Literatura Cronopio

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Arte poetica y otros poemas

ARTE POÉTICA Y OTROS POEMAS

Por Carlos Mellizo*

Un poema a la vez,
y poco a poco.
Un verso, una palabra un día,
nada otro.
Ir acercándose a solas y con tiento
a la verdad de todo.
Saber que una poesía
es el modo insólito
de taladrar en el suelo cotidiano
profundos pozos.

ELEGÍA AL DINOSAURIO

Monumento de garras y de dientes,
cansado de crecer y de mandar
en un mundo de cieno y de calores.
Recia torre de lánguido mirar,
condenada a un vivir interminable.
Dinosaurio invencible que, al pisar,
labraba con sus zarpas en la tierra
abismos de tristeza y soledad.
Y de pronto, la chispa redentora,
la decisión que vino a culminar,
en acuerdo magnífico y unánime,
su vida melancólica y brutal.
Se borró el gran lagarto del planeta;
cumpliose aquel deseo de escapar,
hallando en su exterminio colectivo
la senda hacia la eterna libertad.

CUANDO ME HABLAN DE NIÑOS EN NEPAL

Cuando me hablan de niños en Nepal,
hambrientos en su inmensa mayoría,
sepultados a causa de un seísmo
que ha hecho millares de inocentes víctimas.
Cuando leo que bruscos terremotos
han desolado el norte de la India
y han perecido en ellos muchedumbres
que un desenlace así no merecían.
Cuando me entero del daño que un volcán
ha causado en los altos de Bolivia
segando con su lava incandescente
tantas legiones de indefensas vidas,
o me dicen que sirios y africanos
se han ahogado en los mares de Turquía,
o la radio me advierte puntualmente
que en Nigeria el ébola extermina
a una nación entera, inexorable,
arrasando su vasta geografía…
Cuando reparo en todas estas cosas
y en muchas más que mencionar podría,
me invaden la tristeza y el encono,
siento que las entrañas se me agitan
al pensar que no hay nadie que remedie
el dolor de este mundo y sus heridas.

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TENTACIÓN DE ESCRITOR

¿Para qué escribir más? Todo está dicho.
Apenas queda tiempo de pensar
y no tiene sentido tanto libro.
Es hora de vivir y cavilar,
de leer poco, poco, lo más mínimo;
de contemplar el ritmo de las cosas
sin registrar ya nada por escrito;
de mantenerse a solas, en silencio,
sepultándose dentro de uno mismo.

DEL PROFESOR DE CANTO

Eran coplas, romanzas, villancicos,
madrigales, motetes y baladas
de un pasado perdido que don Ángel
con alegre fervor resucitaba.
Artista fracasado, solitario,
su amor era la música de España.
Nos hacía cantar, codo con codo,
haciendo frente a una tarima alta
donde había un piano vertical
de teclas amarillas y gastadas,
dos atriles, un viejo saxofón,
y una muda guitarra milenaria.
Este don Ángel no era religioso,
no era miembro del claustro de la casa;
venía a darnos clase desde fuera
y era poco el dinero que ganaba.
Es difícil saber por qué motivos
nunca don Ángel alcanzó la fama.
Parece que en los años de la guerra
militó en la facción republicana
—demócrata de izquierdas, por decirlo
de una manera breve y esquemática—,
y que luego lo habían marginado,
no pudiendo escalar cimas más altas.
¡Pobre don Ángel! Pianista de talento,
sus acordes a mí me fascinaban.
Todavía recuerdo aquellas notas
y su virtud reveladora y mágica.

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CASTELLÓ 42

Era una mezcla de calor y frío,
una como tristeza y alegría
lo que irradiaba aquel hogar perdido
en los años primeros de mi vida.
Ahora que lo recuerdo, me parece
que todo sigue intacto todavía:
el abuelo, la abuela, mis hermanos,
Sole y Flora cantando en la cocina
para olvidar las penas y dolores
de su pobre existencia sometida.
Veo también la sala del piano,
una sala pequeña donde había
un cuadro de Beethoven, un tresillo
y una alfombra de flores amarillas.
El piano, herencia de otro abuelo,
no sonaba muy bien, pero traía
un aire misterioso de otros tiempos,
un sereno recuerdo de otros días.
Y luego observo el cuarto de visillos,
las butacas redondas, la cortina
que mi madre cerraba en el verano
para guardar del sol la estantería
donde estaban los libros, las figuras
y dos o tres retratos de familia;
y el pasillo derecho y encerado
que a la luz matinal resplandecía;
y los tres dormitorios silenciosos;
y la terraza de donde se veían
los rojizos tejados de Madrid
bajo un cielo de azul y golondrinas.

