MARGARITAS PARA UN DESCONOCIDO
Por Patricia Nieto*
En el pabellón de caridad las arañas tensan sus hilos de seda y solo gorjea un pajarito. Las lagartijas atrapan crías de mosquito y las hormigas pasan como si fueran segundos. Escucho el canto bajo de mi corazón y siento la tibieza del aire que respiro. En este inframundo la vida hierve en la araña que engulle su propio telar; en el pájaro que celebra el silencio perturbador; en el zancudo que escapa a la lengua de la lagartija; en la hormiga que rompe filas; en la atracción que sobre mi ejerce Milagros: una sucesión de letras negras y redondas escritas en el limbo inferior del paredón, a donde nadie llegaría a depositar un beso.