Literatura Cronopio

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EL PUNTO CERO DE CAPOTE

Por:  Juan Manuel Zuluaga Robledo

Cuando se tiene superávit de información sobre un tema, antes de escribir, se debe recurrir a la organización de las ideas, sobretodo, cuando ya se le leyó la obra de Truman Capote, desde los primeros libros hasta los últimos.

Antes de esbozar un análisis comparativo entre la película de Bennett Miller sobre uno de los mejores talentos literarios de los Estados Unidos y la relación del filme con A sangre fría, su obra cumbre, es pertinente reflexionar de manera breve y holística sobre la obra de Capote en su totalidad.

Esto, para comprobar que su primera obra literaria de no ficción constituye un punto cero, un antes y un después en todo el trabajo del autor de Nueva Orleáns. Incluso un punto cero para el periodismo y la literatura.

En ese sentido, los primeros libros de Capote, en medio de su juventud de escritor solitario, tienen pocos matices y exigua relación argumental con los libros escritos después de la aparición apabullante de esa novela fenomenal.

1948 fue el año de publicación de su primera novela, titulada Otras Voces, Otros Ámbitos. Tenía 23 años y tres años después, publica su segundo trabajo, El Arpa  de Hierba. Son obras muy bien escritas, con un estilo propio y elegante –característica básica del estilo de Capote- con personajes confeccionados con ingenio y maestría, a pesar de su corta edad. En ellas se dan muchos elementos en común: la inocencia y el despertar de la niñez a la vida adulta.

También es evidente, la vida lenta y apacible de los campos sureños en el país del norte. Son obras juveniles que reflejan la vida del autor en la adolescencia. Está presente la añoranza por esos años de la vida campesina, contexto de abandono por parte de su madre en la zona rural de Alabama, lugar donde fue criado por sus tías.

En 1956, Truman realiza el primer experimento de escritura de no ficción, género inventado por él mismo. En ella se cuenta el recorrido de la Everyman Opera, grupo musical compuesto por cantantes afro americanos, por la Rusia Soviética. Fue considerada una de las primeras propuestas artísticas de una asociación norteamericana que logró entrar a la cortina de hierro, en los años 50.

Desayuno en Tiffany´s, publicada en el 58, da un giro considerable del campo a la ciudad. En este caso, la vida de una diva y su relación con un joven escritor en el corazón de Nueva York.

Aparece la primera novela de no ficción en 1965. Con genialidad y minuciosidad narra los asesinatos de la familia Clutter por parte de dos desconocidos sin un móvil aparente para perpetrarlos.  El relato también detallaba el recorrido de los asesinos (Perry Smith y Dick Hyckock) luego de los crímenes, la persecución policiaca a cargo del detective Alvin Dewey, la captura, los años de confinamiento en la prisión y posterior ejecución de Smith y Hyckock en la horca en una penitenciaria de Kansas.  Todo con una riqueza y una minuciosidad de los detalles como nunca se habían visto en la literatura.

Luego de esto, a diferencia de las primeras obras, se da un cambio radical en el argumento de los textos del escritor. En pequeñas piezas como Autorretrato o Párrafos Griegos, es obvia la influencia de un mundo aristocrático que aduló a Capote,  posterior al éxito de su obra cumbre. Los libros se sienten más depurados y maduros en relación a sus primeros trabajos literarios.

Por ejemplo, a principios de la década de los 80, publica Música para Camaleones, una obra que no recurre a grandes temas. Una serie de relatos breves donde se observa la agudeza del autor para retratar la cotidianidad. Es decir, la realidad de la doble moral estadounidense, el afán por escribir sobre otros asesinatos como lo hace en Ataúdes tallados a mano. Son historias cotidianas y retorcidos relatos sobre ciudad. Música para Camaleones es una amalgama de vivencias personales con amigos cercanos, sobre la desolación, la depresión y la soledad.

Tres años después de su muerte en 1984 – en medio del aturdimiento producido por las drogas y el alcohol- se publica una obra póstuma, Plegarias Atendidas. Una novela inconclusa. A diferencia de las primeras obras, el protagonista es un ser ruin, amoral, drogadicto y bisexual. Es la antitesis de sus primeros libros donde abundaban campesinos puritanos y niños inocentes. Sin embargo, en ella está presente toda la genialidad capotiana para retratar atmósferas con elegancia. Desarrolla lenguajes corrosivos y excelentemente elaborados entre los personajes. Ahí, vuelve y juega la hipocresía de la clase alta.

