Literatura Cronopio

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Antojo

ANTOJO

Por Salvatore Laudicina*

La moral tiene antojo
de probar el sabor
del arrepentimiento.

Para mi desgracia,
no sé cocinar.

ARMISTICIO

Mi travieso falo ha puesto su lujuria en la mesa
para negociar pacíficamente con tu vagina ninfomaníaca.

Esta guerra de orgasmos sempiternos
es un completo absurdo.

¡Entreguemos las armas!
¡Aceptemos la derrota!

Nuestras repúblicas eróticas
ya no son invulnerables.

CONGOJA DE SÁBADO

La incertidumbre
de mis pasos titubeantes
no vislumbra la salida
de este laberinto siniestro
donde la razón se sumerge
en el pedernal de los instintos.

Caminar sin retorno,
recorrer una y otra vez
las mismas esquinas
hasta toparse de frente
con uno mismo
y horrorizarse.

Un sábado más,
un día menos.

La inevitable rutina
de esa obligación llamada muerte.

DRENAJE

Imaginar, frotarse sutilmente.
Columpiarse en esa adrenalina propia de la adolescencia,
mientras la adultez se siente avergonzada de ella misma.

Y en medio de aquella reyerta apacible,
escucho tus pasos en la buhardilla de mis secretos.

¡Aleluya, aleluya!
¡Blancuzco remanso que me liberta!

¡Aleluya, aleluya!
¡Cuánta redención en los gemidos!

¡Aleluya, aleluya!
¡Mis frustraciones han conocido los orgasmos!

NOSTALGIA PARLANCHINA

A veces me pregunto
si no te cansas de hablar de ese pasado que duele
en lo más profundo de las entrañas.

¿Se puede vivir recordando tanta frustración
y seguir campante en los confines de los intestinos,
causándole estragos a la digestión de los finales felices?

El sonido de tus páginas intrínsecas,
azota mi espalda.

Tu voz chillona,
el reloj,
las culpas sangrando en los resquicios del silencio.

¡Termina de una buena vez!

ORFANDAD

Dejarse abrazar
por la infinita inmensidad del vacío.

Permitirse sentir el beso pútrido
de una fe desahuciada.

Comprender que eres sólo tú
en este intrépido viaje.

Aceptar que a nadie le importa
            tu colección de historias grises.

QUEJA TARDÍA

Si uno va a terminar con alguien
            se debe tener la decencia
de besar con locura
para que el otro
se lama los labios
y humedezca su tristeza.

___________

*Salvatore Laudicina nace en Buenaventura (Valle del Cauca). Es Comunicador Social y Periodista de la Universidad Autónoma de Occidente de Cali. Su amor por la literatura nace en la niñez. A la par con los juegos y travesuras, comienza a escribir sus primeros cuentos. 

En su adolescencia, fortalece sus lazos con el arte de escribir en los ejercicios de redacción y escritura creativa que se realizaban en el salón de clases.  

En sus días universitarios, participa en el concurso de literatura del departamento de idiomas de la institución, obteniendo premios y menciones en sus distintas ediciones.  

Su cuento ‘La cabeza de Aristóteles (Después de leer y releer La mancha indeleble de Juan Bosch)’ forma parte de la Antología 2014 del taller RELATA del Ministerio de Cultura. 

En 2016, publica su libro Las Muchachas Se Fueron. De Migraciones y Sentires: Sobre Poemas Afrocolombianos Que Cuentan Historias Y Construyen Sujeto Femenino, resultado de una investigación centrada en la poesía de Mary Grueso Romero para obtener su título profesional. Cabe destacar que el libro ha sido citado en ensayos universitarios de España y Brasil. 

Su nombre forma parte del libro El país en una gota de agua (2016), publicado por la Universidad Javeriana de Bogotá y el Banco de La República.  

Participa como miembro del equipo editorial y escritor en la Antología Vení, Te Leo (2021) de la Corporación Manos Visibles.  

Ha sido colaborador de publicaciones impresas y digitales de Estados Unidos, Japón, Londres, México y Panamá.  

Actualmente es coordinador editorial de la revista Eventos Magazine de Miami. 

Redes sociales: 

Facebook: Salvatore Laudicina 
Twitter: @slaudicina 

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