Sociedad Cronopio

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LEGALIZACIÓN DEL TABACO EN COLOMBIA

Por Camilo Andrés Álvarez Cárdenas*

Mucho se ha debatido sobre la legalización o no de la droga, que la problemática del narcotráfico, que la violencia a su alrededor, que si afecta todos los sectores de la sociedad… En cualquier caso su abordaje requiere de mucho tacto, e incluso, antes de abordarlo, sería bueno hacer un análisis histórico, sin prevenciones, sobre realidades de similar cuño que sientan los antecedentes de esta actual disputa.

En el momento en que pensamos en la legalización de un producto como el tabaco, nos remontamos a las historias de Al Capone en los Estados Unidos y su interminable leyenda estereotipada en el cine de los años 20 y 30. Pero este caso es el nuestro, el de nuestra idiosincrasia, el de nuestra lucha y el de nuestro pasado. La legalización del tabaco en Colombia se dio en el siglo XVIII durante el periodo colonial, cuando nuestro territorio se denominaba Reino de la Nueva Granada.

La historia empieza en 1776 cuando la Corona tomó la decisión de legalizar el tabaco en el territorio colonial. Este fue un proceso originado, después de muchos debates, por la necesidad fiscal y el manifiesto consumo de la sociedad.

Con esto no podemos establecer que el consumo del tabaco comenzó en dicho momento. Desde 1744, veintidós años antes, ya se había empezado el proceso de la consolidación de la administración Real sobre este producto. Sin embargo, hasta el año de su legalización se consolidó el monopolio por parte del Estado sobre la producción y comercialización del  mismo.

Este proceso de legalización y consolidación de un monopolio ya era conocido por parte de la Corona y se había convertido en el mejor sistema de recaudación para engrosar las arcas de la Real Hacienda.

Es así que empezamos a entender el interés fiscal, que sobrepasó los límites de los efectos del tabaco, muy posiblemente desconocidos por las autoridades y por la sociedad. Sin embargo, hoy en día son conocidos y explícitamente demostrados, pero su legalidad continúa vigente. Es necesario aclarar que no se quiere dar un juicio respecto a la legalización o no de ciertos productos en nuestros tiempos, nuestro interés es presentar una porción de la historia y dejar a criterio del lector las conclusiones y reflexiones sobre estos temas.

Siguiendo entonces con este análisis, podemos decir que el tabaco durante el tiempo en que fue administrado por la Corona, por medio del establecimiento del monopolio, representó grandes ingresos para las cuentas reales. El tabaco llegó a significar una contribución en los ingresos totales de la Caja de Santa Fe de más del 40% en 1787. Este hecho es muy interesante, ya que este producto, que hacía once años era ilegal, se convertía casi en la mitad de los ingresos reales en la Caja de Santa Fe.

Desde este punto, los intereses de la Corona empezaron a cambiar. Ya no se trataba simplemente de controlar todo el proceso productivo y comercial del tabaco, se trataba ahora de convertirlo y consolidarlo como un rubro de suma importancia para las finanzas reales. Acogidos a esta lógica, se ordenó la llegada del Visitador General, Juan Francisco Gutiérrez de Piñeres. El Visitador se encargaría de ordenar y recopilar la totalidad de la información de los monopolios de las colonias españolas, en donde no sólo se contaba el tabaco, sino también el aguardiente, los naipes y la pólvora.

La organización de Gutiérrez de Piñeres, así como su método sistemático, logró la consolidación de los monopolios como la forma más rentable para la Corona, haciendo especialmente al tabaco como un producto fundamental para los ingresos reales en Santa Fe.

Las reformas de Gutiérrez de Piñeres, fueron tan exitosas que se mantuvieron hasta 1850, fecha en la cual se abolió el monopolio por parte del gobierno republicano.

De esta manera, y rescatando la importancia que tuvo el tabaco, debemos considerar cómo el interés de la administración cambió por completo al ver los beneficios que traía una buena administración de este producto, que en algún momento, debemos recalcarlo, fue ilegal. El nuevo enfoque se concentró en desarrollar medidas y políticas que lograran maximizar los beneficios, o sacar el máximo provecho fiscal del potencial que tenía este producto.

En este sentido las prioridades cambiaron, ya no se combatía la producción y comercialización ilegal del tabaco, ahora se combatía el contrabando del mismo. Se castigaba a las personas que seguían lucrándose del producto, sin rendirle cuentas a la Corona. La administración quería todo el control, quería la omnipotencia en el producto, mas no evitar el consumo del mismo.

