo…

a mi mujer le gusta que le escriba palabras malolientes al oído…

y una vez las palabras ya se han ido
de boca en boca los huecos hacen nido
cuatro patas en tierra yo le digo
y el hueco de su forma es contenido…

a mi mujer le gusta que le murmure palabras malolientes al oído…

golpe a golpe entonces en el viento
las heridas dibujan lo que digo
solo recuerdo en el hueco purulento
una hoguera que quema cuando escribo…

a mi mujer le gusta que le murmure palabras malolientes al oído…

un hueco en el aire

como voy por ahí sin saberlo, también voy por ahí perdiendo cosas sin saberlo… cosas que no eran mías y que fueron mías, cosas que cicatrizaron en la piel, sin ser de nadie…

del apellido de mi madre perdí la EñE y me quedé con ene… solo para evitar más tentaciones y que me digan que esta sangre sigue siendo mía, aunque me haya sangrado a borbotones…

de mi padre me arranqué las heridas y me quedé en minúsculas… una E sin acento… solo cortes, pedazos, trizas, picadillo… una ventana sin casa y sin memoria…

y sigo perdiendo y pierdo lo perdido, y lo habido y no habido y lo sentido, por ahí sin que nadie se dé cuenta, debajo de la cama, lo escondido, en los huecos de la noche, lo que nunca ha sido, en los besos de la mujer que me ama, un grito herido…

perder y dar la vuelta y regresar y ver que ha sido lo que fue perdido, es salir del naufragio sin haber aún sido… una lengua sin boca, un olor sin olores, una cicatriz sin herida, sin olvidos…

perder lo que no es tuyo, lo que nunca ha sido, sin atrás, ni adelante, sin ni tampoco volver, ni haber partido, es tan solo perder lo ya perdido, un lazo que nos une sin sentido…

perdí la cicatriz que me quedó de entonces, de cosas que no fueron y que siempre han sido, también la cicatriz que es el olvido se borró de repente, así como se borra lo que fue tan mío…

perdí las uñas y perdí el ombligo, una carta de amor, perdí el sentido, el olfato, la vista, lo lamido, también lo que he tocado y me ha tocado, se ha perdido…

me perdí sin saber que me he perdido y de tanto perderme me quedé perdido… la primera vez fui a buscarme y se perdió el camino… después nada supe de mí, y no salí, ni busqué, ni me perdí, como el amor que fue, pero que nunca ha sido…

declaración de amor

cuando te sientas junto a mí y sonríes y juegas con tu pelo y te chupas los dedos como una criatura malcriada, siento que nada ha sido en vano…

igual que cuando te paseas desnuda por toda la casa como si no existieras, y desnudas limpias todo el día y cantas la misma canción y hablas contigo misma como una demente…

y cuando me coges la mano y la deslizas por tu cuello hasta tus senos y me agarras los dedos para que te agarre los pezones y me los aprietas para que yo apriete no sé qué hacer con la felicidad que me lame de pies a cabeza y me quema…

y cuando cuentas un chiste y no paras de reír, aunque nadie se ría, la felicidad que siento como cuando te encuentro desnuda limpiando la casa o cuando me quemo, es aún más honda y no sé qué daría para que contaras otro y así yo poder verte reír hasta que no quede nadie…

y si te quedas dormida en la mesa de la cocina después de limpiar la casa como te quedaste ayer, pierdo el apetito, aunque el hambre me mate y le quito los días que le quedan a la semana y los que la anteceden para que tu sueño ya no tenga principio ni fin…

y si entreabro los ojos mientras duermo como me he acostumbrado y te veo sentada a mi lado mirándome y te muerdes los labios, y tiemblas, y deliras… entonces todo lo que un día soñé y aprendí y escondí celoso de mí mismo, se me pudre de moscas y solo queda en mi memoria el hueco vacío de tu intimidad…

primer amor

y te meto las manos y el delirio
tiene hambre de sangre y de cisternas
desechos, y el silencio que se pudre
como se pudre un pájaro en el aire
cansado de volar sin ser de nadie…

y supuras un grito, se abre el día
la noche sus quejidos se relame
y una herida en el tiempo se perfora
y en mi lengua redime su agonía…

amores que matan

he vuelto a ver mis ojos en tus ojos
y tu boca dijiste, cuando digo
y era tu cuerpo mi cuerpo derramado
y abierto en el delirio tus sueños yo he soñado…

estaba donde estabas, miraba lo que miras
y mis manos tus manos, venían, se perdían
tu lengua era mi lengua, tú silencio tan mío
que todo era distante, ajeno, perforado…

me amarré como pude, cuando a ti te amarraba
y repetí tu nombre para saber el mío
y cuando me llamaste sentí que te llamabas
y fui lo que quisiste hasta quedar en nada…

recoges mis desechos, los mismos que los tuyos
y yo también recojo los tuyos que son míos
y pedazo a pedazo me haces agujeros
y yo también te hago lo mío que no he sido…

el día, la ventana, el miedo, lo soñado
es todo lo que queda una vez tuyo es mío
en el aire una herida, en el día una llama
una mancha de sangre debajo de la cama…

__________

* Manuel Cortés Castañeda, nacido en Colombia, es licenciado en Español y Literatura de la Universidad Nacional Pedagógica (Bogotá), director y actor de teatro. Cursó estudios de doctorado en la universidad Complutense (Madrid). Enseña español y literatura del siglo XX en Eastern Kentucky University. Ha publicado seis libros de poesía: Trazos al margen. Madrid, España: Ediciones Clown, 1990; Prohibido fijar avisos. Madrid, España: Editorial Betania, 1991; Caja de iniquidades. Valparaíso, Chile: Editorial Vertiente, 1995; El espejo del otro. París, Francia: Editions Ellgé, 1998. Aperitivos, Xalapa, México: Editorial Graffiti, 2004; Clic. Puebla, México: Editorial Lunareada, 2005. Dos antologías de su trabajo literario han aparecido recientemente: Delitos menores, Cali, Colombia: Programa editorial Universidad del Valle. Colección Escala de Jacob, 2006; y Oglinda Celuilalt, Cluj-Napoca, Rumania: Casa Cărţii de Ştiinţă, 2006. Ha sido incluido en antologías tales como Trayecto contiguo. Madrid, España: Editorial Betania, 1993; Los pasajeros del arca. La Plata, Buenos Aires, Argentina: El Editor Interamericano, 1994. Libro de bitácora. La Plata, Buenos Aires, Argentina: El Editor Interamericano, 1996. Donde mora el amor. La Plata, Buenos Aires, Argentina: El Editor Interamericano, 1997. Raíces latinas, narradores y poetas inmigrantes, Perú, 2012. Además, escribe sobre poesía, cuento y cine. Actualmente está traduciendo al español textos de poetas norteamericanos de las últimas décadas: Charles Bernstein, Leslie Scalapino, Andrei Codrescu, Susan Howe y Janine Canan, entre otros.

 

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