Ahora bien, el propio escritor fue conciente de ese cambio en una crónica intimista de 1969, titulada Una voz desde una nube donde relataba el proceso creativo de Otras Voces, Otros Ámbitos. Aseguraba que ya no era el joven inquieto que había escrito esa primera novela “pues sólo una sombra desvaída de él, forma ya parte de mí, resulta difícil reconstruir ese estado ánimo…no obstante, lo intentaré ”.

Ese cambio no tuvo repercusiones negativas en sus últimos libros. Sólo se dio un cambio mental y una permutación radical hacia otras temáticas, pero nunca se estancó en una seca literaria y creativa después de A sangre fría. Esta es la primera conexión con la película “Capote” de Bennet Miller, una de las mejores películas argumentales del 2006, en la que Philip Seymour Hoffmann demuestra su talento histriónico para interpretar al autor norteamericano.

Ahora bien, al final del filme, se lee lo siguiente: Truman Capote no concluyó ninguna otra obra después de su libro célebre. Lo cual no es cierto. Una obra no sólo es una novela y Música para Camaleones –no siendo una novela- es un hermoso ejemplo de un libro perfectamente acabado. Plegarias Atendidas, pese a su carácter inconcluso, en sus capítulos finales da la sensación de un trabajo fabuloso y concluido.

Por eso, no estoy de acuerdo en un punto de la conferencia dictada por Darío Ruiz sobre la obra del escritor, cuando expone la siguiente tesis: En A sangre fría, encontró una realidad que cambió todas sus “claves y que lo sumergió en un silencio y en una parálisis creativa de la que jamás alcanzó a regresar”, según la cita de Orlando Mora, crítico de cine, quien asistió a la conferencia de Ruiz.

Ahora sí se puede abordar el tema de la película. Al verla, se tiene la sensación de un trabajo bien fundamentado en la novela de Capote y no sólo eso, el director se basa en otras fuentes de consulta como testimonios, vivencias y bibliografía para sustentarla. Se va más allá de lo planteado en la novela.

Desde luego, hay algo asombroso en la novela y es su minuciosidad. Detalles pequeños como cuando el señor Clutter le da de comer una manzana a la yegua. O que antes del asesinato, Clutter se encontraba dialogando con un agente de seguros.

Por lo tanto, la película deja al espectador impactado por la capacidad de retentiva del personaje a la hora de indagar esos pequeños detalles. Durante casi dos años, no anotó ni una sola línea…sólo vino a hacerlo después de casi tres años de investigación. El escritor a base de investigación fue capaz de relatar la vida cotidiana, los ritos y costumbre de la familia antes de los asesinatos.

Más bien, la película no es un biopic… no se trata de una biografía, es el relato pormenorizado de cómo el escritor hace su reportería, para después de algunos años de buscar los laberintos de la historia, poder escribir un libro revolucionario. El punto cero en cuestiones literarias y periodísticas en la segunda mitad del siglo XX.
En opinión del crítico y comunicador social Oswaldo Osorio, “el filme tampoco es una biografía, y tal vez eso es lo más atractivo de esta película y en lo que se diferencia de esas biografías edulcoradas a las que nos tiene acostumbrados a ver el cine de Hollywood”.

Por consiguiente, la producción es hábil en detallar esa ardua labor investigativa, donde  se confabulan sentimientos encontrados y situaciones adversas que crean un personaje interesante, complejo y atormentado tal como lo interpreta Hoffmann.

El actor se mete de lleno en la psicología del personaje y en todo el metraje parece que uno estuviera ante la presencia del propio escritor. Incluso, es grato ver actuar  a Seymour Hoffman con su voz afeminada, cuando le asegura a un periodista que el periodismo también puede escribirse como sí fuera arte, ya que pretendía con esta nueva novela, crear una tendencia renovadora con riqueza en los detalles minuciosos de la vida real, conocida como la novela de no ficción. O la relación de pareja del protagonista con el conocido escritor Jack Dunphy.

Al principio de la historia, Capote mira tranquilo un periódico en su residencia de Brooklyn Heights, en la ciudad de Nueva York. Lee el asesinato de la familia Clutter y por puro olfato periodístico –sin darse tiempo para pensarlo-decide meterse de lleno en la investigación de los homicidios.

El personaje tenía una visión genuina y desarrollada cuando descubría una óptima historia susceptible de ser narrada.

