Periodismo Cronopio

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Mano de dios

EL FOTÓGRAFO DE LA MANO DE DIOS

Por Alejandro Aguirre Alzate*

Hace 25 años, el fotógrafo argentino Eduardo Longoni capturó con su cámara la jugada de fútbol más comentada de todos los tiempos: la mano de Dios de Maradona, en el Mundial de México 86, que luego Argentina terminó ganando.

«Mi única fotografía deportiva interesante es esa, y aparte siempre digo, que fue una fotografía tomada por error», asegura el fotográfo. El error no fue otra cosa que una historia de contradicciones y buena suerte que terminó con una mítica foto que hoy vale dinero y ni se diga de su negativo.

A sus 52 años, Longoni, editor de proyectos especiales de fotografía del diario Clarín de Argentina, rememora aquella vez que llegó tarde al partido de semifinales, la vez que le entregó la foto al propio Diego y cómo a su regreso al país recibió un sueldo por la hazaña de la foto.

ALEJANDRO AGUIRRE: ¿Cómo y por qué llega a cubrir el Mundial de México 86?

EDUARDO LONGONI: Trabajaba en la agencia Noticias Argentina, una gran empresa, pero modesta económicamente. Yo era el editor y tenía cierta experiencia, a pesar de tener 26 años y haber cubierto el Mundial de España 82. Sin duda era un nuevo desafío y arranqué con un redactor para México. Todo se fue complicando cuando la Selección Argentina comenzó a pasar las rondas y nosotros a quedarnos.

A.A.: ¿Qué pasó ese día del juego entre Argentina e Inglaterra por cuartos de final?

E.L.: México es una ciudad terrible en el tránsito. Un año antes había sucedido el terremoto y todo estaba reconstruyéndose, así que había «trancones» y no se calculaba el tiempo. Yo, desde mi hotel, estaba a 30 minutos del estadio, nada lejos. Además, yo llevaba un equipo gigante —entre ampliadora, cubetas, tanques de revelado, máquina de escribir portátil— para realizar el revelado porque yo mismo lo hacía en el estadio Azteca. Me acuerdo que cogí un remis (taxi) para ir al estadio. Eran las 8:00 a.m., pero por los trancones terminé llegando a las 11:00 a.m. demasiado tarde —el partido se jugaba a las 12:00—. Es decir, llegué tarde y me ubiqué mal en los dos tiempos de juego.

A.A.: ¿Dónde se ubicó y qué equipo fotográfico tenía?

E.L.: Me ubiqué en el poste izquierdo, aunque no muy lejos de la potería de Peter Shelton, el arquero inglés. Tenía un tele largo, un 300, que no podía usar mucho porque cuando se está lejos ese lente abre mucho en ángulo y realmente no estaba tan lejos. Así que trabajé con un lente corto de 85. Tenía una cámara Nikon MF2, con motor de arrastre.

A.A.: ¿Cómo fue esa jugada que terminó con la mano de Maradona, y que usted registró en esa famosa fotografía?

E.L.: Maradona comienza esa jugada en tres cuartos de cancha. Elude a tres jugadores, luego le tira el balón a Valdano, quien la toca, pero un inglés se le anticipa y la envía al cielo, tratando de despejar, hacia el lado de Peter Shelton, quien se confía, y Maradona salta como cualquier jugada y la mete… la mete con la mano.

Pero era una jugada más, sin traumatismo para un arquero como Shelton.

Shelton se confió. A lo mejor pensó en qué hacer cuando tuviera la pelota, es decir, en la siguiente jugada y no en esa. Hacer lo fácil en el momento y estar pensando en lo que vas hacer después. Además, Maradona no podía saltar tanto, y menos cuando Shelton, más grande en estatura que el argentino, podía utilizar las manos. Si bien el juez central (el tunecino Ali Bennaceur) pudo no haberla visto porque estaba tapado, me parece insólito que no la haya visto el juez de línea (el búlgaro Bogdan Dotchev). Pero por eso, después de 25 años seguimos hablando de ese gol.

A.A.: ¿Cómo hizo y cuántas fotografías tomó de ese instante?

E.L.: Tomé tres fotografías, de las cuales dos imágenes no registran la pelota. Es decir, sólo una foto servía. Si miras esa jugada por la televisión, se intuye que pudo ser con la mano, pero no podés dar crédito, como hoy si lo daríamos. Fue una jugada impensable, corta, que nace de un rechazo, fácil para un arquero, pero inexplicablemente Maradona salta, ¿por qué?, no sé, tal vez estaba iluminado, por algo se volvió un mito en la Argentina.

A.A.: ¿Fue en ese partido o cuando levantó la Copa del Mundo que se hizo mito Maradona?

E.L.: Mucha veces he dicho que Diego se vuelve mito no cuando gana el Mundial de México 86, sino en ese partido. Todavía estaba en el aire la Guerra de las Malvinas (la disputa de tres islotes entre Argentina e Inglaterra, que ganan estos últimos en 1982). Ese partido hace el primer gol con la mano, en una muestra de viveza criolla, y luego a los pocos minutos hace un gol —elude a seis rivales— que termina siendo el mejor de todos los mundiales. Como dijo el técnico esa vez: «uno lo hizo con la mano y el otro vale por dos». Este último es un gol que nadie se cansa de ver.

A.A.: ¿Qué pasó luego del partido?

