Literatura Cronopio

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ESCENA 5:

Chamán: Después de una noche de triste sueño, el Urbanosaurio salió de su casa al día siguiente y en plena calle con gran asombro fue abordado por el jaguar y los cíclopes, deslumbrado por sus colores vivos y nunca vistos, perdió el Buséfalo y… (Sonido de carros)

Jaguar: (amistoso) Hola, te hemos estado escuchando, estas inconforme y es lógico viendo como vives… y… ya que has perdido el furioso Buséfalo, ven con nosotros y ayúdanos en nuestra búsqueda.

Urbano: (Huraño) Y… ¿qué les hace pensar que iría con ustedes?, son raros y no se parecen a nada que haya visto antes, además no están trabajando y eso quiere decir que están por fuera de la ley.

Brontes: (despectivo) Vamos, Jaguar, estos tiestos no saben ni lo que dicen, no tienen conciencia propia.

Urbano: (enojado) Un momento, los demás no lo sabrán, pero yo sí, descubrí que puedo pensar por mí mismo y aunque no sé en que otra cosa puedo pensar aparte de trabajo, trato.

Arges: No te enojes, cacharrito, mejor acepta, ayúdanos, sí, sí.

Urbano: Pues… está bien, igual como no llegue al trabajo seré castigado y no quiero.

Jaguar: ¿Castigado? ¿Qué es eso del castigo?

Urbano: No lo sé, sólo sé que los que faltan a sus labores no vuelven a aparecer jamás.
(Salen huyendo, un Vigilosaurio los ve, música rápida)

SEGUNDA PARTE
(En el palacio del Monstruócrata, luz tenue, Toribio habla con el Vigilosaurio y el Comunicosaurio)

Chamán: Y como en toda historia fantástica el malvado nunca falta, aparece monseñor Toribio Toro, un minotauro a quien se le comunica la falta de un urbanosaurio en su puesto y lo peor, que no está solo sino que va acompañado por un jaguar revoltoso y dos cíclopes sindicalistas que atentan contra la seguridad y el orden de la ciudad.

ESCENA 1:

Vigilosaurio: Monseñor, he visto un urbano por fuera de su puesto, lo más grave es que no está solo, se encuentra acompañado por dos cíclopes que según la red de informantes tienen fama de sindicalistas y un jaguar que nadie sabe de dónde salió.

Toribio: ¿Cómo puede ser posible?, santo padre, ¿en qué momento ocurrió esto?, de la absoluta normalidad del rebaño pasamos al peligro de la revuelta, no, no, no, esto necesita medidas drásticas, no en vano estoy aquí para sembrar temor y hacer cumplir la ley, como que me llamo monseñor Toribio Toro, ¿dónde está el Comunicosaurio? (aparece el Comunicosaurio); llama de inmediato al Nesio Centauro y al milico Gargantux.
(Aparecen)

Nesio: Dígame, señor…

Toribio: Querido y servil Nesio, sal a buscar a los sediciosos y tráelos ante mí, en el acto… ¡es una orden! Vayan con Dios.
(Sale el centauro y entra el Monstruócrata)

Monstruócrata: (regañando) Monseñor, como digno representante de los minotauros supongo que está en condiciones de explicar lo que sucede, no olvide quién manda aquí y de lo que soy capaz.

Toribio: Cálmate, mi querido Monstruócrata, no he olvidado quién eres y claro que puedo contarte lo que ocurre, resulta… (Música corta mientras cuenta)

Monstruócrata: Ya veo (gritando), y qué espera, reprima, detenga, controle… haga lo que sea necesario para mantener el orden.

ESCENA 2:
(En Urbanópolis, luz negra, música de suspenso, entran el jaguar, el urbano y Arges murmurando, se esconden y entra el milicosaurio)

Chamán: Mientras el jaguar, los cíclopes y el urbanosaurio huían se encontraron al bravo milicosaurio, quien trató de atraparlos y se vio enfrentado al urbanosaurio quien comenzaba a identificar el sentimiento de la amistad, la diversión, el juego y la alegría del amor.

Milicosaurio: (gritando al público y apuntando con sus armas) ¿Alguien ha visto a esos metiches, ¡revoltosos!? Pero contesten, no se queden sentadotes ahí… no, ¿sí? Con que escondidos… ¿dónde? (los ve, grita); alto, prófugos, están detenidos… (El jaguar y los otros corren).

Jaguar: ¡Alto! Nunca, ¡lo que usted quiere son mis uñitas! Pues le doy la de uñas (se pone en guardia).

Urbano: (se detiene) Claro que no, aquí el único detenido debe ser usted (luchan, lo empuja y escapan celebrando).

