ALABARDAS, LA NOVELA INCONCLUSA DE JOSÉ SARAMAGO
Por Antonio Arenas Berrío*
[x_pullquote cite=»Saramago» type=»left»]Es posible, quién sabe, que quizá pueda escribir otro libro[/x_pullquote]
Para mi madre Irene
José Saramago como novelista no necesita presentación alguna, él es, en el sentir de algunos críticos, un genio de la literatura del siglo XX, donde la conciencia estética y la ética son el centro de su arte. Saramago siempre juzgó mal la indolencia y la apatía moral de la gente. Por eso dijo: «Me he dado cuenta, en los últimos años, que estoy buscando una formulación ética: quiero expresar, a través de mis libros, un sentimiento ético de la existencia y quiero expresarlo literariamente». Entre todas las obras de Saramago, son respetables sobre todo: El año de la muerte de Ricardo Reis, El evangelio según Jesucristo, Ensayo sobre la ceguera, Todos los nombres, La caverna, Ensayo sobre la lucidez, Las intermitencias de la muerte, Caín, El viaje del elefante, Manual de caligrafía y pintura, y su última novela inconclusa, Alabardas. Ahora bien, quien quiera formarse una opinión realmente especializada deberá estudiar su obra. En la conciencia del escritor existe la experiencia ética que es el ejemplo de toda experiencia humana. Para Saramago, la novela es un ejercicio intelectual y un vehículo para reflexionar y pensar. Saramago, al igual que el filósofo Spinoza, buscó una formulación de una ética y trató de expresar a través de sus novelas el sentimiento profundo de la existencia e igualmente pretendió edificar sobre la banalidad del mal y denunciar sobre todo la irracionalidad y la deshumanización que azotan el mundo y nublan nuestro destino.