CUENTOS CHINOS
Por Gustavo Arango*
La sospecha de que Ernest Bramah jamás haya existido sigue sin disiparse. Entre los pocos que aún discuten sobre su obra, persiste el rumor de que el recluso escritor fue, en realidad, la invención de un grupo de ingleses, entre los que se incluye a Hillary Belloc y al mismo G. K. Chesterton.
Real o ficticio, sobre Bramah hay información apenas suficiente para un artículo biográfico. Todo indica que nació en una familia adinerada, que a los 16 abandonó la escuela y que a los 17 decidió trabajar como granjero. Se dice que su capricho campesino duró tres años y que le costó a su padre el equivalente a unas cien mil libras esterlinas de las actuales. Bramah entendió que debía hacer algo productivo y empezó a escribir artículos de prensa. Su primer libro –que es probable que nadie en nuestro tiempo haya leído– se llamó «English Farming and Why I Turned It Up» (algo así como “Granjería inglesa y por qué renuncié a ella”), fue publicado en 1894.