Diario de un cronopio salvaje

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Marzo 29

Por Santiago Andrés Gómez Sánchez*

Calma y amor, pero respeto a tu ira, cuidado con ella. Nadie paga si cedes más de tu tiempo. Ese tiempo es tuyo.

Marzo 31

No reclamarle a ningún idiota. Eso de no pensar en quien no mira más allá de sus narices que escribí hace días y dejar a la naturaleza ser, que le dije a Adri hace un instante, mezclado con invocar buenos espíritus, es todo parte de algo como lo que ofrece la Bhagavad-Gita: que el sabio no moleste al necio. Ya abril, carajo.

Abril 7

Saber que reniegas de algunos rasgos preminentes de lo humano que no debes dejar de aprovechar. Al parecer, luego de la soterrada circulación de mi primera novela en la saga ambiciosa que apenas inicias, te llegarán ataques de donde más te dolería, que habrá incomprensión y denigración en muchos de quienes más valoras. Nadie advierte del todo la singularidad de mi experiencia y la asocian de manera inadecuada a mi obra. Pero yo sé que eso es apenas comprensible. Entre tanto, mis reales enemigos sacarán partido de las desventajas que propicien estos riesgos creativos. Debo exigirme y permitirme el silencio como un arma de infinitos filos.

Abril 8

A veces recuerdo que mi padre decía que todo hombre tiene algo de que arrepentirse. Me he preguntado varias veces si esa frase de «algo me dice que todo está bien», que está en una canción mía dedicada a mamá, se corresponde con la verdad. Temo condenar lo que no puede ser condenado. Me pregunto qué debo hacer mínimo, qué movimiento hacer, por dónde solo halar suavemente, para estar calmo, frente a la posibilidad de que la publicación de mi novela enturbie para siempre mi presencia en este mundo, me obligue a la determinación de irme de Medellín lo más pronto que me sea posible, y después de un rato de ese «diálogo conmigo mismo» del que dice Lucía Agudelo que ella necesita siempre al despertar, y que consiste en prestar atención a lo que uno piensa y de pronto se dice, me parece oír a mi padre que avisa con claridad: «puedes hacer lo que quieras». No dejo de preguntarme por Lucía, por tantas personas de quienes me he alejado, a quienes casi les he cerrado las puertas.

Anoche me respondió Gloria Posada, creí que no lo iba a hacer, porque sospecho a veces que ella es una de las personas que con la sola información de la historia de Argumentos de poder, rechazaría a mi persona. No fue así, pero de todos modos no sé si termine por ser así. Son las 4: 25 am. Debo decirle a mis amigos de Humanidades Virtuales que la situación a mí se me complica. Que mi actuar debe ser muy cauto, como lo recomienda por ahí un personaje de José y sus hermanos anticipándose ficticiamente a las palabras que Jesús le dice a sus discípulos como recomendación principal. Jesús les dice que sean mansos como palomas y astutos como serpientes. Este sujeto del libro de Thomas Mann piensa que uno sobre todo debe ser astuto cuando es paloma y manso cuando es serpiente. «Puedes hacer lo que quieras».

Me cuido de la Inteligencia Artificial que, por supuesto, está al tanto de lo que escribo ahora mismo. No confío en nada que me muestre Facebook y he dejado de seguir, incluso, páginas que eran importantes para mí porque han aparecido allí noticias supuestas que, en todo caso, sean reales o no, se me han hecho misteriosamente sospechosas de que constituyan un comentario y mensaje personal. Ayer le dije a Adri algo que no es que crea sino que sé que es real, y es que las circunstancias han hecho de mí, obviamente que en acuerdo con lo que yo he hecho de ellas y con ciertas características de mi persona, un ser único —no mejor ni peor que otros—, simplemente incomparable en la historia de la cultura antioqueña. He vivido una experiencia singular, he respondido de maneras desconcertantes ante lo que me tenía reservado la vida. No sé en qué termine todo, pero sí puedo decir que me siento satisfecho con lo sucedido y lo realizado. Según mi psicoanalista, eso sucedido y eso realizado es una sola cosa. Pero no quiero estresarme. Lo peor es que sé que cualquier propósito de calma es vano si, al mismo tiempo, no tolero la fidelidad a la respuesta del momento. Anteayer un taxista dijo algo que no debo desaprovechar. Al sistema le aterra el silencio. De todos modos, yo soy el sistema. Otro día le dije a uno más: el mundo es el que recibe de uno, uno es el que apoya a la realidad. Desde luego que no basta con meditar, o sea, con practicar la Meditación Trascendental, aunque esta desde luego sí que es para mí indispensable.