Él mismo lo describe de esta forma en su libro de crónicas cortas Los perros ladran: “Por lo general, cuando se me ocurre una historia, me llega, o eso parece, in toto; un prolongado y sostenido rayo que oscurece lo tangible, el así mundo real, y sólo deja iluminado ese paisaje imaginario repentinamente visto, un territorio animado por figuras, voces, habitaciones, atmósferas, climas. Y todo ello, cuando nace, es como un airado y colérico cachorro de tigre; uno debe aplacarlo y domarlo. Y ésa es, por supuesto, la principal tarea del artista: domar y dar forma a la visión creativa en bruto .

La cita textual es larga pero ilustra todo ese olfato periodístico, al advertir que los asesinatos de todos los miembros de una familia, en Holcomb, un paraje desolado de Kansas, podrían convertirse en una magistral novela.

Así, en principio, inicia la reportería acompañado y amparado por su amiga Harper Lee, escritora del famoso libro Como matar un Ruiseñor. Esto no es obvio en la novela, pero el papel de la escritora es fundamental para solucionar las primeras claves de la investigación. En esos comienzos, el reportero ingresa a la funeraria y ve con estupor los cuatro ataúdes donde reposan los integrantes de la familia asesinada. Destapa uno de los féretros y descubre una cabeza y un rostro atiborrados de algodones que disimulan el estado trágico en el que estos se encuentran.

Esa situación está planteada desde el principio, en los primeros párrafos de la novela. Capote fue testigo presencial de lo ocurrido en la funeraria…de ahí lo verosímil como la escena es narrada en el texto.

También, la imparcialidad es uno de los puntos a resaltar del libro. Capote como narrador, nunca se relaciona de manera sentimental y amistosa, con los personajes de la historia, situación contraria a la película. Truman supo ejercer el oficio independiente del periodista, pues no hay reflejos de posibles relaciones íntimas con los personajes.

Caso contrario a lo acaecido en la película.  Capote y Harper Lee, almuerzan en la casa del detective Alvin Dewey (responsable de solucionar el caso) como sí fueran amigos de toda la vida, incluso hace confidencias personales al policía y a su esposa. Lo mismo pasa con uno de los puntos más controversiales e importantes de la realización. La relación sentimental del protagonista con Perry Smith, uno de los asesinos implacables de la familia.

Smith y Hyckock son tratados con imparcialidad en el libro. En medio de su retentiva y exhaustiva investigación, el escritor desarrolla la biografía detallada de cada uno de ellos. Narra con fluidez la captura, el proceso de confinamiento en la cárcel y la pena de muerte. No hay atisbos de la relación fraterna con el preso.

Con este tema, de entrada, la película se plantea un problema ético. Se encariña con Smith, se siente atraído por él, lo estudia como su alma gemela. El propio Capote consigue abogado a los presos para retardar el proceso y dilatar la sentencia en su contra.

Pero en medio de su amor por el asesino, parece que Capote –no sé sí de manera inconciente –lo utiliza para escribir el mejor libro de su vida. Incluso, se muestra al protagonista depresivo y sumergido, porque el proceso judicial se alarga cada vez más y no puede confeccionar la última puntada para que su libro sea una obra maestra.

Depresión y desolación porque siente algo intenso por Smith, sentimientos opuestos a la idea de terminar la novela con prontitud. Pero para darle el toque final e impacto a la historia, el autor deberá presenciar la muerte de los presos en la horca.

En conclusión, todo periodista que le guste la escritura, puede hacer el ejercicio de leer un libro y acto seguido, disfrutar de una propuesta cinematográfica basada en ese libro, para resaltar ventajas, desventajas, diferencias y similitudes narrativas entre lo original y lo adaptado.

Con este ejercicio se amplía el espectro de la obra de Truman Capote, de aquel joven escritor solitario de ambientes rurales, pasando por su punto cero en el plano cartesiano de su obra. A sangre fría, tesón y constancia periodística donde el novelista pasó a la historia pero donde también fue víctima.

Dilema ético, habilidad para contar historias, remordimiento y gloria, son elementos pertinentes en este análisis. Bien por la ópera prima de Bennett Miller y admiración por una de las obras literarias más preponderantes del siglo XX.
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2 COMENTARIOS

  1. Hola!

    estoy trabajando acerca de Capote y por casualidad llegue a tu pagina…
    tengo una consulta a ver si me la puedes responder.

    A que te refieres con…»punto cero para el periodismo y la literatura». mmm creo que antes tb habian obras de non-fiction, lo que el creó me parece que es new journalism. Necesito saber si me puedes ayudar con unas dudas que tengo…

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