Literatura Cronopio

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LA CONSTRUCCIÓN DE AMÉRICA LATINA

Por Mariana Valderrama Leongómez*

«América Latina: se trata de una voz que
se constituye dentro de una tradición occidental
y que al mismo tiempo construye frente a ella su
propia subjetividad.
Su emergencia se dará entonces
en términos de voz alternativa,
de discurso otro,
y esta situación entrega las condiciones
para la manifestación de su estética.»

(Ana Pizarro)

Dentro de los intelectuales latinoamericanos contemporáneos existe una semejanza notoria; todos ellos se esfuerzan por consolidar formas nuevas de reconocimiento, de pensamiento. Todos ellos se enfocan en proponer un discurso propio que rompa con la ‘otrificación’ a la que la historia de grandes poderes europeos y norteamericanos nos ha sometido. Una de las formas de llevar a cabo esta tarea es por medio de la revisión de las literaturas marginales de nuestro continente, literaturas que están en el corpus mas no en el canon. Así mismo, el plantear a Latinoamérica como un espacio cultural capaz de expresarse, de hablar con voz propia, es uno de los puntos más importantes trazados por este grupo.

Sin embargo, y dentro del mismo, existen ciertas variaciones; cada pensador ha desarrollado una voz personal, una forma de hacer ver esa idea general como única. De esta manera quiero presentar el esfuerzo realizado por Ana Pizarro en sus tres prólogos, llamados: La emancipación del discurso, Palabra, Literatura y cultura en las formaciones discursivas coloniales, y por último, Vanguardia y modernidad en el discurso cultural. También quiero resaltar el realizado por Rafael Rojas en su libro Un Banquete Canónico, teniendo en mente las variantes y constantes que cohesionan sus discursos para así lograr que los mismos conversen entre sí.

Tanto Pizarro como Rojas, intentan mostrar las estructuras de pensamiento que nos han construido, para responder a ellas pensándonos desde ópticas diferentes. Stuart Hall diría al respecto que no se trata de reemplazar un concepto por otro sino ver los mismos desde otras ópticas donde el concepto ya no nombre la cosa. Una de estas perspectivas es la que aborda a la estética occidental.

Occidente siempre ha estado en oposición a oriente, aunque el oriente que muchos conocemos es el que nos muestra occidente; nuestro opuesto tiene ese carácter porque está siendo visto desde afuera, desde nuestros ojos, pero el oriente visto desde adentro ya no es el opuesto de nada, solamente es. E.W. Said, en su texto Orientalismo, agrega que los lugares desde donde nos pensamos son categorías culturales que funcionan de acuerdo al lugar del que se mire. Oriente no es un imaginario; que no se nombre a sí mismo no significa que no exista.

La misma problemática es aplicable a Latinoamérica, pues a pesar de ser occidentales, somos subalternos, minorías tercermundistas, y somos vistos como una réplica en proceso de nuestros colonizadores. Nuestra cultura anterior a la colonia no tienen ningún valor para occidente porque no cumple con en las categorías necesarias, somos el otro de nuestra propia cultura.

Al respecto Pizarro agrega: Dominación y subalternidad establecerán el orden de la cultura y dictarán el canon de la literatura que desembarca, desplazando hacia la ilegitimidad a las manifestaciones equivalentes de las culturas originarias.

Siguiendo esta línea de pensamiento, nos encontramos con la crítica al canon literario establecido por Harold Bloom, ya que éste contradice la concepción común que tienen estos dos pensadores con respecto a la cultura misma y a la necesidad de desarrollar un sistema de pensamiento que se aleje lo más posible de la otrificación.

Veamos a continuación las definiciones que dan del canon cada uno de los pensadores directamente involucrados en este trabajo:

Pizarro: El canon es el género que se erige de acuerdo al modelo peninsular, el absoluto estético de la identidad frente al quehacer, desde su perspectiva, indefinido y menor de la alteridad.

Rojas: La palabra latina canon, aplicada tradicionalmente a la música y a la religión, significa regla, precepto, modelo […] lo canónico alude a cierto orden o jerarquía que se desea aplicar a un conjunto de valores y signos.

Ana Pizarro, por su parte, no se queda sólo en la crítica como tal sino que logra hacer de sus investigaciones su pensamiento, es decir, que todos sus trabajos rescatan algún texto o artista que esté relegado por las concepciones canónicas y comerciales que rigen hoy las lecturas de todos. Más que la «mano invisible» o la «astucia» del juicio crítico, es una sólida presencia en el mercado y la academia lo que hace canónicos a ciertos libros y autores.

De esta manera, Pizarro involucra en sus estudios a una Latinoamérica unificada; ve tanto los autores más reconocidos como aquellos que no lo son, y no descarta al Brasil ni a las culturas caribeñas de habla francesa u holandesa, para mostrar así que no se trata de crear un nuevo canon sino de no sólo remitirse a éste; la intención es ver el corpus, e incluir en este al canon, teniendo en cuenta que ambos conceptos están aún en movimiento, en formación, por lo cual no se puede hablar de una estabilidad clara en ellos.

