
FUGACIDADES TRANSBORICUAS
Por Francisco Cabanillas*
[x_blockquote cite=»Francisco José Ramos» type=»left»]Lo infinito es inseparable de la fugacidad… Se trata, simplemente, de estar o habitar la inmensidad del momento que abarca la integridad del universo entero [/x_blockquote]
[x_blockquote cite=»Elizam Escobar» type=»left»]El problema —el eterno conflicto— es que el arte no puede ser reducido a una imitación de la vida ya que es una fuerza extraordinaria para continuar la vida por otros medios…[/x_blockquote]
PRIMER ROUND
De un amasijo de papeles, notas escritas con tinta roja, entre las que se destaca, en letra más grande, esta cita, «Eugene O’Neill detestaba el materialismo-imperialismo-racismo-puritanismo estadounidense», surge nuevamente la figura estridente del Transboricua (1999), de Pepón Osorio. Un tipo raro, boxeador transmoderno, frente a un micrófono negro, encerrado en una valla en el sótano de una tienda, con hambre de ser más que una convergencia nuevayorquina [sic] de 6 banderas (Puerto Rico, México, República Dominicana, Venezuela y Cuba).