RED SHIFT. PETER HAMMILL (1974)
Por José Antonio Gómez Di Vincenzo*
En el invierno inglés de 1974, Charisma Records edita el tercer álbum solista de Peter Hammill (n. 1948), cantante y escritor inglés, líder de la no tan famosa banda de rock progresivo Van der Graaf Generator. The Silent Corner and The Empty Stage fue grabado durante un intervalo en la labor de la banda. El disco recorre paisajes oscuros y misteriosos, junto a profundas reflexiones filosóficas acerca de las, como al mismísimo Hammill gusta llamarlas, preguntas fundamentales. Bien podría considerarse un disco más en el recorrido de la mítica banda de rock progresivo, dado que todos los integrantes del grupo participan de la grabación, con el sólo agregado del guitarrista estadounidense Randy California (n. 1951), aquel que tocara con Jimmy Hendrix (1942–1970) en Jimmy James and the Blue Flames y en Spirit.
Me gustaría decir por lo menos algunas palabras acerca de uno de los temas del disco, tal vez el más llamativo para el tipo de sujeto que anda por el mundo haciéndose preguntas en relación a los problemas filosóficos que rondan las cuestiones científicas. Se trata de Red Shift o en castellano, «Desplazamiento hacia el rojo», el quinto tema del álbum. En efecto, a lo largo de la canción, Hammill, ex estudiante de ciencias se introduce de lleno en algunos de los problemas más interesantes y ríspidos de la filosofía en general y la filosofía de la ciencia en particular. No es la primera vez que el cantante inglés juega con temas relacionados con nuestra área de estudio. Ya había coqueteado con sendos problemas científicos y filosóficos en otros discos. En H to He Who am the Only One, por ejemplo, con el tremendo Pioners Over C plantea el desafío de los viajes en el espacio-tiempo. Veamos qué dice la letra de Red Shift. Decidí intercalar un verso en castellano a cada uno de los originales.
Once, all the stars in the sky were bright, now, they’re red and fading
Una vez, todas las estrellas en el cielo eran brillantes, ahora, son rojas y se desvanecen
And all the colours we wore, the shades that we bore have moved.
Y todos los colores que nos dieron, las sombras que nos dieron esos colores se han movido.
And the gold turns to red with no time for changes.
Y el oro se tornó rojo sin tiempo para los cambios.
Red Shift, all moving away from we.
Desplazamiento hacia el rojo, todo alejándose de nosotros.
Once, constellations were holy, now darkness pervades all the older ones
Una vez, las constelaciones fueron sagradas, ahora la oscuridad prevalece sobre todo
and in the brunt of implosion, all yesterday’s golden now reddened suns…
y en el peor momento de la implosión, todos los soles ayer de oro ahora están enrojecidos…
And hope is a word with no space for blame in.
Y la esperanza es una palabra sin espacio para la culpa.
Red Shift, displaced now in time and relativity;
Desplazamiento hacia el rojo, desplazado ahora en el tiempo y la relatividad
Red Shift, all moving away from we.
Desplazamiento hacia el rojo, todo alejándose de nosotros.
So here I am, though I might well be with me
Así que aquí estoy, aunque bien podría estar conmigo mismo
I’m falling down deep to the rim of the wheel.
Estoy cayendo profundo al centro de la rueda.
Is it sham?
¿Es eso falso?
Does the world have a meaning?
¿Tiene el mundo algún sentido?
The more that we know, the greater confusion grows
Más conocemos, más crece la confusión
Stars are like atoms, and atoms are patterns
Las estrellas son como átomos, y los átomos como patrones
And probably in the end
Y probablemente al final
Maybe it’s all been a dream…
Tal vez todo haya sido un sueño…
Time locked in negative matter, all theories shatter beneath the weight.
Tiempo encerrado en la materia negativa, todos los añicos las teorías bajo el peso.
Happy is the man who believes that the world is a dream and all reason, fate.
Feliz es el hombre que cree que el mundo es un sueño y la razón de todo, suerte.
Time moves on with no time;
El tiempo pasa sin tiempo;
The eye moves on with no rhyme,
El ojo se mueve sin ritmo,
And I’m a song in the depth of the galaxies —
Y yo soy una canción en la profundidad de las galaxias
Red Shift is taking away my sanity;
Desplazamiento hacia el rojo está quitando mi cordura
Red Shift, all moving away from we…
Desplazamiento hacia el rojo, todo alejándose de nosotros…
Como hemos visto, el término «Red Shift» puede traducirse al castellano como «desplazamiento hacia el rojo». Se trata de un concepto utilizado en astrofísica para dar cuenta del tipo de movimiento de los astros en relación a la posición del observador. Como causa del denominado «Efecto Doppler-Fizeau», las líneas espectrales de aquellos objetos que se alejan del punto de observación aparecen desplazados hacia longitudes de onda mayores, en el caso de objetos que emiten luz, hacia el rojo del espectro, hacia las longitudes de onda mayores en el intervalo del espectro visible. Una vez conocido el «Red Shift» de un astro o una galaxia, la Ley de Hubble permite calcular la distancia actual de objetos celestes y la velocidad a la cual se alejan de nosotros. Hubble demostró que la cantidad de «Red Shift» es proporcional a la distancia de la galaxia. Es más, la explicación es que las galaxias no sólo se alejan de la Tierra sino que se separan entre sí y cuanto más lejos más rápido lo hacen.