Rojas, respecto al canon, postula: «Frente a todo canon cultural moderno, como el de Bloom o el de Retamar, se movilizan dos reacciones sumamente modernistas: la de la apertura del canon y la del ‘contra canon’. La única manera de resistir ambas tentaciones desde una perspectiva posmoderna es el desvío, la fuga, el abandono de toda racionalidad canónica».

Cuando Rojas habla de contra canon, se refiere a aquellas respuestas al canon occidental que tienen como fin realizar un nuevo canon contingente de lo marginal. Para Roberto Fernández Retamar, el ejemplo usado por Rojas en la cita anterior es el mejor exponente de esta situación, ya que éste, a diferencia de Pizarro y, evidentemente, de Rojas, pretende crear un canon jerarquizando y ordenando a la literatura según su contenido revolucionario castrista. Para Retamar esta es la verdadera literatura, propuesta que desemboca en un gran conflicto, ya que las ideologías como ésta contribuyen a la creación cultural del sujeto, determinando las acciones de los pueblos y, de esta manera, consolidando una mala conciencia social al hacer creer que la ideología específica es verdadera y única.

Gayatri Spivak, en su texto ‘Can the Subaltern Speak?’ lo dice perfectamente: «Una respuesta posible sería: ¡claro que puede! ¡A veces habla hasta por los codos! Y cuando lo hace un subalterno o un marginal que pretende hablar por el resto de los marginales y subalternos, su voz puede llegar a proponer un discurso tan hegemónico como el que impone el Sujeto Moderno Occidental Blanco Masculino».

Rojas y Pizarro ven en la propuesta de Retamar un regreso a lo que se quiere combatir, es decir, una contradicción; crear contra cánones es crear cánones, y en esta medida perpetuar la otrificación que su creación conlleva, relegando otras literaturas, otras culturas, otros sujetos y, finalmente, otros discursos que igualmente existen. «La racionalidad canónica se infiltra en esos discursos que reclaman un espacio de alteridad frente al territorio menor, reprimido y periférico, que se inscribe bajo protesta, llega a ser irónicamente, una réplica en miniatura del Sujeto Moderno Central».

Hemos visto entonces cómo el canon occidental es en sí mismo uno más de los mil sistemas de otrificación y de exclusión que se ejercen, y hemos visto la postura que sobre estos tienen dos de los pensadores latinoamericanos contemporáneos. A continuación veremos, para finalizar, las prácticas discursivas de Pizarro y Rojas, reflejadas en sus propuestas.

Rojas, de la misma manera que Pizarro, y como ya lo había mencionado antes, no se detiene en la parte teórica de la crítica. Su respuesta consiste en tomar seis autores canónicos y Para reconstruir la relación entre estos seis escritores habría que inventar un banquete canónico en el que los comensales entablen un coloquio de ficciones. La idea es lograr yuxtaponer las voces de estos autores, hacerlas entrar en conversación para ver cuál es la línea canónica que los une, para averiguar si hay una.

Pizarro, por su parte, pretende mostrar cómo la historia y la literatura van de la mano, evidenciando así que todos los textos literarios —marginados o no— hacen nuestra historia, la configuran. Y es aquí donde la conversación con Rojas se hace más interesante, puesto que al igual que él, Pizarro concibe la historia como una yuxtaposición de voces, de sistemas que se relacionan; no hay una linealidad de causa–efecto, es un contrapunto, en términos de Lezama Lima. Es así como Pizarro construye la historia, construye a América Latina, mientras que Rojas hace historia con las voces de autores latinoamericanos, para mostrar cómo todo tiene un efecto bilateral, para hacer de su obra una zona de contacto, para evidenciar el hecho de que América misma sea una convergencia de voces y culturas que se mezclan; la transculturación que somos, que hemos sido y que estamos siendo: «La constitución de una formación cultural construida en base a una pluralidad de líneas, a sistemas paralelos portadores del signo transcultural, diseñará ya la técnica de la “historia verdadera” de la literatura del continente en al pluralidad de discursos que conforman su expresión».

Es el ejemplo del canon el espacio cultural donde podemos ver la interacción de muchos pensamientos y discursos que se encuentran; es en las discusiones que suscita donde podemos ver quiénes somos y desde dónde nos vemos. Al canon, o mejor, a su establecimiento, le responden los nuevos discursos otros que nos están construyendo y que nos prueban que sí somos capaces.
__________
* Mariana Valderrama Leongómez estudió literatura en la Pontificia Universidad Javeriana y su tesis fue publicada por Colciencias. Actualmente finaliza una maestría en Estudios Culturales, también en la Javeriana. Se ha desempeñado como docente de literatura por tres años. También ha realizado trabajos como correctora de estilo, especialmente para fundaciones de conservación ecológica tales como Conservación Internacional y la Fundación Humedales, para la cual se encuentra realizando un cuento que será publicado en los primeros meses de 2011.

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