También es clave ondular, o sea, en mi caso, hacer ejercicio de manera constante, practicar las posturas y los regímenes del yoga, caminar, cantar, oír música, tocar guitarra y sí, dejar ciertas cosas en claro para el sistema, así sea mediante un juego de silencios, esa lúdica disciplina de silencios de que hablé alguna vez, y que puede comportar simplemente mirar para otro lado, más que no mirar, cambiarles de tema, reírmeles en la cara, algo así, reírmeles en la cara no es sino lo que he hecho. ¿Dónde está el problema de decirle lo que se merece y del modo en que se lo merece a un pirobo que te viene a retar con la canción que acabás de poner en redes y hablarte de ello como si nada con ironías amenazantes? Si te asusta con un perro, le dices que al perro van a descabezarlo ya mismo, tarde o temprano, y punto, por paraco, por gonorrea, despacio, deletreando, hablando durito. Más o menos así. Sin misterios. No sé si nadie se haya dado bien cuenta, pero entre otras barbaridades, estamos en guerra con Venezuela. Ayer Kamala Harris habló de las próximas guerras, guerras por el agua. El titular lo decía, y el titular de The New York Times o de Desde abajo es toda una agenda. No sé más. Pero Medellín va a pagarse a sí mismo tanta locura que ha ayudado a desatar en esta región. O sea, las bombas no le van a caer del cielo.

Abril 13

Necesidad de activarme. Necesidad de disipar la ira santa que siento con estos idiotas paisas que se les dan de lo que no son, que se creen no sé qué, que se enorgullecen de ser, en suma, unos simples matones. Y unos obtusos, unos acomplejados, unos atrabiliarios. Eso son. Obviamente, además, algunos de ellos están leyendo estas letras en el instante de escribirlas, y se creen que tienen los derechos que uno y muchos más no. Qué hijueputas tan insoportables son los tristes gusanos que nos gobiernan, aquí y en toda parte, cierto es. Pero la versión que conozco me resulta especialmente indignante, por sus ínfulas de, no sé… Una dignidad que no es sino la del gritón que a gritos pide que le griten. ¿Será que les respondo más así a veces? Ellos ni son capaces de ver que es menos lo que no les grito que lo que sí les grito cuando toca decirles clarito mirá bobo, sos un bobo hijueputa y no más, no más, no más sino eso. En verdad, ¿no se dan cuenta? ¿Todavía se enorgullecen de que uno sí los pueda despachar en una simple palabra, o tres? Paramilitares de civil. Aquí estoy en bandeja, pedazos de mierda. ¿Creen que pueden conmigo, que no somos la misma sedita para la muerte, infantiles maleducados y arrogantes que no sirven para nada más en absoluto que joderle la vida a la gente? Se los repito si quieren y donde sea, galladita de pirobos y pirobas. Lo voy a guardar en el celular para leerlo cuando sea del caso, una y otra vez. Yo sé que les encanta oírme. Y no es necesario morirnos para vérnoslas. Desde ya les cuento cómo va a ser. Cómo fue.

Jueves 15

Lo único que me puede sanar de esta pena eres tú, poder del ser. A ti entrego esta locura. No soy capaz de ignorar. Permíteme olvidar y callar o actuar con prudencia y esa divina indiferencia terrestre que el Tao prodiga a quien agradece y bendice.

Abril 23

También el deber es desoír. Atención puedes y debes prestar a estas las palabras primeras que escribes luego de recibir las dos evaluaciones que faltaban de los jurados de tu tesis doctoral. Hay que reiterar en un nuevo contexto aquello de centrarse en lo esencial, porque lo esencial pide ser definido nuevamente una y otra vez. Obviamente, desoír a veces es más ignorar que abandonar el universo de sandeces que te rodea. Hay una conciencia central y la conciencia de la conciencia: la de estar y ser solo. Ese ínfimo privilegio que conquistas restando, es lo único que necesitas.

