EL «DESAFÍO» DE MARIO VARGAS LLOSA
Por Mara Tello Ugalde*
La narración en todo texto es indispensable para hacer de la lectura una fácil asimilación del mundo narrado que nos presenta el autor: La narración también es el relato de unos hechos reales o imaginarios que les suceden a los personajes en el texto.
Toda narración consta de un narrador que hace fluir la historia. Más aún, existen dos tipos de narradores: el primero es el heterodiegético. Se refiere al narrador que no está involucrado en el texto, donde la voz es la única herramienta que presta en la historia. El narrador homodiegético es el que funciona en el texto como narrador y como personaje. Este el caso de Julián Huerta, en el cuento El desafío de Mario Vargas Llosa.
Hablamos de un cuento, donde todo el tiempo, la obra se deja llevar a través de la narración de Julián, el cual hace funcionar su narración clasificándola en la narración testimonial, pues cuenta el suceso de la muerte de su amigo Justo tras un enfrentamiento con el Cojo. La narración testimonial, asevera Luis Aurora Pimentel, «no tiene sin embargo un papel central sino un mero testigo. El objeto de la narración no es la vida pasada del «yo» que narra, sino la vida del otro» (Pimente, p.137).
En cuanto a los personajes, también es función del narrador hacer que nosotros como lectores, podamos identificar a cada uno de los personajes, pues el nombre del personaje «es el centro de imantación semántica de todos sus atributos; el referente de todos sus actos y el principio de identidad que permite reconocerlo a través de todas sus transformaciones», tal como lo asegura Pimentel. Es así que podemos identificar a Justo por sus facciones dulces y delicadas, a cojo como problemático, a Leónidas como un viejo conocedor y así mismo a Moisés, Briceño, León y Julián como parte de los amigos de Justo.
Es necesario tomar en cuenta los sucesos que vive el narrador-personaje con la pelea de su amigo Justo. Gracias a su narración sabemos que todo inicia con los protagonistas en el bar. Entra Leónidas y da la noticia de la pelea de Justo con Cojo esa noche: La preocupación sale a relucir en Leónidas y Julián. Llega el momento de la pelea y se citan en la balsa. Julián exclama: «En la penumbra yo no podía ver, solo imaginar su rostro». Con esta frase Julián está diciendo que la falta de luz no le permitía observar el rostro de Cojo; sin embargo algo muy interesante que permite advertir que el uso de su imaginación y las imágenes grabadas en su memoria de momentos pasados, le permite recordar el rostro de Cojo y verlo sin detallarlo.
Con esto me refiero a esas imágenes que nos hacen saber lo que hay detrás de la oscuridad. Es lo que sucede con la siguiente frase del narrador «Yo no podía ver las caras, pero cerraba los ojos y las veía, mejor que si estuviera en medio de ellos». La situación era tan tensa y la necesidad de ver era demasiada que los movimientos que desempeñaban Justo y Cojo eran fáciles de adivinarlos, su mirada enfocada en ellos tal vez los hacía adivinar los siguientes movimientos. Julián duró cierto tiempo con los ojos cerrados, creando en su mente las imágenes de los personajes peleando. Entonces abre los ojos para observar el último esfuerzo que hacia Justo de abalanzarse sobre el Cojo, pero fue en vano.
Me parece importante mencionar que el enfoque de la mirada de Julián motiva cambios de tiempos en la historia «Me volví a mirar a Leónidas, pero encontré atravesado el rostro de León: observaba la escena con expresión atroz. Volví a mirarlos: estaban nuevamente unidos». Un descuido se puede dar en cuestión de segundos, sin embargo cuando prestaba su atención nuevamente a la pelea, pareciera que hubieran pasado muchos minutos, pues Justo ya estaba de pie y abrazaba al Cojo, forcejeando con las pocas fuerzas que le quedaban, cuando antes de despegar la vista se encontraba tirado y moribundo. De esa manera. Los descuidos que tenía Julián al despegar la mirada de ellos, lo llevaba a la siguiente acción, un buen momento para que Vargas Llosa dé continuidad a la historia.
Finalmente el desenlace resulta ser sorpresivo: Julián no menciona la relación de padre e hijo que existía entre Leónidas y Justo, no obstante Vargas Llosa lo reflejaba con ciertas actitudes que denotan en el texto por parte de Leónidas.
La preocupación que evidenciaba el padre y la forma en que lo tomaban en cuenta en cualquier decisión que tuviera que ver con su hijo, son señales que el Premio Nobel de Literatura peruano, presenta para poder tener una idea de la existencia de un lazo que los unía.
Vargas Llosa y la polémica desatada antes de visitar a Argentina. Pulse para ver el vídeo:
[youtube]https://www.youtube.com/watch?v=IizmqH0Qe3I[/youtube]
____________
* Mara Tello Ugalde nació el 23 de julio de 1989 en la cuidad de Colima, México. Actualmente se encuentra cursando el sexto semestre en la Facultad de Letras y Comunicación en la licenciatura Letras Hispanoamericanas de la Universidad de Colima.