Cronopio Reflexión

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CIUDADANO GLOBAL

Por María del Rocío Vallejo Alegre*

«Mientras el león no se convierta en el historiador,
El cazador será siempre el héroe»
(Proverbio de África Occidental en lengua Ewe-mina)

Cómo ser un Ciudadano Global, fue la clase que decidí dar en el otoño del 2019 como piloto por un intento de implementar el concepto de «viviendo en Comunidades de aprendizaje» (Living Learning Communities). El concepto era apasionante, estuvimos desarrollando una serie de planes para desarrollar 6 de estos pilotos. Marisa y yo teníamos la oportunidad de desarrollar «La casa global». Una residencia estudiantil en la universidad de Geneseo interesada en la creación de ciudadanos globales, concepto tan propagado en nuestros días. Marisa como administradora de la residencia y yo por parte de la facultad, pareciese una combinación perfecta.

Deseaba de todo corazón crear conciencia en mis estudiantes de la importancia de ser un ciudadano global, fuera del glamour y la ciencia ficción que hoy en día inunda todo medio de comunicación, campañas publicitarias o estrategias empresariales. Había tenido la oportunidad de leer el libro de Yuval Noah Harari, Sapiens. De animales a dioses. Un libro que cuestiona nuestra realidad, nuestra historia y nuestros propios valores. Un libro que ha dado una respuesta a muchas de mis inquietudes, una solución a varios de mis problemas y, sobre todo, el fundamento académico a muchos de mis principios.

Pasé el verano preparando el material para mi «Gran Clase», si bien estaba basada fundamentalmente en este libro, existían otros puntos de vista que me interesaba integrar, otras prosas que desde mi punto de vista se complementaban y lograban consolidar un mensaje mucho más poderoso.

Decidí que al final del semestre propondríamos un «manifiesto de los requisitos para ser un ciudadano global». En la universidad, tenemos como misión crear «ciudadanos con conciencia global». La palabra «global» la usamos en todo y para todo, pero ¿qué significa ser global? Nuestro manifestó sería la respuesta.

Empecé utilizando el video de Chimamanda Ngozi Adichie en Ted Talks: «The danger of a single story» (El peligro de conocer una sola historia). En su presentación, la escritora de Nigeria, nos enseña como «nuestras vidas, nuestras culturas, se componen de muchas historias superpuestas y advierte que, si escuchamos una sola historia sobre otra persona o país, corremos el riesgo de un malentendido crítico». Chimanda, modernizaba y ejemplificaba el mensaje de José Martí en su cuento «Un paseo por la tierra de los anamitas, los cuatro ciegos». Nos dice:

«Lo que hay que hacer es estudiar con cariño lo que los hombres han pensado y hecho, y eso da un gusto grande, que es ver que todos los hombres tienen las mismas penas, y la historia igual, y el mismo amor, y que el mundo es un templo hermoso, donde caben en paz los hombres todos de la tierra, porque todos han querido conocer la verdad y han escrito en sus libros que es útil ser bueno y han padecido y peleado por ser libres, libres en su tierra, libres en el pensamiento».

El segundo elemento era el estudio de las lenguas, era un elemento fundamental. Creo en estrategia de la Comunidad Europea del Multilingüismo como un antídoto al odio y al rechazo. Desgraciadamente como El País mencionó en uno de sus artículos: «Estados Unidos es el cementerio de todas las lenguas». Lograr crear la necesidad y la aceptación de aprender otras lenguas resulta una prioridad para derrumbar fronteras, para abrir ventanas, para lograr una verdadera comunicación. Como bien lo expresa Nelson Mandela: «si hablas a un hombre en una lengua que entiende, el mensaje llega a su cabeza. Si le hablas en su lengua, le llega a su corazón». Lograr despertar esta necesidad entre los ciudadanos estadounidenses no es un objetivo sencillo de lograr. Para mi sorpresa este grupo de estudiantes contaban con este interés e incluso habían estado tomando clases de francés y/o español algunos de ellos. Para otros resultaba que estaban aprendiendo inglés como su segundo idioma.

