ODA A LA TRISTEZA Y OTROS POEMAS
Por Jessica Piedras*
ODA A LA TRISTEZA
La tristeza inunda, opaca, arrastra la piel como carne podrida
La tristeza obedece el principio de dios: provocar la humillación del moribundo
La tristeza obliga al hombre a besar las propias rodillas y rezar
La tristeza pertenece al suelo gris y nauseabundo
invita a mirarle de frente y sin miedo ni rencor
La tristeza es enemiga de la belleza y amiga íntima de la desilusión
No veas más allá de tu nariz, dice la tristeza
Cada noche a la hora en que ella se engrandece, a las tres de la mañana,
hora en que Cristo rezaba en el bosque de los olivos, hora en que el látigo de la vergüenza llama
No camines más dice la tristeza
No vayas más allá de los tres dedos de frente
No corras a la sonrisa efímera traída de la nada
La tristeza es ácida y mediocre como tus besos
La tristeza es turbia, lúgubre, es un infierno más que inunda a la terca vida
La tristeza es también agria como el vinagre, es salada como las lágrimas
del viento, es funesta, desdichada
La tristeza grita desde las montañas su peligrosa comunión con el hombre
La tristeza repetida mil veces sigue siendo tristeza, tal vez se engrandece,
tal vez hiere más que una daga filosa y certera
La tristeza nacida de mis labios y de mi corazón me vuelve un cordero que lame el coño de la nostalgia
Revuélcate dice el dolor; no me mires, no te levantes, no camines dice la amargura; aprieta las manos y los ojos, corre detrás de mí dice la angustia
angustiada, reprimida, afligida
La tristeza simple y llana es ingrata, infiel como un hipopótamo
dentro del pantano
La tristeza es carnívora, degolla a la esperanza enjuta
Mis restos son la carroña perfecta para la tristeza
Mi lengua putrefacta es la parte preferida para ella
La tristeza percibe los movimientos torpes del bienestar
La tristeza es un saco de huesos rotos y desfallecidos
La tristeza es caprichosa, incongruente, es la novia estúpida
que no habla y sólo duele
La tristeza es la tortura para el caído,
es el tormento para la víctima del silencio
La tristeza es martirio para el poeta
La tristeza es grotesca, aberrante y en ocasiones indecible
La tristeza es inmunda para el mortal, lo vuelve frágil y quebradizo
La tristeza es un tumor en el cerebro, pernicioso
La tristeza es la matrona del suplicio
Sujeta el cuchillo y entiérratelo, vocifera la tristeza
Traga las pastillas, que hurgan en tus entrañas y enrédate en las sábanas clama la tristeza
Coge la soga, enrédatela en el cuello y cuélgate del techo para que por fin la tristeza esté tranquila
QUIERO PENSAR EN TUS PIERNAS
Quiero pensar en tus piernas abriéndose
para mis sentidos mientras
me hundo en el abismo de tus senos.
Quiero pensar en tu sonrisa camaleónica,
en tu mirada excitante,
en tus manos tomando mi cara
para ahorcarme con tu lengua
y arrancarme las entrañas
con tus blancos dientes.
Sé que tú eres mi demonio.
Sé que tus piernas son lazos que me presionan
y tus brazos son cuerdas que se estiran
para que me entrelace entre tu cuerpo
y mimetice mi lengua con la tuya por medio de fuego.
Tú, mi mar calmando las brasas de mi boca.
Tú mi infinito amor.
Tú mi calma, mi remanso de paz.
Tú, mi ángel malvado.
Tú, mi Satanás de blancas alas.
Tú, mi Lucifer de dientes puntiagudos
para marcar mi llano cuerpo.
Tú, mi diablo, Mefistófeles traído
del infierno para morderme el cuello,
Ábreme las piernas y grita mi nombre.
Tú, imagen perversa que presiente mi llegada a media noche.
Qué hacer contigo, alma infernal que me enamora.