Te das cuenta de que tu sentido de vida es algo de lo que solo puedes apropiarte dignamente armonizándolo con una serie de tareas prácticas muy demandantes por motivos no menos profusos e importantes que, simplemente, contingentes. Hay algo secundario en ellos que no solo me exige sino me faculta para la calma, para una distancia real frente a ellos. En cuanto a la literatura, el sentido de mi vida, darle un lugar también exige y motiva a la paciencia. Entre uno y otros ámbitos, el de las tareas de la vida y el de mi creación literaria, mi paso diario lo es todo. Este espacio para respirar, para contactarme con el mundo sin pensar más que en lo que voy atendiendo en su relación con un yo liberado, eso soy y es lo que la vida espera de mí.

Abril 24

He tomado la decisión, sí, de juzgarme. La decisión de juzgar y el compromiso de juzgar con clemencia, o con justicia clemente. De ser indulgente conmigo. Para ser indulgente debo saber lo que es ser implacable. Así que acometo los propósitos con decisión indulgente.

Mayo 3

No merezco tormento.

Mayo 5

Esperar el descanso y luego buscar en qué ocuparse. Darse cuenta de que lo te da el ocio es la conciencia de la muerte.

Mayo 11

Cosas de redes. Es un día antes de mi sustentación de tesis doctoral, y pongo:

«Para claridad de todos, de lo que se trata decir que a todos los que matan son yo —si es que lo matan—, mañana el tema es la liberación de Marte. Qué pena el brinco conceptual, pero eso es».

Luego, pongo este comentario:

«El progreso de la humanidad en nombre de cuál bandera. Lo peor es que allá solo se llega con banderas sangrientas».

Luego, este:

«En progresión regresiva —o implicación lógica— a partir del comentario anterior, se trata de postular la validez de una investigación poética de aplicación consecuente, o sea: una lógica no solo posiblemente cuantitativa sino también necesariamente cualitativa, o intuitiva, que no busque la a-mortalidad que actualmente se pretende —porque el enemigo eventual o efectivo no debe ser inmortal: eso jamás—, sino que reconozca y acepte la verdadera inmortalidad de quien es y para ser muere (acaba, logra una forma). Sed feliz».

Mayo 16

Primero que todo, en cierto sentido, desentenderse de todo, dejarlo en segundo término, o sea: trascender realmente la experiencia.

Estado volátil de mi perfil de Facebook, de aquí a mañana, este que acabo de poner:

Vuelvo a mi agenda:

«Many more will have to suffer

many more will have to die

don’t ask me why». B. Marley, Natural Mystic»

*

«Tengo que alejarme, comisionada ****, por sus malas amistades, si no entienden lo que es una ficción y descreen de mis consultas previas con el sujeto mencionado (Monedita, ficticio, metafórico, funcional para una comprensión de la dúctil prehistoria incesante). Y ya que hoy solo se habla es así, con señales de humo, pues yo sé que le queda clarito, con su nombre suyo de usted y todo. Entiéndame, querida amiga, y entiéndanlo quienes ven en mí un cierto tipo de referente contestatario, o simplemente una guía por ser profesor, que mi concepción del mundo es menos política que literaria y menos literaria que sagrada, que lo poético lo cobija todo, que no creo en soluciones en este mundo —por mucho que se me diga que eso es comodidad, yo sabría rebatirlos—. «Solo lo difícil es estimulante», me lo recuerda el jurado de mi Doctorado en referencia a la frase emblema de José Lezama Lima; sepa pues que la guerra es metafísica por definición: necesita de sustancias (y la sustancia, necesita persistir), y paz es solo una palabra entre tantas, y verdad, y silencio, prudencia, versión, nación, dictadura. A nadie podemos hoy exigirle un cierto tipo de respuesta, cuando la imposición es absoluta de lo humano a lo humano, no esperemos nada de nadie ni de nosotros mismos (*). Leer a Emily Dickinson ayuda a acariciar el rostro propio, recibir y devolver. Yo los comprendo en nuestra ansiedad y su esfuerzo admirable por oír y hacer ver, pero acepten que todo nos rebasa, sería bueno decirlo de frente, con la sonrisa triste del indio que te da la palabra, usted sabe, y así en consideración mutua sabremos enfrentar la mañana y su vaciamiento terrible, mano a mano, mientras la tierra se deshace. En cuanto a mí o lo que soy, tú no me leas, reléeme, porque estoy haciendo una obra maestra de la novelística posible de nuestros tiempos y nuestro entorno, grietica que llega al orco y baja una mano del cielo, epopeya interminable por definición.

