Literatura Cronopio

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Bus

LOS ESCALONES DEL BUS

Por Beatriz Vanegas Athías*

«No son las catástrofes, los asesinatos, las
muertes y las enfermedades las que nos
envejecen, sino el modo que la gente mira y ríe,
y sube los escalones del ómnibus»
(Virginia Woolf)

I
Cada parada del bus
me permite vivir una vida.
Cada parada del bus
despierta los silencios del mundo.

II
Hay un tiempo
para alcanzar la plenitud.
Hay un tiempo
del timón  enloquecido:
Cuando la voz es insulto
y hace estallar al corazón
enmudecido.

III
Tres de la tarde
el tiempo flota
y es el hilo que sostiene
al sueño.
Tres de la tarde:
Aunque haya una parada
el conductor sabe
que jamás arribará.

IV
Sube los escalones del bus
un hombre de acero
y  manos de pajarito.

V
Parada
frente al gimnasio:
Vitrina del ego.

VI
Ayer,
en mitad de la nube de humo
que creaban los estudiantes
relinchó
el caballo de Bolívar
y nadie en el bus se percató.

VII
Si el día no termina,
el conductor
terminará sin uñas.

VIII
Semáforo:
ojo desalmado
que mira a la mujer
escupir fuego.

IX
Amago de choque:
Los novios ven roto
el beso.

X
Frente a una tienda de Adidas
hombres y mujeres
padecen el suplicio
de Tántalo.

XI
La mujer aprisiona la cartera
y  los dedos de los pies
mientras el ladrón sonríe.
La mujer revisa el atado de pan
y desciende
por los escalones del bus
mientras el ladrón sonríe.

XII
Colgados del pasamanos
los pasajeros bailan
un grotesco mapalé.

XIII
Viene la lluvia.
Viene la lluvia.
No interesa a los pasajeros
la maratón de la calle.

XIV
Se arrepiente la lluvia
de llover.
Adiós gotas:
Inevitable evocar a Cortázar.

XV
Florece la sonrisa del viejo
ante el aroma de la muchacha
que se sienta a su lado.

XVI
Sabe el desesperado
que no alcanzará a subir.
pero corre, corre…

XVII
Como en zancos
la anciana
desciende del bus:
Parte de victoria.

XVIII
Oración del mendigo
disfrazado de vendedor.
Sorprendo a los pasajeros
recitando la perorata.

XIX
Cuando subí
los escalones del bus
era verano primaveral.
Ahora que desciendo,
es invierno desesperante.

XX
No hay duda:
Esta calle fue un bosque
esta otra fue un río
y aquella fue morada
de la brisa.
Ya no hay duda:
Esta calle
fue habitada por el trino.

XXI
Lluvia de la fuente
y lluvia del cielo.
Delicioso beso de las aguas.

XXII
Se detiene el bus frente al colegio
y es posible ver
ante las estáticas
flores del mural
que el colibrí sufre
su primera decepción de amor.

XXIII
Trancón frente al Jardín Botánico:
Nada bueno ha de ocurrir
ahora que ella se distrae
comiendo arroz
y él la mira desde la rama
del limonero.
Es una flecha el sinsonte.
Es pura paciencia
la paloma tierrera.

XXIV
Nostalgia del bosque perdido:
Dos palomas arroceras
fundan su morada
en el árbol de navidad
que ha crecido sin nacer
en el corazón del Centro Comercial.

XXV
Está convencida la mujer
que el gesto amable
es una amenaza.
Por eso obsequia al hombre
la rabia de su mirada.

XXVI
He aquí en este bus
todas las palabras reunidas.
La palabra silencio
dicha entre dos que comparten
la ruta, la silla y el sudor.
La palabra indiferencia
pronunciada entre tres
que ignoran el cansancio de la anciana.
La palabra parloteo
Fundada entre muchos
Que no dan tregua a la prudencia.
Nuestro país es un bus
hecho de silencios,
indiferencias
y parloteos funestos.
_________
*Beatriz Vanegas Athías  es poeta y cronista colombiana, nacida en Majagual, Sucre, 1970. Premio Nacional de Poesía Universidad Externado de Colombia. Premio Fondo Mixto de Sucre. Premio Internacional de Poesía Pilar Paz Pasamar de Jerez de la Frontera, España. En la actualidad es editora de ESPIRAL, Revista de Docencia e Investigación de la USTA y miembro organizadora del Encuentro Internacional de Mujeres Poetas de Cereté que dirige Lena Reza García. Su blog es https://beatrizvanegasathias.blogspot.com

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