Vidas de artistos

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LA DAMA CATÓLICA

Por Gustavo Arango*

Sigrid Undset nació en un pueblo pequeño de Dinamarca, el sábado 20 de mayo de 1882. Cuando tenía dos años su familia se mudó a Oslo, que entonces se llamaba Kristiania. Era la mayor de tres hermanas y tenía once años cuando murió su padre. Como era imposible que pensara en ir a la universidad, Undset estudió para hacerse secretaria y, a los 16 años, consiguió trabajo en una firma de ingenieros. En los ratos libres escribía. Le tomó seis años completar una novela histórica situada en la Dinamarca medieval, pero la editorial la rechazó. Dos años después terminó una novela corta sobre una mujer contemporánea. Después de varios rechazos, fue publicada, y la primera frase de la novela, «he sido infiel a mi esposo», produjo reacciones de estupor. Undset se estableció como una artista de promesa, renunció a su trabajo de secretaria y entre los 25 y los 36 años se dedicó a publicar novelas sobre temas y personajes contemporáneos, en especial sobre «amores inmorales».

En 1909 recibió una beca de creación y se dedicó a recorrer Europa. Pasó por Dinamarca y Alemania, pero su estación final fue Italia, un país que amaba desde niña y sin conocerlo, por las historias que le contaba su padre arqueólogo. En Roma conoció al pintor noruego Anders Castus Svarstad, con quien se casaría en 1912, después de que este obtuvo su divorcio. Se radicaron en Roma y tuvieron dos hijos a los que se sumaron los tres hijos del primer matrimonio de Svartad. La hija menor de la pareja y otro de los hijos de Svartad tenían problemas de desarrollo mental. Además de seguir escribiendo sus novelas y cuentos de corte realista, Sigrid Undset participó en debates públicos sobre la liberación femenina (cuyo desarrollo criticaba) y sobre la decadencia ética y moral que percibía en la sociedad.

El matrimonio entró en crisis, en 1919, y Undset se radicó en Lillehammer, un pueblito en el sureste de Noruega. Cuando nació su tercer hijo, decidió quedarse sola donde estaba y se dedicó a dirigir la construcción de una enorme casa de madera, con un amplio jardín y una vista privilegiada sobre los pueblos cercanos. La casa tenía nombre propio: Bjerkebæk. Allí emprendió, a los 37 años de edad, la escritura de Kristin Lavransdatter, una novela de 1.400 páginas, de tema medieval y con una heroína fascinante, para la que la vida de Undset había sido una larga y paciente preparación. Terminada la tarea, y con el entusiasmo que le quedaba, escribió otra novela de 1.200 páginas, Olav Audunssøn. El proceso creativo estuvo acompañado por una intensa crisis religiosa, provocada por su drama personal, el desastre de la guerra y el estado general de la humanidad. Sus padres habían sido ateos, pero su madre se había acercado, más por necesidad que por sentimiento religioso, a la iglesia luterana. En sus dos novelas monumentales, detrás de un realismo a veces crudo, Undset no dejó de reflexionar sobre el misterio. Así dejó de pensar que el hombre había creado a Dios y llegó a convencerse de lo contrario. En 1924, fue recibida en la iglesia Católica. Luego intensificaría su compromiso, al hacerse dominicana laica. Su siguiente novela, The Master of Hestviken, tendría como escenario una época histórica en la que Noruega fue católica. La conversión de Undset fue recibida con incredulidad y hostilidad en un país de mayoría luterana. Pero los ataques eran vitaminas para una mujer a quien se le conoció como «la dama Católica» y quien participó activamente en toda clase de polémicas. Siguió escribiendo novelas (históricas, contemporáneas, autobiográficas), tradujo sagas islandesas y escribió ensayos sobre literatura.

En la década del 30, Undset empezó una novela histórica ubicada en la Escandinavia del siglo 18, pero el estallido de la Guerra interrumpió su trabajo. En 1940, cuando recibió un jugoso premio literario, donó el dinero para apoyar la resistencia de Finlandia contra la invasión nazi. Ese mismo año, su hijo mayor, Svarstad, murió en combate y su hija enferma murió de pena moral. Bjerkebæk fue tomada por las tropas invasoras y utilizada como cuartel. Undset escapó a Suecia con su hijo menor y, de allí, siguió a los Estados Unidos. Se radicó en Brooklyn Heights, Nueva York, desde donde se dedicó a trabajar por la causa de los judíos y de los países ocupados.

Sigrid Undset regresó a Noruega en 1945, después de la liberación, pero no volvió a publicar una sola palabra. Su silencio de cuatro años es tan elocuente como sus obras maestras. Murió el viernes 10 de junio de 1949, en Lillehammer. Que haya recibido el Nobel es una de sus anécdotas más insignificantes.

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* Gustavo Arango es profesor de español y literatura latinoamericana de la Universidad del Estado de Nueva York (SUNY), en Oneonta y fue editor del suplemento literario del diario El Universal de Cartagena. Ganó el Premio B Bicentenario de Novela 2010, en México, con El origen del mundo (México 2010, Colombia, 2011) y el Premio Internacional Marcio Veloz Maggiolo (Nueva York, 2002), por La risa del muerto, a la mejor novela en español escrita en los Estados Unidos. Recibió en Colombia el Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar, en 1982, y fue el autor homenajeado por la New York Hispanic/Latino Book Fair, en el marco del Mes de la Herencia Hispana, en octubre de 2013. Ha sido finalista del Premio Herralde de Novela 2007 (por El origen del mundo) y 2014 (por Morir en Sri Lanka).

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