Collage cultural Cronopio

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LA COVID–19 COMO UNA DANZA DE LA MUERTE POSMODERNA

Por Pedro Hoyos Salcedo*

Nuestro siglo XXI ha sido revolcado durante los últimos nueve meses por uno de los virus más letales aparecidos en la historia de la humanidad.

Históricamente hablando, el globo terráqueo ha estado enfermo desde siempre, feneciendo más de 400 millones de personas. El planeta tierra ha soportado golpes letales que vienen desde la oscuridad del tiempo —10.000 años a.C— con la pústula cutánea desfigurativa maligna Variola virus de la familia Poxvirus. Posteriormente, en los tiempos de Pericles (429 a.c) se asiste a la Peste de Atenas referenciada por Tucídides en La guerra del Peloponeso. Durante los tiempos bíblicos se relata en el Antiguo Testamento y en la Torá, el sufrimiento causado por las 10 sacras plagas de Egipto; momentos después, se pasa por la Peste Antonina de viruela o la Plaga de Galeno que se presentó durante la segunda centuria de nuestra era. La Epidemia primaveral del año 542, registrada por el gran historiador Procopio, es otro ejemplo histórico de esta furia contra la salud del individuo.

Otras muestras de enfermedades implacables en el derredor humano son: la Plaga de Justiniano, o primera peste bubónica, que arrojó dos brotes en el siglo VI. La epidemia de Viruela del Japón o la epidemia de Tenpyo contraída por un pescador japonés en Corea en los albores del siglo octavo. La Peste negra o la primigenia Peste bubónica llevada por los marinos y también a través de la ruta de la seda que destruyó Eurasia al finiquitar el Medioevo —476, 1453, 1492— a causa de la difusión de la bacteria letal (antes llamada) Pasteurella pestis gestada por la pulga milimétrica Xenopsilla y anidada en las diabólicas ratas negras´, y no en «los humores» como se creía antaño. A esta Peste bubónica también se le endilga el nombre de la Peste roja, debido a su expresión en forma y tamaño de una lenteja rojiza que se reventaba por miles en los cuellos de las desesperadas víctimas.

En el continuum de este vía crucis universal epidemiológico llega a América, y a manera de guerra biológica en ciernes, la viruela de los sesenta días. Ésta apareció en México de la mano del idioma español, hace exactamente 500 años en 1520. Es de anotar que años antes ya teníamos en América otras plagas importadas como son la gonorrea, la sífilis, la gripe —1492—, el sarampión —1499—, la viruela —1518—, las diarreas generalizadas y el devastador e implacable tifus del género Rickettsia. A punto seguido y ya en pleno Renacimiento discurren con furia descabellada la conocida como la Viruela universal, las plagas del Renacimiento, la Peste Bubónica que asoló a Londres en 1665, cuya referencia exacta fue hecha por Daniel Defoe en su texto Diario del año de la peste —1772—; las Grandes Plagas acaecidas durante el Siglo de Oro, castigando las megápolis europeas. Las famosas pandemias del Cólera —Vibrio cholerae— de la transición, complementadas tristemente con la Tercera plaga (finales del S. XIX e inicios del siglo XX), y la Fiebre amarilla a la par que la Fiebre rusa que entierran el siglo XIX.

Otro capítulo de este trajinar por las epidemias históricas, de trajinar por los caminos de los tiempos sin antibióticos, y de trajinar con los ejércitos de virus y de bacterias, lo tenemos a causa de La Gripe española —H1N1— con su neumonía bacteriana secundaria —1918–1920— que deja una fatídica impronta de «influenza» al gestarse el quebrantado S. XX. Después se posa la Gripe asiática —H2N2— al terminar la Segunda Guerra Mundial, a punto seguido reluce «la Pandemia olvidada», o la Gripe de Hong Kong —H3N2 —, cerdos y aviares mutando a los humanos —coincidiendo con la Revolución intelectual francesa de 1968—. Otros monstruos de la historia moderna son: el SIDA (VIH) —Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida— que presenta inicialmente sus fauces sin tregua durante el cierre del siglo XX, el SRAS (SRAS CoV) —Síndrome Respiratorio Agudo Grave, Severe Acute Respiratory Syndrome, 2003— y la Gripe porcina, orthomyxoviridae —la gripe del cerdo o la influenza porcina o SIV, swine influenza viruses H1N1, H3N2, H3N3— que golpean durante la primera década de nuestro S. XXI. El MERS–CoV —Síndrome respiratorio de Oriente Medio—, que va de animales a humanos, aparece a partir del año 2015 y, finalmente, el desesperante africano Ébola o Ebolavirus —Filoviridae— (monos infectados de la especie Colobus roja) 2014–2016 —que hace honor a su tierra o aldea cercana al río Ébola en la República Democrática del Congo (antigua Zaire)—.

Después de todos estos vaivenes críticos que han vapuleado el núcleo de la humanidad —el homo sapiens, faber, ludens y politikon— aparece como personaje central una nueva mueca esperpéntica materializada en una impresentable y procaz danza de la muerte posmoderna denominada taxonómicamente la COVID–19. Así se inaugura el tan esperado S. XXI (diciembre 31, 2019).

La nominación y su nominalización respectivas, COVID–19, definida como una enfermedad, es femenina según la RAE, Real Academia Española de la lengua. La COVID–19 es declarada como Pandemia por la OMS —Organización Mundial de la Salud— WHO el 11 de febrero, 2020. Esta nueva denominación letal fue buscada desesperadamente por la humanidad el 31 de marzo de 2020 a través de Google, Facebook y Twitter: 20 millones, según el portal Sprinklr.com.

Estimado lector: ella, la Parca, Thánatos, la Moira, la nueva parca, el patas con su capa y capucha en ristre, ya se ha llevado descaradamente, y para siempre, en su trinchete a un millón de personas, y para desgracia de la patria, de los patriotas y de los apátridas, vino para quedarse.

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* Pedro Hoyos Salcedo es oriundo de Cali, Colombia. Se especializa en la literatura latinoamericana, Siglo de Oro español y la literatura española del siglo XIX. Tiene estudios doctorales de la Universidad de Nebraska, en Lincoln. Ha publicado artículos en los periódicos y revistas literarias más prestigiosas de su país. Ha publicado tres libros: «De Cortés a García Márquez. Ensayos de Literatura Hispanoamericana». Colección Prisma, Editorial Lumen, Lima. Perú. «Ejes temáticos en la obra de Ricardo Palma». Universidad del Quindío, GEDES Editores, Colombia, y «Ningún ser humano es ilegal ni el reino de Dios Tiene fronteras». Universidad del Quindío, GEDES Editores, Colombia. Es autor de dos CD de música, audio digital [Hoyos Familia Grupo Musical], con canciones bilingües nuevas y originales y un cuaderno de ejercicios interactivos para aprender el castellano. Después de diecisiete años de enseñar en la Universidad de Caldas en Manizales, ha venido enseñando en la Universidad Estatal de Augusta en Augusta, Georgia, desde 1995. Ha sido profesor de español básico y avanzado y Literatura Latinoamericana.

 

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