Era una mezcla de calor y frío,
una como tristeza y alegría
lo que irradiaba aquel hogar perdido
en los años primeros de mi vida.
Ahora que lo recuerdo, me parece
que todo sigue intacto todavía.

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FIESTAS DE FAMILIA

Me pongo a hacer recuento de los tiempos
que han calado más hondo en mi memoria,
y sin saber por qué, siempre recuerdo
los mismos días y las mismas horas:
aquellas largas fiestas de familia
junto al viejo piano de caoba
que mi padre tocaba briosamente
purificando el aire con sus notas.
Casi nada iba bien entre nosotros.
Sin resolver estaban tantas cosas,
que a nadie que gozase de buen juicio
le habría sido posible olvidar todas.
Mas los del clan sabíamos cómo hacerlo,
cómo ocultar las penas en las sombras.
Mi padre, mi buen padre, el gran vencido,
alzaba la bandera de la gloria,
y todos le seguíamos leales,
vasallos de su fuerza redentora,
contentos de poder librarlo a él
(sin él saberlo) de su andar a solas.

EL AMIGO

Yo quiero ser amigo del Amado,
de un gran Dios bondadoso y compasivo
que comprenda mi miedo solitario;
un Dios indiferente a ceremonias,
a procesiones, músicas y cánticos;
al oro de custodias y patenas,
y a la plata de cálices y báculos;
al humo del incienso y de las velas,
y al rumor de plegarias y rosarios.
Pero que oiga mi voz cuando le diga
que precisamos conversar despacio.

__________
* Carlos Mellizo es en la actualidad Profesor Emérito Distinguido de Filosofía en la Universidad de Wyoming, Estados Unidos, donde también ha ejercido la enseñanza de la Literatura Española desde 1968. Mellizo es autor de seis libros de ficción: Los Cocodrilos (Madrid, Índice Editorial, 1970), Historia de Sonia y otras Historias (Tempe, AZ, Editorial Bilingüe, 1987), Una cuestión de tiempo (Miami, FL, Ediciones Universal, 1991), Un americano en Madrid y otros amores difíciles (Madrid, Editorial Noesis, 1997), La lengua de Buka y otros casos singulares (Ediciones Nuevo Espacio, 2004), y Antes del descenso y otras palabras finales (Greeley, CO, Leyenda Publishing House, 2004). Sus narraciones y ensayos han aparecido en Revista de Occidente, Revista de Filosofía, Cuadernos Hispanoamericanos, Ínsula, Mundo Nuevo, Papeles de Son Armadans, Lucanor, El Urogallo, Cuadernos Salmantinos de Filosofía, Telos, y otras publicaciones periódicas de España y América. Ha publicado varios trabajos sobre filosofía. Es Vocal de la Sociedad Iberoamericana de Estudios Utilitaristas (SIEU) y ha colaborado recientemente en los volúmenes colectivos Retos de la Razón Práctica, (J.M. Bermudo, Ed., Universidad de Barcelona, 2002), El Quijote y el Pensamiento Moderno (José Luis González Quirós-María Paz Gago, Eds, Sociedad Estatal de Conmemoracioneas Culturales, Ministerio de Cultura, Madrid 2005), David Hume, nuevas perspectivas sobre su obra (Gerardo López Sastre, Coord., Ediciones de la Universidad Castilla-La Mancha, 2005), En torno a Francisco Ayala, (Ricardo Landeira, Ed., e.d.a. Libros, Málaga, 2007), y John Stuart Mill y las fronteras del liberalismo (M. Escamilla, Ed., Universidad de Granada, 2004), entre otros. Su obra más reciente es el estudio Vasubandhu-Berkeley, en colaboración con el Profesor Juan Arnau, del CSIC, publicado por Editorial Pre-Textos, Valencia, 2011. En el año 2013 le fue concedida por el Estado Español la Cruz de Oficial de la Orden de Isabel la Católica, en reconocimiento a su comportamiento extraordinario de carácter civil como profesor e investigador.

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