Arges: Qué valiente eres, hurra, contigo aquí nada podrá pasarnos, hurra.

Jaguar: Eres un buen amigo.

Urbano: ¿Qué es un amigo?

Brontes: Un amigo es aquel que puede darlo todo por ti… solidaridad, apoyo, confianza.

Arges: Y además juega contigo, se divierte y ríe.

Urbano: No sé de qué hablan, ¿podrían enseñarme a jugar, a reír..?

Jaguar: ¡Claro! Jugar es mi especialidad, pero necesitamos una pelota de hilo.

Arges: No seas menso, hay muchas formas de jugar, mira (juegan algún juego típico, como agua de limón).

Chamán: Se divertían, ¿verdad? Pero mientras esto sucedía, no eran conscientes del peligro que corrían, por lo que la pacha mama decidió intervenir, con la mala suerte de ser escuchados por un Comunicosaurio.

Pacha mama: (luz tenue, voz en off desde arriba) ¿Qué haces, mi querido jaguar? ¿No sabes el peligro que corren? No es momento, cuando esto acabe podrán jugar el tiempo que quieran, pero ahora no es posible, ocúltense, yo enviaré la magia guerrera para que los ayude a encontrar la esperanza y a protegerse.

Jaguar: (muy contento por oír la pacha) Gracias, madre, tú siempre tan lista (salen).
Comunicosaurio: (observa).

ESCENA 3:
(En el castillo, hablan Toribio, el Monstruócrata y el Comunicosaurio)

Comunicosaurio: Señor Monstruócrata, señor Toribio, he localizado a los rebeldes…

Toribio: Apresúrate, avisa al Nesio centauro, gracias a Dios.

Monstruócrata: Ya era hora.

Chamán: Y por esas cosas de la suerte son apresados y puestos tras las rejas del palacio mientras les interrogan con el fin de averiguar el motivo de su presencia en la ciudad, sin conseguir ni una palabra por parte de los prisioneros, con la suerte de que al encontrarse solos, llega la enviada de la pacha mama.
(Luz amarilla sobre la celda)

Monstruócrata: ¿Quiénes son?, ¿de dónde vienen?

Toribio: Y tú, Urbano, ¿por qué los acompañas? ¿Qué buscas?

Monstruócrata: No se preocupe, monseñor, ya presos no tienen quién les ayude, tarde o temprano hablarán.

Toribio: Tienes razón, descansemos y luego vemos qué hacemos con estos.
(Silencio total, luz negra, aparece la Lucifelina susurrando)

Lucifelina: Shshshshsh… Hola, soy la Lucifelina, hija de la luna y el gato, enviada de la pacha mama para ayudarlos a encontrar la esperanza (Abre la reja).

Brontes: Pero yo pensé que la mama iba a mandarnos un héroe importante y fuerte, como Zapata o Hércules, aunque fuera el Chapulín.

Arges: Qué bruto eres, quién te dijo que los fuertes sólo son machos, ¿acaso no conoces la historia de Manuela la comunera, de Emma la libertaria o Rosa de Luxemburgo?

Lucifelina: Y si de grandeza y fortaleza se trata, los indígenas no se quedan atrás, recuerda a Tupac Amaru, la Cacica Gaetana y Quintín Lame.

Jaguar: Bueno, bueno, para esta discusión ya tendremos tiempo, yo no dudo de tus capacidades, Lucí, pero si a ti no te gusta cíclope patriarca, occidental, lo siento, ahora tenemos que irnos…

Urbano: Ya sé, en vez de irnos aprovechemos y busquemos aquí, en qué otro lugar podría estar la caja de Pandora con la esperanza.
Jaguar: Que buena idea, dividámonos, así será mas fácil (se separan).

ESCENA 4:
(En el castillo del Monstruócrata, diferentes cuartos)

Chamán: Lo que estos aventureros no sabían es que mientras discutían, un Comunicosaurio los espiaba y pronto fue a contar a Toribio y el Monstruócrata lo que había escuchado.

Comunicosaurio: Jefe, ya sé por qué están aquí, buscan la esperanza y ahora son ayudados por una gata medio mujer, o ¿mujer medio gata?

Toribio: Las dos, se trata de la Lucifelina, hija de la luna y el gato, esto debe ser obra de la pacha mama y la selva en la que vive.

Monstruócrata: Sí, sólo en un lugar como ese podría nacer un engendro con esa forma, tan rara y diferente.

Toribio: Yo le recomendaría acabar con el último terreno de selva que existe, de hecho debió hacerlo cuando tuvo la oportunidad, me cansé de repetirle que ese era un sitio múltiple, donde proliferaba la diferencia y eso es perjudicial para nuestro sistema.

