FELISBERTO HERNÁNDEZ: EL EXTRAÑAMIENTO Y LA BELLEZA
Por Carmen Saavedra*
«No sólo me gusta viajar por distintas ciudades,
sino por artes y ciencias. Tal vez sea
como el pato que no vuela ni corre ni nada.
Entonces diré que he sido un pato alegre
algunas veces y un pato triste otras. Algunos
me deben creer un pato extraviado».
(Felisberto Hernández).
Felisberto Hernández es un autor poco conocido, a pesar del impacto e influencia que generó en escritores de la talla de Jorge Luis Borges, Juan Carlos Onetti, Julio Cortázar e Italo Calvino. Autor incomprendido en su momento, salta a la fama post–mortem (cuando sus amigos difunden su obra en otros países e idiomas). Sin embargo, en la actualidad su obra parece extraviada de nuevo. Por lo menos en México. La pregunta que me viene a la cabeza es la siguiente: ¿acaso uno de los costos que debe pagar un autor incomprensible es que sus textos no se reediten?
Este escritor uruguayo nacido en Montevideo en 1902 se da a conocer en 1925 con el texto titulado Fulano de tal. Reparte su talento entre la música, la filosofía y la literatura. La obra de Felisberto está constituida por atmósferas internas, introyecciones, reflexiones y personajes que tienden a buscar lo que nadie ve en las cosas. Hernández desarrolla una poética del extrañamiento y la belleza y busca nuevas significaciones al intencionar todo de otra manera. Sus relatos transcurren lentamente porque priman en ellos el silencio y las voces ocultas, así como una ambientación densa en la cual cada uno de los objetos desfila lentamente planteando un enigma o apuntalando un posible desenlace.
Felisberto fue un autor inasible que no se identificó con ningún grupo literario de su época, a pesar de que se le trataba de encasillar como creador de textos fantásticos. En la lógica narrativa de la literatura fantástica se da una contradicción entre el mundo real y el mundo imaginario, en cambio Hernández usa diferentes recursos que permiten desdramatizar el «extrañamiento»: la ironía, la objetivación de los sujetos, la subjetivación de los objetos, animales, sentimientos de personas, etc. Aunque literalmente afirme «las muñecas parecían seres hipnotizados cumpliendo misiones desconocidas o prestándose a designios malvados», la personificación no genera el efecto de lo ominoso porque el procedimiento no se rige por los límites impuestos por esquemas racionalistas sino que articula y solapa diferentes perspectivas (las voces del narrador, de los personajes, de los objetos, de los sentimientos, etc.).
Tal como lo define Todorov en «Introducción a la literatura fantástica», lo fantástico se caracteriza por la incertidumbre o duda que experimenta el lector enfrentado a un acontecimiento extraño que irrumpe en la normalidad de los sucesos. En última instancia, la significación de lo fantástico radica en el lector, quien decide si lo que ha leído se origina en un mundo que es o no su universo. Esto implica una decisión entre una cosa o la otra. En este sentido, defendiendo la no–existencia de estructura lógica de sus cuentos Felisberto Hernández afirma que los mismos:
«No son completamente naturales, en el sentido de no intervenir la
conciencia. Eso me sería antipático. No son dominados por una
teoría de la conciencia. Esto me sería extremadamente antipático.
Preferiría decir que esa intervención es misteriosa. Mis cuentos
no tienen estructuras lógicas».
Pero había un método en su locura. Él mismo reitera su adicción por lo desconocido y el desorden.
«Creo que mi especialidad está en escribir lo que no sé, pues
no creo que solamente se debe escribir lo que se sabe. Y
desconfío de los que en estas cuestiones pretenden saber
mucho, claro y seguro. Lo que aprendí es desordenado
con respecto a épocas, autores, doctrinas y demás formas
ordenadas del conocimiento. […] Me seduce cierto desorden
que encuentro en la realidad y en los aspectos de su misterio».
Y ese desorden es traducido en las asociaciones de ideas que utilizan sus propios personajes, cadenciosas zarabandas mentales a decir de Italo Calvino:
«Esa forma que tiene de darle cabida a una representación
dentro de la representación, de establecer dentro del relato
extraños juegos cuyas reglas establece en cada oportunidad,
es la solución que ha encontrado para darle una estructura
narrativa clásica al automatismo casi onírico de su
imaginación».