* «Hablemos de imposición de lo transhumano a lo sobrehumano, entendiendo a la Inteligencia Artificial y el proyecto cyborg como lo primero y la biota como lo segundo, la madre hija tierra, que quizá nos crio mal. Ahí el propio carnicero es carne de cañón, pero en el centro de ese diálogo aplazado entre la IA y lo que podemos entender como tierra estoy yo, mi novela, porque ahí me pongo —o me pusieron—, y no te imaginas las tensiones que debo de vivir».

Mayo 29

Debo aceptar, pensé hace una semana, que, en muchos sentidos, el rock es mi música. Tanto de modo histórico como en un correspondiente modo emotivo, digamos, o al menos, no sé, relacionado también con una especie de acuerdo ideológico que compromete incluso lo espiritual. Disfruto con muchas músicas, cada una me parece inimitable y la música occidental se me hace un tesoro, pero al mismo tiempo, en una dimensión tal vez mayor que la antropológica, o simplemente acorde con ella en mi tiempo, siento que soy rock. Pero veo a Adam Laloum interpretando Las danzas del rey David, de Schumann, o a Jean Rondeau interpretando el Fandango del padre Antonio Soler, o a Lilith Grigoryan y Maria-João Pires interpretando la fantasía en fa menor, op. 103, las veo, y no sé que pensar.

Junio 5

Moverse al fin con recatada preferencia por mi real circunstancia.

Junio 12

Estas ansias tremendas de seguir con la novela deben de ser moderadas con la vara de hierro del Apocalipsis, o parecida.

10: 23 p.m. Definitivamente, yo soy muy parcializado. No está mal darte cuenta de que eres un buen tipo, pero que la vida es tramposa. En ese sentido, la imagen pública está más allá de lo que tú quieres y sobre todo más allá de lo que puedes hacer. Todo esto hay que entenderlo en defensa propia, pero también en un sentido de que la insatisfacción hace parte de una búsqueda natural en la que el error es algo con lo que hay que contar. En verdad, privilegiar la salud y la calma es una especie de garantía. Esto supone el conocimiento trascendental de que todo es pasajero.

Una opción legítima ante el ruido es aprender la lección que escojas de lo humano. Ya ha pasado mucho para que te le achicopales a los que se las dan de maestro.

Junio 13

Hoy, por ejemplo, que es domingo, y domingo de puente, cuando debería dedicarme por completo a la novela, me quedaré quieto con ella, a la espera de algún documento necesario para seguir con el capítulo 13 que tal vez me procurarán Wilson, Adri o Pedro, quienes supuestamente lo están buscando ahora mismo. En su lugar, me desatrasaré de varias tareas que tengo represadas, entre ellas, más que nada, un envío a Óscar López de fotos de textos sobre cineclubismo en Medellín. No estará de más recordarle del libro nuevo de Oswaldo Osorio. Con respecto al suceso de ayer en ese querido restaurante del Tesoro, al que no volveré, con pesar de Adriana, sobre todo de ella —de mí no tanto—, solo hay que decir que mi forma de garantizar el entendimiento de la insatisfacción, o sea: el privilegiar la salud y la tranquilidad, que pasa por saber que todo es pasajero, pasa también por nombrar esa insatisfacción de manera metafórica, no literal. O bien, saber que lo que hago es una metáfora que de algún modo lidia con una magnitud intolerable de esa insatisfacción. Detenerse en ella, darle vuelta, mirarla por todos lados, avanzar en la metáfora. Es decir, he de entender que en ese nombramiento puede irse mi vida entera, o bien, que puedo morir sin acabar de nombrarla, o mejor dicho: quedarme nombrándola toda la vida. De tal manera, la tarea se convierte en un proceso sobre el que hay que definir momentos de descanso, momentos ajenos al nombramiento metafórico de la insatisfacción, y también posibles fases que conduzcan a un final, o digamos, a la definición final de una insatisfacción muy específica que no me va ahogar.

