Sociedad Cronopio

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POLARIZACIÓN EN REDES SOCIALES: SOBRE EL QUEHACER DE UN MEME POLÍTICO

Por Gisela Ruiseco Galvis*

Creemos estar configurados como seres racionales cuando en realidad nos guiamos más por las narrativas y mitologías que compartimos que por hechos y datos[1]. Por esto, podríamos pensar que tiene poco sentido elaborar argumentos refutando noticias falsas o videos manipuladores, o aclarando la falsedad de memes[2]. Hay poca esperanza de persuadir a un corazón ya convencido. A pesar de esta constatación, no podemos dejar de develar noticias y mensajes falsos, pues estos nos pueden llevar a extremismos y a un giro político hacia autoritarismos[3].

Dicho esto, paso a analizar un meme, recibido en julio del 2020, aunque he podido comprobar que ya circulaba en enero del mismo año. Para este análisis[4], parto del hecho de que, al comunicarnos, estamos rehaciendo constantemente nuestra interpretación del mundo. Cuando nos comunicamos, hacemos algo, como célebremente dijo J.L. Austin[5]. Este análisis puede tener sentido como botón de muestra de lo que hace uno de tantos memes políticos que recibimos. Veamos el meme en cuestión:

La primera pregunta que surge es si Einstein sí es el autor de esta cita. Y no hay que entretenerse mucho buscando, pues el científico escribió un conocido texto en defensa del socialismo[6]. Esta es la primera y gran falacia de este meme. No vamos a dedicarle más tiempo a buscar su verdadero autor, pues no es de primordial importancia para el análisis, aunque si hay datos sobre su posible origen[7].

Comencemos ahora mirando la estructura completa del meme para después entrar en los detalles. Vemos dos claras proposiciones que se relacionan entre sí:

 Proposición A:                            1: Intentar redistribuir la riqueza
                                                        2. eliminando las fortunas
Expresión que relaciona: es tan absurdo como
Proposición B:                             1: eliminar a los genios
                                                        2: para que el pueblo sea más inteligente

La estructura es sencilla: se hace una analogía entre las proposiciones A y B, en la cual cada proposición tiene dos partes, una parte ejerciendo una acción con un efecto sobre la otra parte (volveremos a este aspecto después). Las proposiciones A y B se equiparan, en una comparación que las iguala al utilizar «tan… como», atribuyéndoles a ambas el mismo grado del «absurdo».

La proposición B, que en la estructura de la analogía corresponde a lo que ya conocemos o entendemos fácilmente[8] y de lo cual se va a sacar el «saber» para darle sentido a la otra proposición, definitivamente es absurda, en tanto propone: «…eliminar a los genios para que el pueblo sea más inteligente». Se trata de una declaración que nadie defendería, no hay controversia. Es más, nadie la propondría, es ridícula más que absurda. Este carácter ridículo se extiende, como dijimos, al enunciado A. Este último, sin embargo, está conformado por temas, ahora sí, complejos y polémicos: nos encontramos ante el tópico o tema principal de este meme: redistribuir la riqueza, ligado a otro que llama a la alarma y el miedo inmediatos en los círculos correspondientes: eliminar las fortunas.

Detallemos el enunciado A. Aquí se da por hecho que «intentar redistribuir la riqueza» conlleva eliminar fortunas, pues la formulación no da espacio a otras opciones. O sea, se atribuye, a primera vista, a toda posición crítica hacia la desigualdad el deseo de «eliminar las fortunas». Esta es una falacia tergiversadora. Los debates acerca de la desigualdad creciente en nuestros tiempos y acerca de la necesidad o no de redistribución, que constituyen una diversidad de posturas tanto en los medios como en la academia, se reducen a una sola postura: la más extrema. Se trata de un sesgo cognitivo que en psicología se denomina la «falacia del hombre de paja»: se lleva una posición a su forma más extrema, imputándole esta posición al contrincante (aquí imaginario), así facilitando que se pueda refutar su punto de vista.