Juzgué otras dos lecturas que serían un gran complemento. Ambas lecturas enfrentan la problemática de la diversidad cultural y ambas lecturas plantean soluciones completamente opuestas. Si bien no están hablando de nuestro planeta, están hablando de uno de los países con el mayor número de migrantes, Estados Unidos. La primera Lectura fue «True Americanism» por Theodoro Roosevelt, el famoso cristol, donde todas las culturas se funden en una. La segunda lectura «Trans-national America» por Randolph Bourne, América Cosmopolita o el famoso mosaico, dónde cada cultura es una pequeña pieza de un todo. Mis alumnos, nada sorprendidos creían fielmente en el modelo del mosaico y levantaron sus voces en contra del inquilino de la Casa Blanca y su política actual. Incluso criticaron abiertamente la apropiación cultural y expusieron la importancia por preservar la riqueza de cada cultura, e incluso para mi sorpresa cuestionaron el consumismo y como deberíamos evitarlo.

Hasta este momento la clase cumplía con las expectativas, desafortunadamente entrabamos a tierras movedizas al análisis la evolución del ser humano desde un punto de vista económico a través de la Revolución Agrícola (de cazadores a agricultores), la Revolución Industrial (de agricultores a obreros), La Revolución Informática (de obreros a intelectuales) y Revolución Cognoscitiva (de intelectuales a creadores); como nos lo plantea el Dr. Harari en Sapiens.

El momento de inflexión fue cuando se analizó que la Revolución Agrícola realmente «no mejoró» el estilo de vida del ser humano. Imagínense la sorpresa de mis estudiantes al decirles que los recolectores y cazadores nómadas poseían una vida más estimulante que los monótonos agrícolas, contaban con mayor tiempo para actividades personales, y sus cuerpos sufrían menos como resultado del tipo de actividades que desempeñaban. Su dieta alimenticia era más balanceada por la gran variedad de alimentos en contraste con la reducida dieta agrícola centrada en una limitada variedad de cereales, con su natural consecuencia del decremento en la eficiencia del sistema inmunológico. Es decir, el incremento de enfermedades y fallecimientos.

Si esto no fuese suficiente, las características del agricultor resultaron no muy atractivas. Este es un ser egocéntrico, que a diferencia de sus predecesores empieza a almacenar pertenencias, a limitar territorios, a construir paredes. Los nómadas no poseían muchas cosas y su hogar era su ecosistema. Su sistema de valores reconocía la naturaleza como una entidad espiritual (animistas) creando esa simbiosis con el medio ambiente que el agricultor rápidamente olvidó y hoy el Desarrollo Sostenido lucha por recuperar.

Los nómadas se preocupaban por el presente, por vivir el día a día. Los agricultores descubrieron la paranoia del futuro, clima, cosechas, crianza… nuestra moderna economía crece gracias a la confianza en el futuro. La posibilidad incierta de un evento el día de mañana, puede hacer temblar los mercados.

El sedentarismo nos llevó a crear sociedades cada vez más complejas dando inicio al final de la familia como base de la sociedad. El Dr. Harari, nos explica detalladamente este fenómeno en el segundo capítulo de su libro «El árbol del saber» (40) para que un grupo funcione todos sus miembros deben de conocerse íntimamente. Las investigaciones sociológicas han demostrado que no es posible conocer a más de 150 seres humanos, por lo que este es el número máximo que un grupo puede crecer. Sin embargo, el ser humano cruzó este umbral creando ciudades que contienen decenas de miles de habitantes e imperios que gobiernan a cientos de millones de personas. La respuesta que nos plantea Sapiens es la ficción, la creación de mitos comunes, la imaginación de la gente. En otras palabras, las religiones y los imperios nos brindan la ficción para crear el engranaje necesario que cohesiona y orquesta a millones de desconocidos a cooperar eficientemente.