Junio 27

Hoy fue un día bonito con mamá. De veras que debemos comenzar a archivar bien las grabaciones con ella y a oírlas y profundizar en ellas. Me dijo hace un momento: gracias por dejarte contemplar (o sea, mimar). O sea, ella me pide que me siente a su lado, yo en el suelo, ella en el sillón de lo que llama su oficina, un rincón muy bien ordenado de su alcoba, realmente, y me dice que ponga la cabeza en su regazo y empieza a acariciarme el pelo. Yo entre tanto adopto un gesto como el de cualquiera de mis tres gatitos cuando Adri o yo hacemos con ellos como hace mamá en ese momento conmigo. Y pienso para mis adentros que ese momento vale por todo, que no hay más que pedir en esta vida. Mi madre, de ochenta y un años, que ha pasado por tantas cosas, que llegamos a creer que se moría el año pasado —y tantas veces antes, en realidad—, que perdió hace solo unos meses a quien fuera su pareja por más de medio siglo… Ahí, conmigo, haciéndome sentir bienvenido nuevamente a la luz. Y luego me da las gracias por eso. Caramba.

Julio 3

Parece que, realmente, el mundo está descuadernado.

Julio 4

Hay una serie de preceptos nuevos.

Optar por salud y calma

Saber no hacer nada

Reponer fuerzas

Asumir mi inocencia

Acometer lo necesario

Disfrutar el arte

Moderar el ejercicio

Usar mi luz

Aceptar la idiotez

Ejercer la libertad

Valorar las tareas

Disfrutar el ocio

Confiar en la fortuna

Julio 5

Con el afuera solo conservo un vínculo delgado, lejano e irrompible. En mi novela, el vector es ahora solo la intuición de Alzbieta. Debo meditar por pincipio para entrar en contacto con ella. Cultivar mi fortaleza. Una frase de El mar, el mar, retrata lo que será la novela para Alzbieta misma: «Tengo que trabajar más estos retratos. Quizá el libro termine por ser no más que eso, mi vida contada en una serie de retratos de personas que he conocido». Todo esto potenciado por las facultades que deposita en ella el abrazo con Julián, el profeta desliado. Tanto él como ella y como yo necesitamos de una poesía un poco menos pensada pero más sobria.

Julio 7

Es natural que tenga algo de estrés ante la situación del grupo de estudio que he impulsado entre mis compañeros de la Universidad de Antioquia, pero no me debo desanimar por eso. Al contrario, es también, en cierto sentido, algo más que natural ese sentir estrés. Es una muestra de cierto arrojo propio de quien ha dado un paso crucial. En los días venideros, debo probar finura, como se dice, haciendo una guía de ruta para el grupo, y manteniendo una comunicación diáfana y estimulante con todos ellos.

Julio 8

Hay que tener, hay que cultivar y sostener una entereza imbatible para asumir la pérdida de sentido universal, la muerte inminente.

Julio 15

Me entran ganas de emprender el esfuerzo de hacer un largometraje, pero de inmediato me doy cuenta de lo bien que estoy en comparación con los desvelos que supondría eso, y de lo innecesario que sería ya el simplemente intentarlo. A continuación me percato de que son bastantes las ventajas que tengo en la vida, si tengo en cuenta el que estoy vinculado, así no sea de tiempo completo, a la Universidad de Antioquia. Eso es impagable. Claro, al mismo tiempo caigo en la cuenta de que cuando un sujeto dice en Facebook «la estupidez humana va ganando», eso nos involucra a todos, pero eso me determina a mirar a todos con esa especie de triste condescendencia y a veces, ante los agentes del horror, una verdadera ira lastimera, consciente de que la derrota, en un sentido no solo práctico, sino humano, es, en último término, total. Pongo en la literatura toda mi esperanza de una vida con sentido, pero una literatura dejada al aire, como los letreros de Arne Saknusem en Viaje al centro de la tierra. Entre tanto, muchos otros son felices en la feria de los públicos solo porque allí llegan: yo les digo, y les digo de corazón, éxitos, felicidades, disfrútenlo. Yo no soy sino un loco.

