LA DEGRADACIÓN DEL CONGRESO DE LA REPÚBLICA: ¿AUSENCIA DE INNOVACIÓN?
Por: Marcel Hofstetter Gascón*
Una de las instituciones con menor credibilidad en Colombia es el Congreso de la República. El escenario en el que deberían estar los mejores hombres, y donde se forjan los futuros presidentes, se ha convertido en las últimas décadas es un espacio de obstrucción a la actividad gubernamental.
Parte de la explicación recae en que varios legisladores representan a grupos al margen de la ley –Farc-política, para-política y narco-política-, lo cual dificulta el trámite de cualquier iniciativa parlamentaria. Adicional a este lastre del cual la institución no ha podido depurarse plenamente, el Congreso se ha visto preso de la concepción de intereses mezquinos, que impiden la atención adecuada a los grandes retos de la sociedad colombiana.
Hace unos pocos días, el Partido Social de la Unidad Nacional –La U- frenó el avance del Proyecto de Ley de Víctimas del Terrorismo argumentando que el representante de la tarea Efraín Torres no había tenido el tiempo para leer el articulado. Este hecho ha llevado a que las demás bancadas de la coalición de Gobierno lo califiquen con el epíteto de “trancón legislativo”.
A primera vista, sorprende que el Partido del Presidente Santos sea el encargado en dilatar la agenda legislativa, cuando debería buscar eficiencia, oportunidad y ser ejemplo de articulación política entre los poderes públicos. Lo anterior denota una clara falta de acción conjunta entre el Gobierno Nacional y su bancada en el Congreso, generando escenarios de incoherencia política que en nada contribuyen a la imagen del Congreso.
Joseph Schumpeter (1883-1950), publicó hace casi setenta años su gran obra “Capitalismo, Socialismo y Democracia” en la cual presentó con el título de “Destrucción Creadora” a la innovación y el emprendimiento como pilares en la formación y el desarrollo de la actividad empresarial. Con “Destrucción Creadora”, Schumpeter demuestra la importancia que tiene la mejora continua en los procesos productivos, en la elaboración no sólo de bienes de calidad superior, sino en la fabricación de nuevos productos.
La empresa, para sobrevivir a evolución natural del sistema capitalista, debe reinventarse día a día, destruyendo sus viejas formas de producción y creando nuevas, más eficientes e imaginativas.
El concepto de “Destrucción Creadora” de Schumpeter aplicado a la política del Congreso, puede contribuir a cerrar la brecha entre el ser y el deber ser del actuar parlamentario. La deteriorada imagen del Congreso urge la implementación de nuevas formas que sustituyan las prácticas tradicionales que tanto daño le han ocasionado a la actividad pública.
El inicio de una dinámica basada en la mejora continua en los procedimientos y en los resultados, induce favorablemente en el prestigio y la credibilidad de la Institución. Es cuestión de anteponer los intereses de la sociedad a los privados, y de propender por la eficiencia. ¿Será posible que los parlamentarios “tengan tiempo” para visualizar su responsabilidad con el país?
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*Marcel Hofstetter Gascón es director del Programa de Economía y Finanzas Internacionales de la Universidad de La Sabana.