NO LE VENDERÍA MI ALMA AL DIABLO, PERO SI DEBO HACER ALGO CON ELLA, MEJOR SE LA VENDO A ÉL PARA QUE ME DÉ CUATRO MILLONES DE PESOS A CAMBIO
Por Julián Silva Puentes*
Finalizando diciembre del recientemente difunto 2019, escribí un artículo bastante deprimente titulado «Vendería mi alma al diablo por cuatro millones de pesos», cuyo tema era justamente mi acuciante necesidad de esa suma para saldar unas deudas antes de finalizar el año. Me encontraba tan desesperado que en realidad lo hubiera hecho, me refiero a ofrecerle mi alma al Diablo si es que semejante cosa es posible. Entonces miraba al cielo y decía «si estás allí Diablo, llévate mi alma y dame lo que te pido porque de verdad estoy desesperado». Inmediatamente me sentía muy mal, debido a que fui criado para pensar que Dios y el Diablo existen y que el alma es el bien más preciado para los dos. Así que me santiguaba y pedía perdón a Dios sin dejar de picar el ojo al Diablo en caso de que se decidiera a mandarme el dinero como prueba de buena y desinteresada voluntad.