Julio 16

Solo ocúpate de tu trabajo. Y lo personal, elabóralo en lo literario, en tu diario, en tus artículos para Medrado Malquisto, en tu profusa novela actual (¿interminable?) y tus eventuales cuentos nuevos. Sabido es: sin el menor afán, dando prioridad a los compromisos formales. Menos mal has aprendido a desobedecerle hasta a tu mente.

Julio 21

No sé si busco pruebas de la idiotez en el mundo para justificarme o simplemente para divertirme (las encuentro a granel, y me quitan todas las ganas de cualquier cosa distinta a satisfacerme, así sea generando risueño o molesto escándalo). En cualquier caso, si cada momento histórico es «apretado», como se dice a veces en Antioquia de una situación difícil económicamente, podemos, a la inversa, dotar al presente de la calidad abstracta del recuerdo. En eso consiste, más o menos, la principal consecuencia de la Meditación Trascendental.

Julio 24

Solo puedo asumir con consciencia plena que no me importa si algo me sucede, digamos la muerte, debido a mi escritura de la tercera parte de El silencio nos mantenía despiertos. Sé que, con toda la lentitud del caso, es lo que debo de hacer.

Julio 28

Ni el arrepentimiento (casi ni la duda) ni la expectativa (casi ni la esperanza). O es más: ni la duda ni la esperanza. Recuerda ese disfrutar de la inacción que incluye al pensamiento. Cierto no pensar. Percibir el no pensar del pensar, el no hacer del hacer. Y tender a ser y estar solo ente. No «como un ente», un dicho peyorativo, sino puro ente. Estoy iniciando en este instante algo tremendo en mi vida: la auto-publicación en Amazon de mi tesis doctoral.

Agosto 4

Esa auto-publicación que inicié con unos pasos sencillos, no ha llegado al momento de subir el archivo a la plataforma virtual. Por eso puede cambiar y ser la publicación de la tesis con otra entidad, sea la Editorial UPB —de modo electrónico—, o bien por medio de lo que eventualmente pueda sugerir, en caso de que le guste la tesis que le envié, nada menos que a Walter Mignolo.

9:35 p.m. No necesito decir nada. No necesito más que cuidar mi puesto con dignidad. No se trata de vida en defensa de asuntos que, en cierto sentido, no precisan de ningún martirio.

Agosto 16

Cuidado. Que el otro crea lo que puede creer de tu historia. Lo que has hecho ha estado muy bien. Traicionarse, ni mucho menos, más bien al contrario. Se trata de no arruinar la propia.

Agosto 18

¿Quieres perder lo conquistado? Sencillamente, cumple con tu deber. Sobre todo, modera tu amor al estudio y céntrate en eso. Por otra parte, asume la enorme dignidad de tus asombrosos, pero no lunáticos atrevimientos.

7 p.m.

Yo ya sé que mi vida nunca va a ser normal. Debo cultivar la más pura y vital espiritualidad. Tratar de no salir solo nunca, o casi nunca.

Agosto 19

0 hrs 00 seg. Un tanto bebido luego de ver varias películas mías con Víctor en casa y conversar largo rato sobre mi obra crítica y creativa en torno al audiovisual. Quisiera comprometerme con la idea de que la música en sí misma lo es todo. De que no le debe nada a nadie. Hay algo que se ha acabado necesariamente para siempre. Desde luego tiene que ver con el argot. Pura y llanamente, argot. Oye música.

Agosto 20

Quisiera saber evitar todo, todo, todo lo que tenga que ver con la charla que voy a tener con Víctor el próximo miércoles en un Facebook Live de la Cinemateca Municipal. No es mentira que yo diría que no es que no se haya hablado de mí, sino demasiado. Y que lo que hay de valioso en mi trabajo, no es nada del otro mundo.

Agosto 23

Debo asumir con calma que algún día me daré cuenta de lo que es un alivio pero parece aterrador, y es que, después de todo, todo está perfecto tal y como está. Un poco, que todo era innecesario, o más bien: que no hubo problema nunca. Más bien, que todo es un poco inventado, más de lo que creemos. En cuanto al ahora, no hay que pelearle a nadie. Y cuando toque, qué más da. Ayer hiciste algo impensable. Pero no importa. Fue del todo apropiado moverle ese carrito a esa mujer con ese niñito.