(Italo Calvino, Las zarabandas mentales de Felisberto Hernández)
Hernández también nos hace pensar en Longino, en que lo admirable no es lo útil y cotidiano, sino lo extraordinario.
«Longino se ocupa además del efecto que causa lo sublime
en el lector u oyente. Dice que cuando alguien descubre
la sublimidad en un texto experimenta el máximo placer
imaginable, siente una atracción irresistible. […] Y al
experimentar este placer espiritual, le lector —asegura
Longino— se siente orgulloso del pasaje sublime como
si lo hubiera escrito él mismo. Además, no lo olvidará,
porque lo sublime deja siempre una huella muy profunda,
imborrable».
Así pues, a pesar de las fuertes críticas que recibió por contemporáneos suyos, de la casi desaparición de su obra impresa, Felisberto, indiferente y tocando su piano, quizás se alegraría de saber que a pesar de todos los obstáculos se ha convertido en referencia y autor de culto. Y que su curiosidad y extrañamiento trascenderán tanto como los del niño que al no conocer el significado de la palabra abedules le asigna el sentido que se le pega la gana. Abedules será la clave para nombrar la caricia que desearía hacer en el blanco brazo de su maestra. Esto es, quizá la propuesta entrañable de Felisberto: dejarse seducir por el desorden que contiene la realidad y sus misterios. Propuesta que hechiza a los que también, como él, nos consideramos ávidos y extrañados espectadores del universo de lo cotidiano.
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* Carmen Saavedra nace en el D.F. (México). Ha incursionado en el teatro, la educación popular, los noviazgos epistolares, los colegios de monjas y las causas de amor social. Socióloga, por inconforme, pero poeta por convicción. De 1999 a la fecha trabaja y estudia en la Ciudad de México pero reside en las afueras de la misma. Sus poemas y cuentos han aparecido en antologías: de cuento en Cuentos de verdad para un mundo que no lo es tanto y en poesía en las de «Así nacieron»; «Tributo a Sabines»; «Textos de lo Guarresco y lo Arrabalesco», «¿Somos poetas y qué?». Asimismo ha publicado los relatos: Los lunes en La Revista, publicación semanal del periódico El Universal y Lágrimas y risas en la revista Emeequis. En términos de análisis literario en la revista Desde El Sótano es publicado su artículo El extrañamiento y la belleza sobre la obra de Felisberto Hernández. También ha sido publicada virtualmente en la Antología poética internacional «Un mundo y aparte».
En 2005 fue becaria por el Fondo Estatal para la Cultura y las Artes de Hidalgo en la categoría de Creadores. Resultado de esta beca surge el poemario «Carretera Sur» que es publicado y presentado a lo largo de 2006 en distintos espacios de Hidalgo y el Distrito Federal. En 2007 gana el segundo lugar en la VII Feria del Zócalo en el concurso de poesía. Publica en diciembre de 2009 el libro «Hormonífera» con la Editorial Torremozas de Madrid, España.
Actualmente combina el quehacer poético con su actividad como funcionaria y activista de los derechos humanos de las mujeres en el Gobierno de la Ciudad de México.
Muchas gracias por su comentario. Haremos la corrección.
Estimados: se les pasó un error. La foto que abre el post no es de Felisberto Hernández, sino del poeta colombiano Guillermo Valencia. Pueden comprobarlo acá: https://commons.wikimedia.org/wiki/File:GuillermoValencia.jpg
De todas maneras, muy bueno el post.
Un saludo!!
Laura, agradezco mucho tus comentarios. Espero me leas en mi blog, tengo otros dos que igual vienen en mi página de información en FB.
Saludos, sigue leyendo toda la Revista Cronopio. Es fantástica la selección de textos que realizan número a número!!!
Abrazos para ti.
Artículos como este me sensibilizan a querer saber más, la manera sencilla, clara y precisa en la que Carmen redacta sobre la vida del autor nos hace entender y disfrutar de la lectura. Por supuesto no conocía al autor pero al involucrarme en este artículo no puedo dejar de seguir indagando sobre él y esto es lo que Carmen provocó. Además de ser funcionaria y activista es una gran mujer sensible, entregada y admirable. ¡Felicidades!