Se está así ignorando todo un complejo espectro ideológico e histórico, que pasa, por ejemplo, por la social democracia, o por el New Deal norteamericano (momentos ambos en los que no se eliminaron fortunas), por no hablar de posiciones actuales de economías nuevas que promueven la solidaridad[9], o, incluso, obviando un movimiento actual de multimillonarios que piden que les cobren más impuestos[10]. En este sentido el meme nos emboca más bien hacia la imagen de extremos históricos de expropiaciones masivas, como pudieron darse en la Unión Soviética y en países de su órbita, más cercanamente, en Cuba. Hay que señalar que, de cualquier manera, todos los Estados expropian con regularidad, pues es parte de su funcionamiento; la imagen de «eliminar fortunas» más bien tiene que ver con el miedo a que se desconozca el derecho a la propiedad privada.

Esto nos lleva al miedo del «comunismo internacional», alias «castrochavismo», que queda aquí implícito. La Guerra fría, y una Unión Soviética con poder para hacer «caer países» como fichas de dominó (¡qué poderosa analogía histórica!) quedó atrás hace muchos decenios. Sin embargo, podemos suponer que el miedo vive en el imaginario de la comunidad en la que se mueve el meme[11], pues ha sido exacerbado por los discursos políticos de los últimos años en muchos países, para conveniencia de algunos. Por ejemplo, tenemos el «Plebiscito por la Paz» de 2016 en Colombia, en el que el uribismo quiso que el electorado votara «berraco»[12], pues según esta corriente política Santos le iba a «entregar el país a las FARC». Podemos también referirnos a las últimas elecciones presidenciales de Brasil en las que ganó Bolsonaro, en parte gracias al miedo al «castrochavismo». También en España, Vox se ha referido a Podemos como «comunistas-chavistas»[13]. Esto es, el meme que nos ocupa, invoca (y también reproduce) un océano de miedo y odio, una construcción de un enemigo malvado sin fisuras que da rédito a los partidos que lo reproducen.

La carga emocional de lo enunciado dificulta la posibilidad de reflexión sobre su veracidad. Las emociones son más rápidas que nuestro raciocinio, son reacciones de una parte más antigua de nuestro cerebro[14]. El meme, en su inherente afán viral, apela justamente a esa parte emocional del ser humano. Ya hemos hablado del miedo a la expropiación y el cercano odio a lo que se perciba como «comunismo». El emisor, además, que se identifica con lo enunciado y comparte el meme, lo hace con la satisfacción que da el sentirse confirmado (¡por alguien como Einstein!) en sus ideas, o más bien en sus miedos. Al llevar la posición del contrincante al extremo, clausura toda posible curiosidad por saber más del tema, así como toda duda respecto a su propia posición: gana en seguridad. Se trata de una satisfacción que parte de una violencia discursiva, se humilla al contrincante imaginario, ridiculizándolo, y se deslegitima a cualquiera que pudiera hablar de la desigualdad como un problema. Las posturas llegan a parecer irreconciliables. Así, no solo la posición del interlocutor imaginario se lleva al extremo, sino también la del propio emisor.

Por otra parte, alguien que considere problemática la desigualdad social o que sepa más sobre la enorme complejidad del tema que aquí se reduce, puede experimentar las falsedades de este meme como un golpe bajo. Este receptor se puede sentir violentado al adjudicársele ideas que no defiende (el querer eliminar fortunas) o indignado ante la simplificación y tergiversación. Además, también puede sentir al emisor como extremista y alejado de cualquier posibilidad de diálogo.

Prosigamos con la pregunta acerca de cuál podría ser la posición ideológica (no necesariamente consciente) del que se siente identificado con este meme. Implícitamente, defiende que haya «grandes fortunas» que el Estado no debe tocar y no considera que estas puedan estar en detrimento del bienestar general. Por esto, y también por la imagen piramidal y de «derrame» que nos suscitan las proposiciones (ver más abajo), podemos situar el meme dentro del hoy hegemónico imaginario neoliberal del «trickle down». Se trata de la creencia de que las fortunas son necesarias pues permiten que, eventualmente, algo se filtre hacia «abajo» (tricke down) en la pirámide de la riqueza. El Estado, desde este punto de vista, debe «dejar hacer» (aunque sea solo aparentemente, pues tiene que ser el que introduce y garantiza las reglas del juego, como ha señalado el pensador y economista K. Polanyi[15]). Hoy se ha dicho que esta teoría ha sido falsificada por el acontecer de los últimos decenios[16], dado el alarmante aumento de la desigualdad y también de la magnitud obscena que han alcanzado algunas «grandes fortunas»[17]. Es justamente este debate actual el que el meme falaz rehúye y parece hacer prescindible.

