RESISTIR ESTÁ DE MODA

Por Gloria N. Ramírez-Oliveri*

Cada día aumentan las voces que claman por la defensa y cuidado del medio ambiente. En cuanto a la industria textil, eso de estar comprando ropa y renovando el vestuario con los ciclos de la luna, está menguando. Pasó de moda. Lo que sí se está imponiendo y cada vez convence a más personas es el llamado a cambiar los hábitos cotidianos de consumo, especialmente en el ámbito de la moda. Comprar sin medir las consecuencias, afea a quienes lo hacen por la indiferencia frente al cuidado que requiere el planeta.

El chocante grito de la moda, aturde. Por eso hay que transformarlo en susurro y ojalá también en un armonioso y multitudinario coro de voces, que convenza a muchos de la urgente necesidad de adoptar cambios en la manera de usar los recursos naturales. Para empezar, ayudaría comprar menos prendas de vestir y enterarse de toda la contaminación que causa la parafernalia derivada de la moda. Hay que liquidar de una vez por todas la irresponsable, desteñida y omnipresente «fast fashion», o moda rápida, que los conocedores del tema explican así:

Se trata de una tendencia que han adoptado muchas marcas de ropa y que se caracteriza por la producción rápida de prendas a bajo costo con el objetivo de satisfacer la demanda constante y cambiante del mercado. A diferencia del pasado, cuando las marcas ofertaban sus colecciones una o dos veces al año, hoy prefieren modificar su oferta de productos al menos una vez al mes, y a fin de disminuir el costo que implica la constante producción de prendas, su calidad es menor y se descartan rápidamente, lo que a su vez genera gran cantidad de desperdicios.

Resistir también hace parte de la solución y al hacerlo conviene saber el porqué. Resistir a la manera en que lo plantea Ernesto Sabato en su libro «La Resistencia», iluminaría el camino de quienes ya empezaron a tomar medidas. El llamado de los que alzan sus voces para frenar el deterioro de la Tierra incluye acciones diversas: que se limpien los océanos, que no se talen los bosques, que no se viertan sustancias tóxicas en mares y ríos, que no asesinen a los líderes comunitarios, que no maten ballenas ni cacen elefantes… porque hay que ser civilizados como los animales.

Cada activista lucha por su causa. Los artistas, actores, reporteros, biólogos, ecologistas, niños, adolescentes que se pronuncian, coinciden con Sábato en que:

«Es urgente encarar una educación diferente, enseñar que vivimos en una tierra que debemos cuidar, que dependemos del agua, del aire, de los árboles, de los pájaros y de todos los seres vivientes, y que cualquier daño que hagamos a este universo grandioso perjudicará la vida futura y puede llegar a destruirla».

Inspiran los que reciclan, transforman y siembran árboles y conciencia.

Atraen los que imponen su estilo, porque la moda son ellos y su gusto el que los guía.

Asombran y son dignos de imitar los que usan, reutilizan y alargan la vida de los objetos.

Convocan los que tienen claro que ninguna marca les añade valor, porque la autoestima es asunto de cada uno.

Maravillan los que practican la solidaridad con su dinero y en lugar de andar comprando lo que no necesitan invierten en experiencias que se prolongan por el resto de sus vidas.

Todos los que resisten están de moda y hay que imitarlos: Sebastiao Salgado con la elocuencia de sus documentos visuales. Dicaprio con su fama, talento y encanto.  Phyllis Omido, activista ambiental de Kenya, con su determinación para demostrar que había contaminación por plomo en una comunidad de su país. Fundó la ONG Centro para la Justicia, la Gobernanza y la Acción Medioambiental. La revista Time la incluyó en su lista de las 100 personas más influyentes del mundo. Greta Thunberg, joven activista medioambiental sueca, célebre por su elocuencia para dirigirse y convencer a líderes políticos mundiales acerca de la urgencia que requiere enfrentar la «crisis climática». Los gestores de la gran muralla verde de África. Los defensores anónimos y tantos otros mártires de la causa ambiental, con su valentía.

El programa para el medio ambiente de la ONU, documenta que por cada defensor ambiental asesinado, muchos más están en riesgo de perder sus medios de vida, seguridad alimentaria, tierras ancestrales, agua potable, hogares e incluso sus vidas. Alrededor del mundo, por lo menos tres personas mueren cada semana defendiendo su derecho a un ambiente limpio y saludable.

Para contribuir a la protección de la humanidad, Sabato sugiere no «resignarse, porque resignarse es una cobardía, es el sentimiento que justifica el abandono de aquello por lo cual vale la pena luchar, es, de alguna manera, una indignidad».

…Por eso a pesar de las desilusiones y frustraciones acumuladas, no hay motivo para descreer del valor de las gestas cotidianas. Aunque simples y modestas, son las que están generando una nueva narración de la historia, abriendo así un nuevo curso al torrente de la vida. Tenemos que reaprender lo que es gozar. Estamos tan desorientados que creemos que gozar es ir de compras.  (La Resisencia)

Resistir está de moda y el goce de comprar que experimentan ciertos individuos podría adquirir un nuevo sentido a partir de las posibilidades que brinda la economía solidaria, y como parte de ella la moda circular. Esta iniciativa promueve, entre otros aspectos, el reciclaje y la reutilización de materiales. La moda vintage no grita como la otra moda, pero quienes la siguen saben que al comprar ropa de segunda no sólo están ahorrando dinero, adquiriendo prendas de mejor calidad, sino también contribuyendo a causas sociales y al cuidado del planeta: Suficientes razones para gastar el dinero de un modo más inteligente.

De manera que antes de irse a los outlets o malls de las grandes ciudades, haga esta búsqueda en su celular u ordenador, y atrévase a intentar algo nuevo en cualquiera de las alternativas disponibles: mercados de las pulgas, ventas de garaje o «Trift stores». Si está en lugares donde se habla inglés, solo escriba: thrift stores near me. Al hacerlo se sorprenderá de todos los lugares que se encuentran disponibles.

Estas boutiques tan particulares tienen de todo: ropa, calzado, adornos, lencería, decoración, muebles, artículos para el hogar, música, excentricidaes. En los Estados Unidos, cuna del consumo, los trift Stores —tiendas económicas— están por todas partes. Sus bondades son evidentes no sólo porque abogan por un mercado sostenible, sino porque se enmarcan dentro de un concepto económico más amigable con las personas y el medio ambiente.

* Gloria Nivia Ramírez Oliveri, es Comunicadora Social – Periodista de la Universidad Pontificia Bolivariana de Medellín (1991), con un máster en Liberal Arts – Spanish en California State University Northridge, CSUN. Inició su carrera como reportera gráfica del periódico El Colombiano (1989), al registrar una de las décadas más difíciles de la historia reciente de Colombia. Sus fotografías se han publicado en diferentes medios periodísticos de Colombia y el exterior. La docencia y la investigación también hacen parte de su trayectoria profesional. Su tesis de grado (1991), Vigencia de la fotografía documental en la prensa escrita: Tras las huellas de Henri Cartier-Bresson en el contexto de Melitón Rodríguez, le abrió las puertas de la prestigiosa agencia de fotografía Magnum de París, de la que fue pasante en el año 1993. Es miembro de «Pacific Ancient and Modern Language Association», «PAMLA» y ha sido ponente de conferencias académicas en diferentes universidades de los Estados Unidos, país de residencia. Colabora con el equipo de investigación del programa de Periodismo en español de CSUN. Es editora auxiliar de esta revista y reportera «free lance».