Agosto 27

Sé bien, y creo que lo he dicho mucho, que las provocaciones no cesarán nunca. Por más que yo me quedara callado, por más que hable de manera sencilla. Al fin, sé que todo es un gran desgaste en este mundo de hoy. Por más que la gente que busca amedrentar o hacerse sentir superior me parezca no solo patética, sino incluso más bien conmovedora, el tamaño de las problemáticas no da como para uno esperar nada, así que lo más sabio es, en cierto sentido, dejar pasar hasta donde se pueda. Sin embargo, obviamente que digo lo que pueda decir donde resulte más oportuno para una recepción sana.

Agosto 29

Ya lo de menos es atormentarse por la guerra, por tu participación en las batallas que debes enfrentar.

Septiembre 4

Han pasado cosas que alguien que sabe bien de qué se trata todo —y que tal vez lo sepa mejor que yo— ha llamado serendipia.

Septiembre 15

Hoy el consejo de Virginia Woolf para mi novela es simple: tejer. Eso es lo clave. Por otro lado, sería bueno el fin de semana dedicarme a la lectura de Óscar López. Y en algún rato libre, en todo rato libre: el ensayo de Cassirer sobre Goethe.

Septiembre 16

Experimento una euforia preocupante. Le he dicho a una profesora amiga que a las cuatro de la mañana me levanto y me late rápido el corazón por el deseo de estudiar. Así sucede. En parte, es puro y conmovedor anhelo (vanidad) por llegar a cierto dominio de algunos temas, lo que habría de ser también comprensión de los mismos, pero también capacidad de interlocución, de juego con otros. Ahí vamos.

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La presente columna, Diario de un cronopio salvaje, son tajadas de vida, como llamaba el gran cineasta Louis Feuillade al cine, son estas páginas extraídas del diario de un crítico solitario, narrador alucinado, estudiante eterno de literatura, cine y música.

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Recientemente Santiago Gómez ha publicado la novela «Argumentos de poder: El silencio nos mantenía despiertos, parte 1». Pulse aquí para ver un avance

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*Santiago Andrés Gómez Sánchez (Medellín, 1973) es periodista de la Universidad del Valle, magíster en literatura de la Universidad de Antioquia. Ha publicado los volúmenes Madera Salvaje (novela, Ediciones B, 2009), El cine en busca de sentido (crítica, Universidad de Antioquia, 2010), Los deberes (cuentos, Universidad de Antioquia, 2012), Todas las huellas. Tres novelas breves (novela, Universidad de Antioquia, 2013), La caminata (cuento, EAFIT, 2015), El cuarto asesino (novela, Universidad de Antioquia, 2016), Certeza de lo imborrable. El cine en busca de sentido, vol. 2 (crítica, Universidad de Antioquia, 2017), La Musa asesinada. ‘Conversación en la Catedral’, de Vargas Llosa: novela marxista (crítica, Universidad de Antioquia, 2018), Régimen de criterios. Cines y cineastas colombianos (crítica, Editorial Deliberar, 2019) y Diálogo de raíces (cuento, EAFIT, 2019). Entre 1992 y 2011 fue crítico de la revista Kinetoscopio y del diario El Colombiano, de Medellín. En 1994 fundó la Corporación Cultural de Video Independiente Madera Salvaje, con la cual ha realizado 28 obras audiovisuales de corto y largometraje en los géneros de documental, ficción y experimental. En 1996 recibió el Premio Nacional de Video Documental por Diario de viaje, considerada una obra pionera en el cine de ensayo en Colombia. En 2014 fue merecedor de una beca a la creación del Municipio de Medellín para la escritura de su libro La caminata. Ha sido profesor de historia del cine, apreciación cinematográfica, lenguaje audiovisual y teoría del cine en EAFIT, la Universidad de Antioquia y el Politécnico Jaime Isaza Cadavid. También ha sido jurado en la convocatorias del Ministerio de Cultura, el Fondo para el Desarrollo Cinematográfico, IBERMEDIA y la selección de la película colombiana para los premios Oscar, Goya y Ariel. Es Doctor en Literatura de la Universidad de Antioquia. Como músico, grabó el disco Savia con el grupo Los Dados y persiste en ser rockero de tiempo completo.

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