Sin embargo, esta maquinaria no podría funcionar sincronizadamente sin la jerarquía. La jerarquía se vuelve una necesidad y con ella la discriminación. Observemos los sistemas políticos y sociales bajo los que vivimos hoy en día, siguen los mismos principios de la Revolución Agrícola. Los gobernantes y una clase privilegiada viven a expensas de los agricultores. Reyes, soldados, sacerdotes, artistas, pensadores son alimentados por el duro trabajo de los agricultores y solamente les dejan lo mínimo necesario para sobrevivir. La mala distribución de la riqueza, no es un síntoma de nuestros días, es una característica de nuestra sociedad originada en la Revolución Agrícola. Junto con la jerarquía no podríamos olvidar una de las pocas leyes que históricamente siempre se cumple, como el Dr. Harris nos plantea: «Los lujos tienden a convertirse en necesidades y generar más obligaciones. Una vez que las personas se acostumbran a un nuevo lujo, lo toman por dado. Empiezan a contar con él, es una necesidad» (106). Para cerrar este círculo vicioso solamente me faltaba agregar la siguiente frase de autor anónimo:

«Cuando estás acostumbrado a los privilegios, si los pierdes se siente como discriminación».

El concepto estaba claro, tenemos grandes ideales por ayudar a otros, pero los ayudamos con aquello que nos sobra, con lo que no necesitamos. Esto es fácil de comprobar, ¿cuántos de nosotros somos capaces de recibir a una familia en nuestra casa porque necesitan techo? ¿Cuántos dejamos de usar nuestro coche, para que todos podamos tener una bicicleta? Paradójicamente, esta es la época donde las Organizaciones no gubernamentales (ONG), instituciones sin ánimo de lucro que no dependen del gobierno y que realizan actividades de interés social han alcanzado su auge.

Si esto no fuera suficiente, faltaba integrar el elemento más poderoso de todos hoy en día en nuestra sociedad, «El Dinero» la representación sistemática del valor de otras cosas con el propósito de cambiar bienes y servicios. Si bien las religiones y los imperios multiplicaron los miembros de las sociedades, fue el dinero la mayor inversión del ser humano, el que permitió el intercambio comercial y con ello el capitalismo. Smith clama que el egocentrismo del ser humano lo llevará a invertir sus ganancias creando mayor bienestar colectivo. Así que nuestro futuro depende no solamente del crecimiento económico del mañana, sino en el deseo del capitalista de reinvertir sus beneficios en la producción.

Dos son las verdades que ignoramos del capitalismo. Primero, este no puede asegurar que los beneficios sean ganados éticamente o distribuidos equitativamente. En segundo lugar, cree en el crecimiento económico continuo, el cuál es una utopía ya que necesitaríamos que los materiales y energía fuesen ilimitados. Dos verdades que nos resistimos a aceptar a pesar de los duros golpes que estamos recibiendo. Tenemos que reconocer que existe un gran anestésico que minimiza el dolor de estas dos verdades. El consumismo que vivimos hoy en día, el uso constante de productos y servicios resulta un «satisfactor» de nuestro estilo de vida y a su vez un motor para nuestra creciente economía, los lujos se vuelven necesidades y nuevos lujos surgen.

El sistema de valores no quedó estático, evolucionó a la par. El nómada que comulgaba con su entorno, fue sustituido por un ferviente agricultor cuyos dioses le brindaban el control sobre plantas y animales, a su vez este fue sustituido por el científico capaz de modificar el destino final del ser humano, rozando la inmortalidad. Y mientras el científico busca la vida eterna, el consumismo nos llena la cabeza de necesidades, de los lujos que valemos… es aquí cuando el ser humano se vuelve un dios… tiene en su mano la vida y él lo vale.