Monstruócrata: Dé la orden, monseñor Toribio, que destruyan la selva cuanto antes.

Toribio: Hecho, señor.
(Toribio y el Monstruócrata salen, entra la Lucí, entra el Comunicosaurio, deslumbrado)

Comunicosaurio: (mirando a la Lucí) Qué bella… Quiero que me disculpe, me siento muy mal, yo le conté a esos dos lo de la esperanza y sobre su presencia, lo siento, ahora ellos planean destruir lo poco que queda de selva en el mundo, lo siento, lo siento mucho.

Lucifelina: No puedo creerlo, tenemos que movernos, no podemos permitirlo.
(Salen; en otro lugar del palacio, Monstruócrata y urbano se encuentran frente a la caja de Pandora)

Urbano: (prevenido) ¿Usted es quién yo creo que es?

Monstruócrata: (persuasivo) Soy el dueño de todo lo que ves.

Urbano: ¿Es decir que es el dueño de la fábrica, el jefe mayor?

Monstruócrata: Sí lo soy.

Urbano: ¿Y qué, qué me va a hacer..?

Monstruócrata: Nada, si deja de apoyar a los rebeldes y acepta quedarse aquí, le ofrezco un futuro brillante, todo esto podrá ser suyo, ya que ha demostrado ser más listo que los otros, podría ser hasta mi sucesor.

Urbano: Sí, como no, y qué dijo, que le creí, las personas como usted no son generosas, además lo que me ofrece no es lo que quiero, o ¿acaso sabe usted de la alegría, la amistad y el amor? ¿Conoce la libertad? Usted sólo es un ciego de poder que cree que ofreciendo dolor y castigo conseguirá dominar y que los otros le sigan.

Monstruócrata: No sea tonto, qué le espera sin poder, dinero, lujos…

Urbano: (ilusionado) Me espera una hermosa vida llena de colores, en un lugar donde nadie mande ni atemorice, donde nadie abuse del poder y de la fuerza, donde todos nos respetemos por lo que somos, sí, allí quiero vivir, allí me haré amigo de las plantas y de los animales como el jaguar, allí voy a jugar y descansar.

Monstruócrata: (furioso) Silencio, basta, esto no es una petición, es una obligación…

Urbano: (valiente) No, no me callo y no me quedo…

Chamán: Así un renovado Urbanosaurio abrió la caja de golpe, llevándose una enorme sorpresa pues en ella no había nada, la caja de Pandora estaba vacía, la esperanza no se encontraba allí, pero el Urbano aprovechando la ceguera del Monstruócrata lo empujó dentro de ésta cerrándola con llave y en ese momento empezó a generarse un cambio que no esperaba, su cuerpo de lata adquirió color y vida, le nacieron cachos y colmillos, sus ojos empezaron a brillar… se convirtió en un LatinoTauro.

LatinoTauro: (asombrado y alegre) ¿Qué me pasa? Tengo pies y garras, yupi, hurra, yupi…(Llegan los cíclopes, el jaguar y la Lucifelina).

Arges: ¿Eres tú, Urbano? Qué raro estás, ¿qué te pasó?, te salieron dientes, pero no me di cuenta de que estuvieras mudando.

Brontes: Por todos los cielos, esto parece un hechizo de Zeus.
(LatinoTauro y Lucifelina se miran y dan muestras de gusto)

Jaguar: Ningún hechizo de Zeus, no hay magia que pueda cambiar tanto a un ser como su propia voluntad… y la caja, ¿qué había en la caja?

LatinoTauro: No había nada, lo único que tiene ahora es un monstruo horrible y malencarado.

Lucifelina: (reaccionando y recordando) Ahí, la selva, van a destruir la selva, ya no tenemos más tiempo, tenemos que regresar, Jaguar, la pacha nos necesita.

Brontes-Arges: (en coro) Nosotros también vamos.

LatinoTauro: Y yo también…
(Humo, luces de colores que recreen un viaje)

TERCERA PARTE

ESCENA 1:
(En la selva, salen Jaguar, Latino, Lucí, cíclopes y Pacha, va dando luz clara)

Chamán: De esta manera los viajeros mágicos llegaron a la selva donde quedaron deslumbrados por sus múltiples colores y su extraña belleza, pero a la vez muy asustados por el peligro que este hermoso lugar a causa del milicosaurio Gargantux y el Nesio centauro.

Pacha mama: Hijos míos, qué bueno que regresan, qué alegría, qué sorpresa. ¿Cómo les ha ido?, cuéntenme, ¿qué les ha sucedido?
(Todos hablan al tiempo, tratan de contar todo lo que vivieron)

Lucifelina: Ya, calma, la selva será destruida si no dejan la gritería.

