LA RUTA DE LOS TEMPLARIOS EN EL NOROESTE DE LA ARGENTINA
Por Antonio Las Heras*
A unos diez kilómetros al este de La Quiaca (pueblo de unos 14.000 habitantes en la provincia de Jujuy, a 3.500 metros sobre el nivel del mar, y a poco de la frontera con Bolivia) y casi 1.900 km. de la ciudad de Buenos Aires, se encuentra una inhóspita y totalmente despoblada región llamada Laguna Colorada, situada al pié de la cadena de cerros conocida como Los Ocho Hermanos. El nombre surge de la coloración que toman las aguas —tanto las de deshielo como las de lluvias— cuando entran en contacto con el suelo del lugar, conformado principalmente por tierras rojas y fina arena amarilla. Hace decenas de millones de años esto era el fondo de un océano que desapareció al momento de emerger la Cordillera de los Andes. De aquellos tiempos han quedado —y suelen hallarse, aunque con cierta dificultad— fósiles de peces en las laderas de las montañas que, debido a los persistentes vientos y la aridez, exhiben gran desgaste.