Obviamente en este momento, había perdido el interés de mis estudiantes. Sus miradas lejanas me lo decían y yo no podía entender la razón. Como tiro de gracia, rematé explicando que el comercio, los imperios y las religiones universales han sido los creadores del mundo que hoy en día vivimos, con sus defectos y cualidades, pero caracterizado por una constante, la globalización. Sus ojos reflejaron incredibilidad. Busqué ejemplificar este hecho, al igual que el Dr. Harari, con las cocinas étnicas. Platos irlandeses o polacos a base de patatas, de origen peruano. La picante comida hindú, a base de chiles originarios de México. El famoso asado argentino de carne de res, cuyo origen es completamente europeo. Sin ir más lejos, las mexicanísimas piñatas, cuyo origen se desconoce, pero se atribuyen a China o Italia. Estos y muchos otros datos resultaron datos curiosos, para mis estudiantes, pero la globalización es el resultado del desarrollo tecnológico del siglo XX. No es un proceso que empezó hace 300,000 años.

Para Harari, la fase más importante en el proceso de unificación global tuvo lugar en los últimos siglos, cuando los imperios crecieron y el comercio se intensificó. Pero, desde una perspectiva ideológica, el proceso realmente empezó durante el primer milenio antes de Cristo, cuando arraigó la idea un orden universal (Harari,193): comerciantes (todos los humanos son compradores- dinero), conquistadores (todos los humanos son súbditos – imperios) y profetas (todos los humanos son creyentes – religiones). Sin embargo, ha sido el dinero el orden universal más poderoso hasta la fecha. Personas que no creen en el mismo dios, ni obedecen al mismo rey están dispuestas a utilizar la misma moneda. (Harari 195).

Pensé que recobraría el interés de mis estudiantes al hablar del «Desarrollo Sostenido» y estudiar los 17 objetivos que la ONU se ha planteado…

a) Fin de la Pobreza.
b) Hambre Cero. y no Contaminante.
c) Salud y Bienestar.
d) Educación de Calidad.
e) Reducción de las
f) Igualdad de Género
g) Agua limpia y sanemaiento
h) Energía Asequible
i) Trabajo Decente
j) Industria, Innovación e infraestructura
k) Ciudades y comunidades sostenibles
l) Producción y consumo responsable
m) Acción por el clima
n) Vida submarina
o) Vida de ecosistemas
p) Paz, justicia e instituciones sólidas
q) Alianza para lograr los objetivos

Para mi sorpresa vieron estos objetivos como una utopía, algo inalcanzable. Me sorprendió tantísimo, desde mi punto de vista estos objetivos están buscando el desarrollo del planeta como un solo ente y sí hay mucho trabajo por delante, pero ¿no es esto lo que buscamos al ser globales?, ¿que todos tengamos las mismas oportunidades?, ¿que logremos ese equilibrio entre seres humanos y el ecosistema?, ¿que todo ser vivo sea respetado?

No comprendí la seguridad en su respuesta, estos objetivos son una utopía y nunca serán alcanzados. Discutimos, analizamos y nuevamente comprobé que no los estaba convenciendo. Que no discutían mis argumentos, pero tampoco cambiaba su punto de vista. Con frustración cuestioné por qué pensaban que «Los Derechos Humanos, La Democracia y El Capitalismo» eran alcanzables, pero los 17 Objetivos del Desarrollo Sostenido eran una utopía. Sus ojos brillaron, había tocado una fibra delicada, pero el silencio se hizo presente.

Utilicé nuevamente las ideas de Yumal. «El mundo siempre ha estado dividido en diferentes mundos, poco a poco y gracias a la comunicación se han ido reduciendo los diferentes puntos de vista y en algún futuro existirá un solo mundo, con un solo punto de vista». Para unir al mundo debemos compartir ciertas ideas, valores, creencias… Pareciese una blasfemia, ¡eso es como un lavado de cerebro! Traté de explicar cómo hemos creado conceptos para unirnos. Algunos intentos han sido los dioses, las revoluciones, la libertad, las naciones, la democracia, el capitalismo, la ciencia, los derechos humanos, el desarrollo sostenido…

En mi lógica, la respuesta para esta integración era un valor, un valor tan poderoso que nos uniera. Fue en este momento cuando introduje a Luc Ferry. Para Luc Ferry, como he comentado en otras reflexiones, debemos reconstruir nuestra sociedad y el valor a recuperar es el amor. El amor que afecta nuestra vida personal y muchos aspectos de nuestra vida social y colectiva, desde el arte y la educación, hasta la política. Ferry nos propone la madurez del «humanismo» encontrando su razón de ser en la familia y el matrimonio por amor. El silencio fue palpable, no discutieron, sus miradas lo decían todo.