Una vez más en la cama tú y yo.
Tus brazos recogiendo los míos de la tierra.
Tus piernas entrelazándose con las mías en el aire.
Tu boca mordiendo la mía.
Tus dientes diciendo mi nombre.
Tu susurro suspirando en mi oído.
Tu sexo uniéndose al mío.
Nuestras almas contemplando el caer de la tarde.
La noche cayendo en tu espalda.
La luna subiendo por tus nalgas.
La lámpara descubriendo tu sexo en medio de tus piernas.
Tus ropas cayendo al suelo.
Tu nombre subiendo por el techo.
Tus caricias en mi espalda.
Tus besos en mi cuello.
Tu desnudez llena el vacío de mi cuarto lleno de cielo y sin paracaídas.
Tu música inunda mis sentidos.
El olvido se hace presente,
La nada llega y sólo se encuentra tu piel y la mía.
Tu lengua me enmudece.
Tus ojos me hipnotizan.
Las palabras de amor caen lentamente sin decirlas.
Tu cara vuelve hacia la nada cuando digo tu nombre con cariño.
El amor deambula.
Tus pies salen corriendo al hablarles de amor.
Tu ombligo se esconde de mi boca.
Tu sonrisa se confunde con la mía.
Soy la voz que grita cuando la miras.
Soy de papel cuando me acaricias.
Soy de cristal cuando me besas.
Soy de mar cuando me haces tuya.
Soy río cuando me observas,
y cuando acaricias mi cara soy cascada yendo hacia ningún lugar.
Nuestros cuerpos hablan de nuevo al estar juntos,
la nada se esfuma y los traidores callan.
TE REGALO
Te regalo un paracaídas para que tu caída sea amortiguada,
te presto mi voz para que digas a voz en grito la palabra muerte,
calla para mí tres horas,
di por siempre «nunca más»,
memoriza al cuervo que llegará todas las noches a tu ventana,
dale de comer a una vieja henchida de miseria,
ten piedad del perro hambriento,
no lastimes tu orgullo por el hombre desvanecido en su cama,
atrévete a gritarle al chofer de una limusina,
no te detengas ante el grito humillante de tu madre,
que no te de lastima una anciana con dientes llenos de mugre,
no seas caritativo ante la soledad de un pesimista,
hay miedos que deben desaparecer,
hay lugares comunes que deben olvidarse,
que nadie tenga lástima de un moribundo,
no seas sensible ante el tiempo perdido por enfermedad
hay palabras que no deben existir,
los actos desinteresados no existen,
la misericordia es sólo para sacar provecho de algo,
la piedad es sólo una imagen católica,
las musas son putas que se rentan por horas,
intenta eliminar tu reflejo una noche deshabitada,
que se oxide tu nombre para ya no ser nombrado,
elimina tus pisadas en el fin del mundo,
congela tus manos en el refrigerador para comerlos después,
anula tus piernas para ya no andar por el mundo como pobre
perdido y vagabundo,
vuélvete ciego como Edipo para ser expulsado por tu soberbia,
ahórcate en el árbol más cercano al mar,
no hables de amor con tu perro porque te soltará una mordida,
no te inquietes frente a las olas porque siempre dicen la verdad,
sé efímero como un rayo del cielo,
sé fugaz como un tranvía oriental,
hay puertas dentro de tu alma, métete la llave por el culo y verás
que serán varias las puertas que se abrirán.
Hazme caso y verás que serás eterno.
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* Jessica Piedras nace en 1980. Realizó estudios de periodismo en la UNAM, estudió en la SOGEM, escuela de escritores, y estudió Letras Hispánicas en la UAM, todas universidades mexicanas. Ha participado en doce publicaciones colectivas, en Latinoamérica, México y Canadá, y en nueve libros independientes. Es directora de la editorial Strombus, es tallerista en México y ha dado clases en Cuba también. Correo-e: kabusy@yahoo.com.mx Blog: https://misspietre.blogspot.com/