Como decía más arriba, no es la primera vez que Hammill toma elementos de la ciencia y la tecnología para plantear algunas preguntas filosóficas. En una época en la que la ciencia ficción se encontraba en pleno auge, en la que muchos músicos, además de emprender un vuelo poético en sus canciones, solían preocuparse por cuestiones sociales y políticas, desde un compromiso que lejos queda de la pose de algunas banales y livianas figuras que pueblan el mundo del espectáculo contemporáneo; desde ese lugar apelando a las ciencias, podían plantearse cuestiones existenciales, sociológicas, políticas. Una vez más, la mirada estaba puesta en los fenómenos del cielo para explicar los conflictos de la Tierra.
Ese cielo que parece inmutable a simple vista, esas estrellas fijas que incrustadas en la bóveda celeste permitieron a los antiguos trazar las constelaciones, de pronto comienzan a fugar. Y el cosmos que conocimos ya no es el mismo. Porque, en efecto, Orión ya no es Orión. Tal vez alguna de sus estrellas incluso ya no exista. Así, ningún punto de referencia permanece fijo. Todo se mueve. Y cuando ya nada permite fijar una referencia, no sabemos dónde estamos, quiénes somos, qué relación guardamos con el cosmos.
Como si esto fuese poco, la mutación ocurre sin tiempo para el cambio. Los procesos se dan a velocidades extraordinarias, tan vertiginosamente, que se hace difícil encontrar aquello que permanece en el cambio, se hace complicado abstraerse del proceso para pensar y elaborar leyes que expliquen lo mutable. Todo parece indicar que las verdades conocidas se desvanecen en el aire como los sólidos de Carl, el barbudo cabezón.
El correlato con los procesos que se dieron en el tránsito de la década del 60 del siglo XX al siglo XXI parece caer de maduro cuando se lee entrelíneas. Así la canción que parecía producto de un vuelo de ácido se torna una interpelación al sujeto. Porque en verdad, la cuestión no es dejar todo librado al azar. Porque aunque el azar impere, somos seres humanos y está en nuestra voluntad tornar ordenado lo azaroso mediante la praxis. Entonces, no hay lugar para posicionamientos relativistas. Debe haber una referencia. Y esa es precisamente la condición humana. No la del humanismo pacato del que Sartre reía des cosquillándose. No… Se trata, más bien, de un humanismo que coloca en el centro la libertad del hombre por transformar la naturaleza y transformar las circunstancias sociales colocándose como actor central de la praxis.
Entonces, si bien por momentos parece que estamos cayendo atravesados por la vorágine, si por un segundo pareciera que la rueda del devenir nos pasa por arriba, si bien parece que el capitalismo ha adquirido una dinámica que le es inherente porque enajenados no advertimos que nosotros hicimos el capitalismo, si bien esto y mucho más, después de las preguntas por si esto tiene sentido, si la vida tiene sentido, Hammill no dejará el asunto inconcluso. En efecto, todo el disco es una búsqueda. En él encontramos, por ejemplo, la maravillosa Forsaken Gardens (Jardines Avandonados), en la que el cantante se pregunta dónde está el jardinero, puesto que un jardín andrajoso da cuenta de la existencia de un transformador de la naturaleza y a la vez, de su ausencia. Al igual que el sujeto perdido de la canción, en el jardín capitalista, el jardinero está borrado, aniquilado, objetivado, vaciado de sentido. Red Shift es parte de dicha aventura, de dicha búsqueda por volver a encontrarnos. Una aventura que incluirá permanentes episodios en los que se rescata al sujeto revolucionario. Nadir Big Chance (La gran chance de Nadir, el alter ego de Hammill) y su desafío por romperlo todo, Lost and Found (Perdido y Encontrado) y su propio rescate del abismo, y muchas canciones más que dan cuenta de la necesidad de volver a instalarnos en el centro mientras el mundo parece disolverse en eventos y según los postmodernos quieren hacernos ver ya no hay más Sujeto. Instalarnos en el centro pero no cerrarnos sobre nosotros mismos. Porque libertad del ser social exige compromiso frente a la ignominia.
Tal vez, mirando a las estrellas, uno pueda escapar, dejarse llevar, irse lejos, muy lejos, volar como en un sueño de ácido. Tal vez pueda uno encontrar un refugio para pensar. O tal vez, pueda escapar a la locura para volver a la Tierra centrado, equilibrado, consciente de que todo es cambio pero que en ese cambio hay un protagonista, el sujeto de la praxis que ordena el cambio y realiza las transformaciones necesarias en pos de un mundo más justo.
Peter Hammill – Red Shift. Cortesía de Virgil Pink. Pulsa para escuchar la canción https://www.youtube.com/watch?v=zEsUr6kgJJw
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* José Antonio Gómez Di Vincenzo es docente e investigador del Centro Babini, Escuela de Humanidades, UNSAM, Argentina. Se graduó como Licenciado en Educación en la UNSAM. Cursó sus estudios de posgrado en la UNTREF, obteniendo el título de Dr. en Epistemología e Historia de la Ciencia con la tesis doctoral «Estudio sobre la relación entre ciencias biomédicas, tecnologías y orden social. Biotipología, educación, orientación profesional y selección de personal en Argentina entre 1930 y 1943». Ha participado en numerosos congresos como expositor y tiene publicados una serie de artículos en revistas académicas y libros de texto tratando diferentes problemáticas propias del campo de la Filosofía y la Historia de la Ciencia y la Tecnología. Desde 2007 es investigador del Centro de Estudios de Historia de la Ciencia y la Técnica «José Babini» y docente en la Escuela de Humanidades de la UNSAM.