Alfil Cronopio

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JUAN MANUEL SANTOS VERSUS ÁLVARO URIBE: UNA RUPTURA INEVITABLE

Por Marcel Hofstetter Gascón*

Mucho se ha especulado sobre la relación entre el ex Presidente Álvaro Uribe y su sucesor Juan Manuel Santos, quién fue elegido como garante de la continuidad de las políticas de Seguridad Democrática. Después de seis meses de haberse posesionado, los actos de gobierno son dramáticamente diferentes a los implementados por la anterior administración. El restablecimiento de las relaciones diplomáticas y comerciales con Ecuador y Venezuela, la ley de víctimas y el retorno de la institucionalidad con las Cortes, son los principales hitos que marcan un nuevo derrotero.  Lo anterior, unido al nombramiento en el gabinete ministerial de varios críticos del gobierno Uribe, como Juan Camilo Restrepo y Germán Vargas, posiciona al Presidente Santos con una agenda propia, lejos del continuismo que le dio el triunfo electoral.
Hace unos pocos días, Juan Lozano, Óscar Iván Zuloaga, junto con otros áulicos del uribismo, anunciaron el retorno del ex Presidente a la arena política, para participar activamente en la próxima elección de alcaldes y gobernadores. Poco ha trascendido sobre el tipo de participación que tendrá Álvaro Uribe Vélez. Según los medios de comunicación, se promoverán con el aval del Partido Conservador y de la U unos talleres democráticos en todo el país en la búsqueda de candidatos, sin que se haya descartado a la fecha y alguna candidatura con su nombre. Este simple hecho, no sólo entra en contravía con la alianza de Unidad Nacional al excluir al Partido Liberal, sino que atenta contra la ascendencia natural del presidente Santos sobre su principal partido en la coalición de Gobierno.

El Primer Mandatario y su gabinete no pueden tolerar la implementación de un liderazgo tan ágil como el de Álvaro Uribe, con una agenda diferente a la proyectada por el  Alto Gobierno. El presidente deberá hacer uso de sus dotes de hábil jugador de póquer para retomar el mando en el Partido de la U, y consolidar las políticas que han marcado sus primeros meses en el cargo. En este orden de ideas, la ruptura entre estos dos grandes de la política, parece un hecho inexorable.

La reflexión sobre estos hechos radica  en la dificultad que conlleva abandonar el poder, cuando ha sido ejercido con gran intensidad. Retirarse en el momento adecuado para generar nuevos liderazgos y renovar a las instituciones, termina siendo el acto más complejo en el arte de la política. Lula Da Silva en Brasil y Bachelet en Chile, son claros ejemplos de renuncia oportuna en la historia latinoamericana reciente. Al retirarse, han contribuido a la institucionalidad, elemento fundamental en la creación de actividad económica y financiera en un mundo globalizado.

* Marcel Hofstetter Gascón es director del Programa de Economía y Finanzas Internacionales de la Universidad de La Sabana.

2 COMENTARIOS

  1. No comparto la opinion de este artículo. Ese distanciamiento es lo que muchos quisieran y piensan y opinan con las ganas, porque han desarrollado una alergia a Uribe, o le tienen miedo, no se. Yo no voté por Juan Manuel Santos, pero me parece que lo ha hecho bien. En todo caso la ruptura con los vecinos no se dio porque Uribe quisiera y la mala relacion con las cortes tampoco fue su deseo. Bien por Colombia que las cosas estén mejorando y bien por Colombia que se conserve lo bueno que hizo el anterior gobierno.

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