El trabajo final obviamente reflejo ese silencio. Podrán Imaginar mi desilusión, había fracasado, no había logrado «moverle el tapete a mis alumnos». Nuestro «Manifesto» usaba un modelo creado en 1916 por Bourne, Trans-América, el Mosaico Cultural. Modernizado con elementos de reciclaje y alertando sobre los peligros del consumismo. He de confesar que el mensaje de Chimamanda Ngozi Adichie dejó huella en ellos, había que evitar el peligro de conocer «una sola historia», había que conocer y exponerse a muchas historias. El examen final fue presentado y un amargo sabor de boca me quedó. Definitivamente había fracasado.

No ha sido hasta este momento, cuatro meses después de terminar la clase, al escribir esta reflexión que he sido capaz de comprender que había puesto en jaque el mundo que ellos conocían. Qué estaba cuestionando sus creencias. Estados Unidos es el ejemplo de la Democracia a seguir, el éxito del Capitalismo y el defensor de los Derechos Humanos. Esta es su realidad, no es una idea, no es una utopía y comprendí…

«Cuando estás acostumbrado a los privilegios, si los pierdes se siente como discriminación»

Un mundo global implica que no existan conquistadores o conquistados, que migrantes y residentes pertenezcan al mismo planeta, que dueños y empleados compartan, que hombres y mujeres se unifiquen, que la diferencia entre pobres y ricos se anule, que todas las culturas se abracen y que todas las religiones convivan en paz. Para lograr esto el amor deberá de ser nuestro valor. Luc Ferry piensa que este cambio está empezando, yo creo que nos falta mucho camino por andar… quizás el Coronavirus actué como catalizador acelerando este proceso. Desafortunadamente necesitaremos sufrir una transformación total para aprender a renunciar a nuestros privilegios…

* * * *

REFERENCIA:

Sapiens De animales a dioses: Una breve historia de la humanidad

Yuval Noah Harari

Título original: From Animals into Gods: A Brief History of Humankind

DEBATE-Impreso USA – Novena Edición 2019

ISBN: 978-84-9992-622-3

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* María del Rocío Vallejo Alegre es Ingeniera en Ciencias de la Computación y Cibernética y Magister en Administración de Negocios por el Instituto Autónomo Tecnológico de México. Trabajó durante doce años como docente en la Universidad del Estado de Nueva York, en el campus de Geneseo. Recibiendo en el 2017 Chancellor’s Award for Excellence in Adjunct. Actualmente junto con algunos de sus alumnos y su hijo están trabajando en crear la organización sin fines de lucro «Cultures Learning TOGETHER» ( Culturas aprendiendo JUNTAS). La organización tiene su origen en un programa que empezó como voluntaria durante su estancia en SUNY Geneseo. Estudiantes de la Universidad de diferentes especialidades se reunen con familias de la comunidad cuya lengua maternal no es el inglés. Los estudiantes enseñan inglés a los adultos y apoyan a los niños en sus tareas escolares. JUNTOS (TOGETHER) todos aprenden de las diferentes culturas. El semestre pasado el programa contó con representantes de República Dominicana, México, Perú, Japón, China, Colombia y Cuba. Es una relación «WIN-WIN», todos ganan.

https://www.gofundme.com/f/cultures-learning-TOGETHER?utm_source=customer&utm_campaign=p_cp+share-sheet&utm_medium=copy_link-tip

 

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