Como decíamos, la imagen mental que acude al leer la proposición B es la de una pirámide, pues llegamos a imaginarnos lo ridículo que es pretender que si se eliminaran los genios (la cúspide) la inteligencia se podría derramar hacia el resto «abajo». Así, si extendemos la analogía e imaginamos que se eliminan las grandes fortunas, ya no se podría derramar nada hacia abajo, como argumentan los defensores del «trickle down».

Es interesante anotar que el orden de las causalidades en los enunciados no es el mismo. Lo sería si el enunciado A fuera «eliminar las fortunas para intentar redistribuir la riqueza». Si el meme comenzara así, la ridiculización del enunciado A ¡perdería fuerza!, pues saldrían a relucir los límites de la analogía: al indicar similitud pero no igualdad, una analogía solo se puede llevar hasta cierto punto. Esto es, cambiar el orden de la causalidad hace visible la diferencia de las «sustancias» que se derraman: inteligencia y fortunas. Aquí dejamos este tema aunque daría para explorar más.

Este análisis puede causar sorpresa a la persona que sin mucho rigor haya compartido este meme, pues resulta simpático, tiene cierta gracia, ya que el que supuestamente habla de genios es «el genio» por excelencia, un ícono, además de resultar entrañable. Esto facilita la aceptación del mensaje. A este efecto se le suma el de la autoridad, que, sin lugar a dudas, tiene cualquier enunciado de Einstein. ¡De allí que sea fácil, y pueda parecer inocuo, compartirlo! El abismo de falsedad que se da al comparar el meme que nos ocupa con la defensa del socialismo que escribió, esta vez sí de verdad, Einstein, tal vez no remueve consciencias, pues los memes «no necesitan lidiar con la realidad», como se dice en un video sobre el tema del New York Times[18].

Podríamos pensar que hablamos aquí solamente de un mensaje fugaz, que se puede desmentir, y proseguimos con nuestra vidas. Sin embargo, este meme es uno de tantos que inundan nuestros móviles, canales de redes sociales, etc.: es un ladrillo en los muros que estamos levantando, imposibilitando diálogos, construyendo enemigos irreconciliables. Situar al «otro» ideológico cada vez más lejos nos priva de la fertilidad de la cocreación entre distintos puntos de vista, de nuevas posibilidades de organizar sociedades inclusivas. Posicionarse en los extremos nos aleja de poder considerar que con el otro lado se puede dialogar.

Estos muros podrían ayudar a forjar caminos hacia sistemas autoritarios, donde solo es aceptable un punto de vista. Esto en momentos en los que deberíamos estar unidos como humanidad para ayudar a nuestro planeta a recuperarse de los daños que (nos) hemos hecho. Se trata de golpes bajos en tiempos de la Covid-19 en los que necesitamos de algún tipo de redistribución para sostener a millones de personas que se están quedando sin ningún medio. Tiempos en los que, justamente, se discute un nuevo «Green New Deal» para poder enfrentar la emergencia medioambiental y social que amenaza la subsistencia de la humanidad[19]. En Colombia, además, son tiempos donde temas como la restitución de tierras del Tratado de Paz se han empantanado en parte gracias a esa polarización que ubica todo lo emparentado con «redistribuir» del lado del «castrochavismo». Tiempos en los que debería ser una de nuestras prioridades no seguir cayendo en mensajes falaces[20] y en el fomento del autoritarismo.

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* Gisela Ruiseco nació en Colombia. Es psicóloga de la Universidad de Viena en Austria (Maestría en filosofía/ rama psicología). Sus intereses en la investigación se agrupan alrededor del análisis crítico de discurso, el discurso del desarrollo, psicología social crítica, estudios poscoloniales/ decoloniales, estudios de América Latina, ecología.