Evidentemente, se le quitó al pueblo su negocio, lo cual trajo múltiples manifestaciones y malestares en la sociedad. El establecimiento de los monopolios también es causa fundamental de la primera insurrección en la Nueva Granada, el levantamiento de los comuneros en 1781. Esto nos da una nueva perspectiva, pues los controles de la administración crearon un inconformismo tal, que podríamos decir que originó la primera semilla de la independencia que ocurriría posteriormente en el siguiente siglo.

Empiezan a surgir aquí múltiples preguntas sobre nuestra realidad, sobre nuestros tiempos y sobre nuestros problemas. Enfrentamos el flagelo del narcotráfico en nuestro país. Pero este fenómeno ha traspasado las fronteras, es un problema absolutamente vigente. Al igual que en el siglo XVIII, la legalización de la droga ha generado un debate sin igual.  Socialmente no es un proceso fácil de ejecutar, ni siquiera fácil de debatir. Es un tema que debe convocar a todos los entes de la sociedad.

Es cierto que los tiempos han cambiado, que del siglo XVIII al siglo XXI los hechos son diferentes, los protagonistas también. La composición política y social de nuestros tiempos es evidentemente distinta. Hoy tenemos a los Estados Unidos, a la Unión Europea, a todo el globo manifestándose respecto al tema. No puede ser una decisión de unos pocos.

Salomón Kalmanovitz, importante analista económico colombiano, planteó claramente una posición alrededor de la legalización de la cocaína. Sorprendentemente, y lo menciono por el enfoque de este artículo, plantea la necesidad inminente de legalizar la droga. Es claro que la política de guerra contra este delito no ha podido vencer ni dar muestras de prontas derrotas definitivas, es por esto que hay que cambiar la estrategia, y tal como lo planteó Salomón Kalmanovitz en el periódico El Espectador en noviembre de 2007, atacar el problema desde una perspectiva económica, con precios. Además lo más curioso es encontrar la opinión respecto a la legalización del consumo, y al monopolio de la compra y la venta de la droga. Convirtiendo el entendimiento de la drogadicción en un problema de salud pública.

¿No es curioso, que una opinión tan importante al respecto, tenga tanta similitud con hechos ocurridos hace más de doscientos años? Es maravilloso encontrar y confirmar que nuestra vida es cíclica y que resulta peligroso olvidar la historia. Aprovechemos nuestra herencia, y, por qué no, aprovechemos los errores del pasado, hagamos un examen de conciencia y empecemos a evaluar los métodos utilizados y su eficiencia a la hora de resolver los problemas por los cuales han sido aplicados.

La historia, de esta manera, nos da una herramienta, nos invita a mirar el pasado, y analizar las consecuencias de las acciones. Pero por ahora sólo podremos decir, que aunque muchos digan que las comparaciones son odiosas, hay que tener memoria. Es necesario empezar a reflexionar sobre los orígenes de nuestra realidad y el porqué de nuestro accionar.

Es así que el entendimiento de procesos pasados, puede conducirnos a las soluciones para procesos presentes, la reflexión de nuestra historia nos brindará más herramientas de debate y nos guiará indiscutiblemente a discusiones más objetivas y sinceras respecto al discernimiento de la actualidad.
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* Camilo Andrés Álvarez Cárdenas es estudiante de último año de Economía en la Universidad de los Andes y colaborador de la revista Supuestos de dicha universidad.

3 COMENTARIOS

  1. Me parece un muy buen punto de vista, y me gustaría saber cual es la referencia bibliográfica del planteamiento de Salomón en el periódico el espectador,donde puedo encontrar ese artículo para leerlo.

  2. No me queda claro por qué fue una decisión incorrecta la legalización del tabaco, tampoco por qué lo sería la legalización de drogas (incluidas algunas que en cierta época ya fueron legales). En términos ficales nos selaña el autor del artículo lo positivo de la legalización. A parte, si no se tratará de un monopolio de drogas, se desincentivarían los conflictos derivados de las redes del narcotráfico. Por último, si a diferencia de la legalización del tabaco, a la legalización de las drogas no se le toma como negocio, sino que hablaramos de legalización regulada y de desincentivos al consumidor, ya entraríamos a dar una respuesta al problema de salud pública.

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