LatinoTauro: ¿Y cómo lo podemos evitar?, los milicosaurios pronto arribarán…

Jaguar: Pacha, ¿puedes ayudarnos?

Pacha mama: En la medida de mis posibilidades.

Lucifelina: ¡Ya sé! Cargo conmigo las semillas mágicas del maíz con que fueron hechos los primeros hombres, sembremos algunas y la pacha las hará crecer sobre su tierra.

Arges: Claro, así se tejerá un cerco para que los milicosaurios no pasen.
Brontes: Bueno, manos a la siembra.

Chamán: Trabajando juntos consiguieron sembrar las semillas en muy corto tiempo y cuando terminaron el Milicosaurio y el Nesio centauro llegaron dispuestos a destruir la selva, pero fueron enredados por las matas de maíz que crecieron velozmente atándolos a la tierra.

Nesio: (luz roja, gritando) Qué clase de magia es ésta; Urbanosaurio, lo que hace es traición y rebelión, no olvide de dónde viene, nació en Urbanópolis y eso no lo podrá cambiar…

LatinoTauro: No lo olvido y no lo olvidaré, pero eso no impide que quiera otro mundo, lleno de justicia y libertad.

Nesio: No podrá con el sistema de Urbanópolis, es perfecto.

LatinoTauro: El hecho de que ya no quiera vivir en él es un inicio, tengo la esperanza en el corazón, sé que otros querrán cambiar y así ésta se extenderá por el mundo… márchate…

Nesio: No me iré sin cumplir con mi deber.

Pacha mama: Tú lo quisiste… (Crece la enredadera y los consume definitivamente) Mi querido jaguar, lo has conseguido, gracias a la ayuda de tus compañeros y la Lucifelina has recuperado la esperanza.

Jaguar: Pero, madre, no la encontré, no estaba en la caja de Pandora, y no sé dónde puede estar. ¿Dónde creen que podría estar? (pregunta al público, el LatinoTauro se señala el corazón)

Lucifelina: Jaguar, hermano mío, ¿es que no lo ves?, la esperanza no es algo que pueda tocarse, está en todos nosotros, en todos ellos (señala el público) ¿cierto? ¿Está en todos los qué? (se señala el corazón) Sí, en todos los corazones…

Arges: Entonces, ¿yo tengo un pedacito de esperanza en mi interior?

Brontes: Qué pregunta, claro que sí, no sé dónde pero sí.

LatinoTauro: ¿Eso entonces quiere decir que yo, a pesar de haber nacido como Urbanosaurio, puedo tener sueños y esperanza?

Pacha mama: Hijo, tú eres la prueba de que la esperanza no ha muerto y de que podemos confiar en la existencia de un mundo diferente; si no me crees, observa tu reflejo…
(Se mira en los ojos de la Lucifelina, quedan solos el Latino y la Lucí)

ESCENA 2:
(Luces de colores, sonido de pájaros, agua, tambores o música de viento)

LatinoTauro: Qué bonito soy, soy diferente, soy hombre y animal, soy hijo de la tierra…

Lucifelina: Lo eres, mi querido LatinoTauro.
(Abrazo)

Chamán: El LatinoTauro puede verse en los ojos de la Lucifelina, es distinto como todos y especial como cada uno de ustedes, suena el río y los pájaros cantan, es hora de celebrar la vida y la libertad, hemos encontrado la esperanza. (Apaga el pequeño fuego y sale)

(Aumenta el sonido de la música, salen la pacha, los cíclopes y el jaguar, música, festejo, luces de colores, se despiden del público, bomba de humo, desaparecen)

Fin.
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* Leonardo Jiménez Quintero (8 de marzo 1980) es titiritero, escenógrafo, gestor cultural, y tallerista de títeres. Profesional en Ciencias Sociales de la Universidad del Tolima, artista plástico y titiritero: Miembro Co-fundador grupo de Títeres Titirituerka (año 2003), vinculado a la JUTI (Juventud Titiritera), visitante del Teatro Tempo en el año 2005. Ganador del premio Creatividad, Talento y Juventud: categoría teatro y títeres año 2007 con la obra «La niña valiente» (versión libre de los tres pelos de Oro del Diablo-homenaje a Eduardo Dimauro). Actualmente se  encuentra radicado en Buenos Aires Argentina realizando estudios de posgrado en animación y títeres.

Johanna Angélica Giraldo Correa es Licenciada en lengua castellana de la Universidad del Tolima. Estudiante de Maestría en Literatura de la Universidad Tecnológica de Pereira
Nacida en el Líbano Tolima en 5 de mayo de 1982  Actualmente es docente  de lengua castellana en el departamento del Tolima.

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