Estudios de doctorado en Psicología Social en la Universidad Autónoma de Barcelona (2005–2010). Posgrado en Diseño para la Sostenibilidad/ Pensamiento sistémico en la UOC (Barcelona, 2013). Investigadora independiente. Columnista en Vanguardia Liberal (2018-2019).

Blog con todos sus artículos académicos (y otros): https://fueradelmito.wordpress.com/category/tipo-de-articulo/articulos-academicos/

Columna en Vanguardia Liberal se puede buscar aquí: https://www.vanguardia.com/opinion/columnistas

  1. https://cmpf.eui.eu/countering-fake-news-in-the-emotional-democracy/#sdfootnote1anc
  2. Memes: «Unidades mínimas de información cultural» que se replican y transmiten. Dawkins (1976) citado en Martínez-Rolán y Piñeiro-Otero (2017). Sobre otras maneras de definir un meme ver: Url: https://revistaprismasocial.es/article/view/1468
  3. Backer, Frederick de. (2019). Posverdad y fake news: propaganda y autoritarismo en el siglo XXI Master Thesis, Universidad Nacional de Educación a Distancia (España). Facultad de Filosofía. URL: https://e-spacio.uned.es/fez/view/bibliuned:masterFilosofiaFilosofiaPractica-Fbacker
  4. He seguido en diversas investigaciones los métodos de análisis crítico de discurso desarrollados por investigadores como Ruth Wodak, y otros. Este texto no es parte de una investigación más extensa, más bien es una pequeña excursión en el discurso de propaganda política actual, usando estas mismas herramientas.
  5. Ver Austin, J.L., Cómo hacer cosas con palabras, 1962.
  6. https://revistaeconomiacritica.org/sites/default/files/8_einstein_0.pdf
  7. La cita no aparece en artículos que desmienten citas de Einstein (ver por ejemplo: https://elpais.com/elpais/2015/04/06/ciencia/1428317033_405833.html ), puede que sea más nueva, menos conocida, o simplemente menos convincente, aunque encontré que se ha compartido en países como Argentina, México, España y Colombia, de donde la recibí yo. He encontrado un dato sobre el autor de la frase, en el Perú, pero habría que investigar más a fondo: https://www.alterativa.com/2020/01/24/dahik/
  8. En analogías, metáforas etc, podemos diferenciar entre un dominio «fuente», que ya entendemos y un dominio «meta», al que va dirigido la analogía para entenderlo, de la manera que permita (y limite) el dominio fuente.
  9. https://www.ripess.org/what-is-sse/what-is-social-solidarity-economy/?lang=en
  10. https://www.forbes.com/sites/cartercoudriet/2019/10/15/billionaires-more-taxes-gates-buffett-bloomberg/#21bae077792c
  11. Nos podemos referir aquí al concepto de repertorio interpretativo que desarrollaron Wetherell y Potter: Para comunicarnos siempre nos tenemos que apoyar en temas comunes, que damos por sentados, en comunidad reconstruimos permanentemente «repertorios interpretativos» de nuestra realidad, desde donde comprendemos y juzgamos lo que nos sucede. Ver: Wetherell, M., & Potter, J. (1996). El análisis del discurso y la identificación de los repertorios interpretativos. (pp. 63-78.). Madrid: Visor.
  12. https://fueradelmito.wordpress.com/2016/10/09/propaganda-consumismo-y-j-c-velez/
  13. https://www.elsaltodiario.com/historia/ha-vuelto-la-antiespana-vox-y-su-violencia-discursiva
  14. https://theconversation.com/fake-news-grabs-our-attention-produces-false-memories-and-appeals-to-our-emotions-124842
  15. https://www.karlpolanyisociety.com/2020/05/23/globalization-was-planned-deglobalization-was-not/
  16. https://evonomics.com/new-social-security-system-sharing-economy-hanauer/
  17. https://www.theverge.com/2020/5/4/21246203/data-visualization-billionaires-wealth-inequality-jeff-bezos-net-worth
  18. https://www.youtube.com/watch?v=-bgQmesnte8
  19. https://diem25.org/the-green-new-deal-for-europe-guarantees-social-and-climate-justice/
  20. https://www.vanguardia.com/opinion/columnistas/gisela-ruiseco-galvis/memecracias-OBVL449610

 

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