E.L.: En ese Mundial, me acuerdo que Kodak revelaba los rollos, y los del primer tiempo se los dí para ganar tiempo luego en la enviada. Pero ese rollo, que había marcado, desconfié y no lo pasé cuando terminó el partido. Me dije: «prefiero revelarlo yo». Entonces, lo que hice fue, en mi laboratorio improvisado, en el estadio Azteca, revelar y ampliar las fotos para enviarlas. Lo que hacía era copiar dos fotos del primer tiempo mientras revelaba el segundo. Luego comienzan las llamadas a preguntarme si tenía la foto de la mano de Maradona.

A.A.: Usted ha dicho que siempre dudó que tenía la fotografía en su cámara…

E.L.: De hecho, cuando estoy tomando la imagen me doy cuenta de que Maradona hizo el gol con la mano, pero dudo si la tengo en mi cámara. Uno a veces fotografía lo que nunca ve, pero desde donde yo estaba se vio claramente la mano. Hay situaciones previsibles, pero esta no lo era, por la jugada tan simple. Luego me preguntan, cuando aún no había revelado, sí tenía la imagen, pero no había terminado de revelar.

A.A.: Pero usted tenía la foto, sin duda…

E.L.: Lo que aún tengo en mi memoria es cuando vi por primera vez el negativo, aún mojado por los químicos, y veo la imagen que luego recorrió el mundo. Era perfecta; aún me emociona de solo verla. Me acuerdo que ver el negativo por primera vez, es algo que no se olvida. Aún mojado, ver la foto [en potencia], perfecta, es una emoción que creo que hoy se tiene. Cuando mandé la fotografía no imaginé que pudiera tener la escena, porque no sólo estaban los mejores del mundo allí, sino porque no era una toma más. Luego envié la fotografía a mi agencia, y a los 20 minutos Noticias Argentinas rebotó por el mundo la imagen, y fue la primera que dio a conocer que la mano de Maradona de verdad existió.

A.A.: ¿Qué otro reportero tomó la misma fotografía?

E.L.: Hay dos o tres imágenes que registran el hecho. Una es de un japonés, cuya imagen es a color, y hay otra, pero se ve muy alejada de la escena. La foto a color es una imagen que muestra mucho más cerca el balón del puño de Maradona, pero no tiene una gran calidad porque apenas se estaba introduciendo la fotografía a color.

A.A.: ¿De qué sirvió tener esa fotografía?

E.L.: Con esa foto pagaron toda la cobertura del Mundial de México 86. La agencia de noticias tuvo posibilidades de venderla y revenderla. Y me pasó lo que nunca me había pasado en una empresa: me regalaron un sueldo por esa foto. De todas formas, si hubieras sido ‘freelance’ la historia sería otra cosa…

A.A.: ¿Habló alguna vez con Maradona de la fotografía?

E.L: El objeto–foto, la copia en papel que yo trasmití, se la regalé a Maradona al otro día en una conferencia de prensa. Era de 20×25 la copia. Se la regalé firmada, teníamos muy buena relación y no había tanto misterio como hoy con los jugadores. Además, porque él acuñó al otro día la famosa frase de la mano de Dios.

Y dice, mientras reporteros del mundo le dicen que hizo un gol con la mano: «No, no fue con la mano… fue la mano de Dios». Se la regaló y el me dice: «Bueno, mandámela que la voy a guardar». Una foto que había sido publicada en miles de diarios. Luego hice lo contrario: hice una ampliada y le pedí que me la firmara.

A.A.: ¿Dónde está el negativo de la famosa imagen?

E.L.: Lo tengo bien guardado, porque siempre he dicho que es el capital de trabajo de tu propia jubilación. Además, como estudié historia pienso que son documentos memorables. Mi hija, que es dueña ya de esa imagen, me ha prohibido venderla.

A.A.: Pero si alguien la quisiera comprar… ¿Qué haría?

E.L.: Ya la vendí como pieza de arte para varios coleccionistas. Sin duda es mi fotografía más publicada luego de la de los militares (que miran y están vestidos con uniforme). La foto de Maradona vale 3.000 dólares como obra de arte, no como mera reproducción para un diario que cuesta 400 dólares. No la tiene ninguna agencia, nunca se cedieron los derechos de autor. Luego la agencia (Noticias Argentinas) me la cedió.

A.A.: ¿Qué piensa de esa foto 25 años después de tomarla?

E.L.: Fue una fotografía de cuestión fortuita. Fue una fotografía tomada por error. Tengo una falsa modestia con esta imagen, porque fue producto de un tema que no manejo mucho que es la fotografía deportiva. Casi diría de esa falta de profesionalismo, de haber llegado tarde a un partido de un Mundial, me enseñó a ser severo con mi oficio. Tanto es así que la final entre Argentina y Alemania salí del hotel a las 6:00 a.m. y llegué a las 6:15 a.m. y el Azteca estaba cerrado. Hoy duplico la edad cuando hice la imagen, y cuando sos joven pensás que son cosas que irán pasando, pero ya cada vez pasan menos.

Diego Armando Maradona anota “La mano de Dios” en la Copa Mundo de México 86. Pulse para ver el video.
[youtube]https://www.youtube.com/watch?v=gK2z5-cceP4[/youtube]

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* Alejandro Aguirre es corresponsal en Argentina del diario El País de Cali. Ha sido periodista de los diarios El Tiempo, 7 Días y Diario Deportivo y ha publicado en la Hoja de Medellín. Estudio en un Taller en Fotografía Digital de la Universidad de Palermo, en Argentina. Es  master en Periodismo de la Universidad de San Andrés y el Grupo Clarín en Argentina. Twitter: @AlejoAguirreA

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